El Informe Mundial Sobre Envejecimiento y Salud OMS del 2017, propone claves para promover la capacidad funcional de personas mayores de 60 años, entre las que se encuentran la actividad física y la alimentación saludable.
Según datos de la facultad de nutrición de la Pontificia Universidad Católica de Chile, a medida que vamos envejeciendo, se presentan distintos cambios fisiológicos en los órganos de los sentidos, el sistema inmune, función renal y sistema músculo esquelético, entre otras alteraciones.
Es por lo anterior que investigadores de la Universidad de Columbia intentaron develar cómo es que nuestra dieta influye en el proceso de envejecimiento.
¿En qué consistió el estudio?
Según afirmaron investigadores del estudio publicado en la revista BMC Biology, es complejo saber si existe relación entre la longevidad y la alimentación. Es por eso que su estudio se basó en el equilibrio de conjuntos de nutrientes.
El informe, por lo tanto, proporciona las razones de por qué es importante mirar más allá de un solo nutriente a la vez como respuesta única a la antigua pregunta de cómo vivir una vida larga y saludable.
Los autores del estudio probaron el impacto de la ingesta de nutrientes en la desregulación fisiológica entre un grupo de adultos mayores. Los datos incluyeron a 1560 personas, entre 67 y 84 años, para evaluar a gran escala cómo se asocia la ingesta de nutrientes con el proceso de envejecimiento.
Los investigadores seleccionaron al azar a todos esos participantes entre noviembre de 2003 y junio de 2005 de las áreas de Montreal, Laval o Sherbrooke en Quebec, Canadá. Para obtener los datos, volvieron a examinar a cada persona anualmente durante un total de 3 años y los rastrearon en el transcurso de otros cuatro.
El equipo de investigación cuantificó tanto el envejecimiento como la pérdida de homeostasis relacionada con la edad, mediante la integración de biomarcadores sanguíneos.
Estudiaron los efectos de la dieta dentro del marco geométrico para la nutrición y los aplicó a los macronutrientes (proteína, lípido, carbohidratos) y 19 micronutrientes.
A partir de ahí, los autores del estudio crearon modelos que exploran diferentes predictores nutricionales.
También estaban seguros de ajustarse a varios factores relevantes adicionales, como los ingresos económicos, el nivel educativo, la edad, la actividad física, el número de comorbilidades, el sexo y los hábitos actuales de tabaquismo.
Algunas conclusiones que obtuvieron
- El nivel óptimo de ingesta de nutrientes dependía de la métrica de envejecimiento elegida. La ingesta elevada de proteínas mejoró o deprimió algunos parámetros de envejecimiento, y los niveles elevados de carbohidratos mejoraron o deprimieron otros.
- En ciertos casos, los niveles intermedios de nutrientes funcionaron bien para numerosos resultados.
- Los niveles óptimos de un nutriente a menudo dependen de los niveles de otro, por ejemplo, vitaminas C y E que tienen una relación sinérgica. Los enfoques analíticos más simples son incapaces de captar y detectar tales asociaciones.
Los autores del estudio también desarrollaron una herramienta interactiva para explorar cómo diversas combinaciones de micronutrientes afectan diferentes aspectos del envejecimiento.
Resultados
Los investigadores de la Universidad de Columbia afirmaron que su enfoque “presenta una hoja de ruta para futuros estudios para explorar la complejidad total del panorama de la nutrición y el envejecimiento”, indicó Cohen, quien también trabaja con el Centro de Envejecimiento de Butler Columbia.
“Estos resultados no son experimentales y deberán validarse en otros contextos. Es posible que los hallazgos específicos, como la prominencia de la combinación de vitamina E y vitamina C, no se reproduzcan en otros estudios. Pero es probable que se mantenga el hallazgo cualitativo de que no hay respuestas simples para una nutrición óptima: fue evidente en casi todos nuestros análisis, desde una amplia variedad de enfoques, y es consistente con los principios evolutivos y mucho trabajo previo”, concluyó Cohen.
Recomendaciones de los profesionales
El envejecimiento trae consigo adelgazamiento del intestino delgado y reducción de su superficie de absorción, con la consecuente disminución de la absorción de agua, hierro, vitamina D y calcio. Además en la mayoría de la población se puede observar intolerancia a la lactosa, ya que el 30% de los adultos mayores mantiene una actividad de lactasa normal.
Consultamos a la nutricionista de la U. Católica, Josefa Funes Maureira, quien declara que un estilo de vida saludable es ideal para ayudar a la calidad de vida de adultos mayores. Y además existen micronutrientes críticos en esta etapa para mantener hábitos beneficiosos para la salud.
Entre los que se encuentran:
- Calcio: se puede observar una menor absorción de calcio, relacionados con los cambios en el metabolismo de la vitamina D. La gastritis atrófica limita la biodisponibilidad de calcio.
- Hierro: la mayor parte del hierro de nuestro cuerpo está presente en los glóbulos rojos, sobre todo como componente de la proteína hemoglobina. Su principal función en este caso es transportar el oxígeno en la sangre para distribuirlo desde los pulmones a los distintos tejidos del cuerpo.
- Zinc: se encuentra en las células por todo el cuerpo. Es necesario para que el sistema de defensa del cuerpo (sistema inmunitario) funcione apropiadamente. Participa en la división y el crecimiento de las células, al igual que en la cicatrización de heridas y en el metabolismo de los carbohidratos.
- Vitamina D: nutriente que el cuerpo necesita para fortalecer los huesos y mantenerlos saludables. Es por eso que el cuerpo solo puede absorber calcio, el componente principal del hueso, cuando la vitamina D está presente. La vitamina D también regula muchas otras funciones celulares en el cuerpo. Sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras contribuyen con la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales.
- B12: al igual que las otras vitaminas del complejo B, es importante para el metabolismo de proteínas. Ayuda a la formación de glóbulos rojos en la sangre y al mantenimiento del sistema nervioso central.
Por todo lo anterior es importante que los adultos mayores mantengan consultas médicas periódicas para controlar sus niveles de vitaminas y tener pautas alimentarias individualizadas y acordes a las necesidades de cada uno.