Cómo una nueva alianza llamada CRINK está trabajando contra EEUU (y cómo Trump podría afectar en sus relaciones)
Cómo una nueva alianza llamada CRINK está trabajando contra EEUU (y cómo Trump podría afectar en sus relaciones). Foto: archivo.

Cómo una nueva alianza llamada CRINK está trabajando contra EEUU (y cómo Trump podría afectar en sus relaciones)

Aunque las relaciones entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte no son nuevas, estas se han profundizado durante la invasión rusa en Ucrania. En medio de un escenario de crecientes tensiones internacionales, la administración del presidente Donald Trump tiene un papel clave.


Un eje que une a China, Rusia, Irán y Corea del Norte se ha profundizado durante el desarrollo de la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania.

La alianza informal que algunos funcionarios occidentales han llamado CRINK (acrónimo qué reúne las iniciales en inglés de esos cuatro países) comparte la visión de contrarrestar un orden mundial liderado por Estados Unidos.

El término en sí tiene su origen en el Foro Internacional de Seguridad de Halifax y distintos funcionarios y académicos anglosajones han recurrido a este para describir los vínculos entre esos países.

Sin embargo, ninguno de los cuatro aludidos utiliza el término ni lo reconoce formalmente.

Los vínculos entre los actores del eje, aunque no son nuevos, se han profundizado a medida que intercambian alimentos, petróleo, armas, apoyo diplomático y asistencia militar, de una manera que ha sido estructurada para permanecer fuera del alcance de las sanciones occidentales.

En medio de un escenario de crecientes tensiones geopolíticas, la administración del presidente Donald Trump tiene un papel clave.

El miembro sénior no residente del Atlantic Council y especialista en seguridad y política económica en el Indopacífico, John Park, planteó recientemente al Wall Street Journal que si su administración consigue negociar un alto al fuego en Ucrania, los lazos de estos países podrían debilitarse.

Por otro lado, no conseguirlo, junto con la mayor presión de Washington sobre Pekín y Teherán, podría profundizar aún más en lo que el experto describió como un “mercado común de autocracias”.

El doctor en Estudios Internacionales y oficial del ejército en retiro, Hugo Harvey, dice a La Tercera que la invasión a gran escala iniciada por Rusia en febrero de 2022, más que fomentar o permitir un acercamiento, refleja vínculos que venían con anterioridad.

“Rusia se anexó la península de Crimea en 2014. Después, Estados Unidos y la Unión Europea le impusieron una serie de sanciones. Rusia analizó el escenario y determinó cuál era la lógica con la cual se le estaban aplicando esas sanciones. Ya para la invasión en Ucrania en 2022, se preparó“.

“Salió del sistema financiero SWIFT de Occidente —donde le iban a afectar las sanciones— y empezó a migrar con sus capitales hacia el sistema financiero chino. Su cercanía venía de antes”.

A lo largo de la guerra entre Rusia y Ucrania, el uso de drones desde ambas partes ha tenido un rol protagónico en funciones que van desde la vigilancia hacia la ofensiva directa contra las tropas enemigas.

“En términos de cooperación militar, por ejemplo, muchos drones iraníes han llegado a apoyar el esfuerzo bélico ruso”, comenta el también académico de la Universidad de Las Américas.

Y agrega que, previo a que Corea del Norte enviara efectivos a Rusia, el régimen de Pyongyang ya le había facilitado artillería.

La cooperación entre estos cuatro países también se ha dado en una esfera diplomática, al no apoyar sanciones que van en contra de los intereses de alguno de los miembros del eje.

Harvey es enfático al decir que “no es que después de la invasión rusa se haya empezado a formar la alianza, sino que esta se empezó a forjar de manera implícita mucho tiempo antes de la guerra”.

“Lo que ocurre ahora es que lo vemos mucho más latente, porque hay un conflicto bélico”.

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Cómo una nueva alianza llamada CRINK está trabajando contra EEUU (y cómo Trump podría afectar en sus relaciones). Foto: archivo.

Cómo son las relaciones entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte

China y Corea del Norte cuentan con un tratado de defensa mutua, el cual tiene su base en un pacto firmado en 1961. Este compromete a ambos países a apoyarse militarmente en caso de ataque.

Irán y Corea del Norte no tienen una alianza formal, pero sí han declarado que tienen “relaciones tradicionales de amistad y cooperación”.

China e Irán llegaron a un acuerdo de cooperación comercial de 25 años en marzo de 2021, el cual considera inversión del gigante asiático en el país de Medio Oriente e importación de petróleo iraní a precio reducido a Pekín.

El presidente ruso Vladimir Putin y el mandatario chino Xi Jinping acordaron lo que describieron como una amistad “sin límites” en febrero de 2022, apenas unos días antes de que se iniciara la invasión a gran escala en Ucrania, el 24 de ese mes y año.

Putin y el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong Un, firmaron un pacto de defensa mutua en Pyongyang en junio de 2024.

Unos meses después, Corea del Norte empezó a enviar a más de 12.000 efectivos a Rusia para que apoyaran a sus tropas en la guerra contra Ucrania.

De la misma manera, a mediados de enero de 2025, Putin y el presidente iraní Masoud Pezeshkian firmaron un pacto de 20 años que profundiza sus relaciones.

Cuando el primero recibió a su homólogo en Moscú, dijo que el tratado “dará un impulso adicional a prácticamente todas las áreas de nuestra cooperación”.

Por su parte, Pezeshkian le dijo a Putin: “Consideramos nuestras relaciones con usted como vitales, sensibles y estratégicas, y estamos en este camino con firmeza”.

Previamente, Rusia e Irán también se habían aliado para apoyar al régimen de Bashar al-Assad en Siria.

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Cómo una nueva alianza llamada CRINK está trabajando contra EEUU (y cómo Trump podría afectar en sus relaciones). Foto: archivo.

Una evaluación de las agencias de espionaje estadounidenses a la que tuvo acceso el Journal detalla que los países del eje están “promoviendo sistemas alternativos para competir con Estados Unidos, principalmente en comercio, finanzas y seguridad”.

Aunque los vínculos entre estos países no son nuevos, la guerra en Ucrania ha contribuido a reforzar sus relaciones y ha posicionado a Rusia en el centro de la alianza informal.

Moscú ha recurrido a empresas chinas para obtener productos esenciales para fabricar armas, mientras que Pyongyang le ha facilitado tanto efectivos como municiones.

En febrero, funcionarios ucranianos alertaron que, en ese entonces, la mitad de las municiones de las tropas rusas provenían de Corea del Norte.

Se reporta que estas han tenido un rol clave en ayudar a sus soldados a expulsar en gran medida a las fuerzas ucranianas de la región rusa de Kursk, en donde iniciaron incursiones militares transfronterizas a principios de agosto de 2024.

De la misma manera, Irán ha proporcionado a Rusia su experiencia en vehículos aéreos no tripulados y le ha enviado drones Shahed, además de planos y asistencia técnica para que puedan aumentar su propia fabricación de drones.

A raíz de las sanciones internacionales, Rusia ha redirigido gran parte de sus exportaciones energéticas a China.

El gigante asiático ha incrementado las exportaciones de bienes de consumo que Rusia ya no recibe de Occidente y se ha mantenido en contra de las sanciones impuestas por Washington a Moscú.

China y Rusia también han recurrido cada vez más a sus propias monedas para el comercio, ya que el uso del dólar estadounidense los hace más vulnerables a las sanciones, afirmaron expertos al Journal.

El apoyo militar de Corea del Norte a Rusia ha llevado a que el país presidido por Putin permita la entrada de miles de trabajadores norcoreanos, quienes obtienen recursos que luego se envían al régimen de Kim.

Funcionarios surcoreanos han afirmado que Rusia también ha enviado técnicos para apoyar el programa de satélites espía de Corea del Norte.

Asimismo, se acusa que Rusia ha incrementado los envíos ilícitos de petróleo a Pyongyang.

China es un actor económico de relevancia fundamental para el eje.

El gigante asiático, como importador neto de energía, es un mercado importante para la energía rusa e iraní, mientras que cerca del 90% del petróleo iraní se destina a China.

China, a su vez, representa más del 98% del comercio oficial de Corea del Norte en el exterior.

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Cómo una nueva alianza llamada CRINK está trabajando contra EEUU (y cómo Trump podría afectar en sus relaciones). Foto: archivo.

Cómo el eventual alto al fuego en Ucrania y la administración Trump podrían afectar al eje CRINK

Algunos analistas han planteado que, si se consigue negociar el fin de la guerra en Ucrania, la alianza entre los cuatro países podría debilitarse.

En ese eventual escenario, Rusia podría intentar mejorar sus relaciones con Europa, lo que podría conducir a que reduzca su dependencia de China.

El gigante asiático está integrado en el sistema comercial global de una forma en que los otros tres países del eje no.

Por lo tanto, de darse ese eventual escenario, Pekín podría determinar que apoyar a la alianza informal no justifica poner en riesgo sus relaciones con Occidente.

Por otro lado, si Moscú se retracta de las negociaciones de alto al fuego, la administración Trump podría cumplir con sus amenazas de aplicar más sanciones y aranceles a Rusia.

Washington ha insistido en su campaña de “máxima presión” contra Irán y ha advertido que podría efectuar una acción militar si Teherán no frena su programa nuclear.

A mediados de marzo, de hecho, las fuerzas estadounidenses efectuaron una ofensiva contra los hutíes de Yemen, grupo armado que es respaldado por Teherán.

Las tensiones entre Estados Unidos y China también se han incrementado, a raíz del aumento de aranceles sobre miles de millones de dólares en importaciones chinas.

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Cómo una nueva alianza llamada CRINK está trabajando contra EEUU (y cómo Trump podría afectar en sus relaciones). Foto: archivo.

Harvey afirma que el escenario podría variar significativamente dependiendo de cómo se den las negociaciones para un eventual alto el fuego en Ucrania.

Dadas las condiciones actuales, Washington se enfrenta a un contexto en el que tiene que priorizar en cuanto a su despliegue estratégico.

“Tiene que neutralizar ciertos focos de conflicto. Y la guerra en Ucrania es uno”, dice el experto, para luego añadir que los acercamientos que han tenido Trump y Putin podrían facilitar este proceso.

No obstante, agrega, está la complejidad de que no se conoce realmente cuáles son las estrategias de Washington y Moscú, mientras que es reducido el número de personas que conoce en profundidad cómo es el proceso de toma de decisiones de sus líderes.

“Todo depende de cómo se presente esta mediación, en caso de ser exitosa”, enfatiza Harvey.

Si se materializa un alto al fuego mediado por Estados Unidos, Trump podría vociferar una narrativa de carácter triunfalista, en la que atribuya el mérito directamente a su administración.

Cabe recordar que durante su campaña presidencial, el abanderado republicano insistió en que podría conseguir un fin inmediato de la guerra.

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Cómo una nueva alianza llamada CRINK está trabajando contra EEUU (y cómo Trump podría afectar en sus relaciones). Foto: archivo.

En caso de que Trump adopte una narrativa en esa dirección, se podría considerar que hubo una concesión excesiva de Rusia, lo que en efecto podría reforzar la percepción de rechazo a Estados Unidos por parte de los países del eje CRINK y cohesionar a la alianza informal.

Si el escenario no se da de esa manera y, por el contrario, se presenta como un triunfo de parte de Moscú, aquello podría debilitar la necesidad de apoyo mutuo entre los cuatro países.

No obstante, comenta Harvey, esto también aumentaría las tensiones entre Washington y gran parte de Occidente.

Las presiones y amenazas de Estados Unidos hacia los países que forman parte del eje y sus grupos aliados también son parte de la estrategia de la administración Trump en sus distintos frentes.

“Por ejemplo, el bombardeo a los hutíes está muy relacionado con tratar de desincentivar el enriquecimiento de uranio que está realizando Irán, porque es otro foco de conflicto”.

Sin embargo, destaca Harvey, “el interés estratégico principal de Estados Unidos es China”.

“Lo que está buscando Estados Unidos es tratar de neutralizar todos los focos menores de conflicto, para así preocuparse principalmente de China”.

Si las mediaciones de Washington para conseguir un alto al fuego en Ucrania fracasan, se espera que se refuerce la unidad de los países del eje CRINK.

Asimismo, la eventual imposición de más sanciones económicas estadounidenses podría contribuir a afianzar los vínculos entre los actores de la alianza.

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