Cuáles son los tipos de armas nucleares, cómo se lanzan y cuáles son las más poderosas en la actualidad

Existen distintos tipos de armas nucleares que reúnen diferentes características.

Algunos misiles con capacidad nuclear pueden ser disparados desde silos en tierra, mientras que otros, pueden ser lanzados desde aeronaves o desde submarinos ubicados en posiciones estratégicas.

Hay unos que son diseñados para recorrer distancias de unos cientos de kilómetros.

No obstante, también hay ejemplares que son construidos para viajar miles de kilómetros, bajo el objetivo de que puedan alcanzar otros continentes.

Son múltiples los elementos que se deben considerar al analizar un arma nuclear, entre los que además se encuentran factores como la cantidad de ojivas que pueden transportar y cuál es su potencial capacidad destructiva.

Junto con ello, se debe tener en cuenta que hay misiles con capacidad nuclear que pueden ser cargados con explosivos convencionales y no necesariamente con material nuclear.

Pero antes de entrar en ciertas precisiones en cuanto a los misiles, revisaremos algunos conceptos más generales sobre las armas nucleares.

Más adelante en esta misma nota, también encontrarás datos sobre los países que cuentan con este tipo de armamento y cuáles son las piezas con mayor potencia en la actualidad.

Previo a adentrarnos en esos puntos, es necesario identificar cómo se pueden detonar las armas nucleares.

El investigador de AthenaLab y exoficial del Ejército de Chile, Marcelo Masalleras, anticipa a La Tercera que, en términos generales, hay dos formas de producir la reacción en cadena.

Es aquí cuando aparecen las siguientes divisiones principales: las bombas de fisión y las bombas de fusión.

El exoficial explica que las bombas de fisión “son aquellas en las que, normalmente, se bombardea un núcleo de uranio o de plutonio, y eso genera la ruptura de los átomos”.

“La ruptura de átomos libera otras partículas, neutrones generalmente, y eso genera la reacción en cadena. Entonces, lo que hay es una liberación de energía por el cómo se van fraccionando los átomos”.

Masalleras precisa que las primeras bombas nucleares en desarrollarse fueron de fisión.

Como referencia, las bombas Little Boy y Fat Man que Estados Unidos lanzó contra Hiroshima y Nagasaki (Japón) en agosto de 1945 eran bombas de fisión.

La primera era de uranio, mientras que la segunda era de plutonio.

Las bombas de fusión se diferencian de las anteriores en que “aquí la liberación de energía es por la fusión de los átomos, normalmente hidrógeno”, afirma el experto.

Estas tienen mayor potencia que las bombas de fisión y requieren de temperaturas extremadamente altas para desencadenar sus efectos destructivos.

“Lo normal es que el detonador de una bomba de fusión sea una bomba de fisión. O sea, se detona una bomba de hidrógeno con una bomba nuclear pequeña, pero nuclear al final y al cabo”, agrega Masalleras.

Por sus características, las bombas de fusión también son conocidas como bombas de hidrógeno.

“Hay otros derivados que no son bombas nucleares propiamente tal, como las bombas de neutrones o las bombas sucias, pero ahí no estamos hablando de lo mismo”.

Según el investigador, una premisa clave de las bombas nucleares es “la capacidad de generar una gran cantidad de energía con un solo artefacto”.

Una segunda arista a considerar en cuanto a las armas nucleares es la potencia de estas y las formas en que se pueden manejar.

Acá hay dos divisiones principales: las armas nucleares tácticas y las armas nucleares estratégicas.

Las armas nucleares tácticas son aquellas que fueron diseñadas para usarse en un ataque o campo de batalla limitado.

A su vez, tienen una menor capacidad de destrucción, si se les compara con las estratégicas.

Las armas nucleares tácticas más grandes llegan a los 100 kilotones.

Los kilotones son una unidad de medida para referirse a la cantidad de energía liberada por un explosivo.

Un kilotón equivale a la energía liberada por la explosión de 1.000 toneladas de TNT.

A modo de referencia, la bomba Little Boy lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 tenía una potencia de 15 kilotones.

La Fat Man lanzada sobre Nagasaki el 9 de agosto del mismo año era de 21 kilotones.

Aquello posiciona a ambas dentro de la clasificación de armas nucleares tácticas.

Las armas nucleares tácticas también son conocidas como “no estratégicas”.

Las armas nucleares estratégicas tienen una potencia mayor en comparación con las tácticas, por lo que también tienen un mayor poder de destrucción.

No obstante, en cuanto a la práctica, la diferenciación entre ambos términos ha sido cuestionada por distintas especialistas y líderes internacionales.

Durante una audiencia en el Congreso de Estados Unidos en 2018, el entonces secretario de Defensa del país norteamericano, James Mattis, manifestó: “No creo que exista tal cosa como un ‘arma nuclear táctica’”.

“Cualquier arma nuclear utilizada en cualquier momento es un cambio de juego estratégico”, agregó en la instancia, según declaraciones rescatadas por CNN.

El investigador del AthenaLab dice a La Tercera en una línea similar que “por muy pequeña que sea una bomba nuclear, por muy táctica que sea, siempre va a tener repercusiones estratégicas”.

“Independientemente de que tengas una bomba con un efecto más limitado que otras, sigue siendo un artefacto nuclear, con un gran poder de destrucción y teniendo repercusiones de carácter estratégico en la comunidad internacional”.

“El efecto del uso de una bomba nuclear va a ir mucho más allá del lugar donde se detone”, agrega el exoficial.

Las armas nucleares pueden ser disparadas mediante tres vías principales distintas.

La primera es a través de misiles en tierra, que pueden partir desde silos o desde plataformas móviles.

La segunda es a través de aeronaves, que lanzan los proyectiles desde el aire.

La tercera es a través de vehículos submarinos con capacidad nuclear.

Si un país con armas nucleares tiene la posibilidad de utilizarlas mediante las tres maneras, se dice que cuenta con una “triada nuclear”.

“El tema no se limita a que un país tenga la capacidad de construir un arma nuclear. Esa es solo una mitad. La otra es tener la capacidad para proyectar esa arma nuclear a otro lugar”, comenta Masalleras.

Los proyectiles, independientemente de si tienen capacidad nuclear, pueden clasificarse de acuerdo a la distancia en la que pueden alcanzar objetivos.

Están los misiles balísticos de corto alcance (o SRBM, por sus siglas en inglés), que pueden recorrer entre 500 y 1.000 kilómetros.

Luego vienen los de alcance medio (MRBM), que pueden viajar entre 1.000 y 3.000 kilómetros.

Después están los de alcance intermedio (IRBM), que pueden recorrer entre 3.000 y 5.500 kilómetros.

Los misiles balísticos que pueden llegar más lejos son los intercontinentales (ICBM).

Como su nombre lo sugiere, estos pueden viajar de un continente a otro, mientras que su alcance es de más de 5.500 kilómetros.

Un misil balístico individual puede llevar varias ojivas a través de lo que se conoce como un vehículo de reentrada múltiple e independiente (o MIRV, por sus siglas en inglés).

Este tipo de carga útil contribuye a que sea más difícil para un sistema de defensa antimisiles interceptar las amenazas que se acercan.

“El misil, normalmente intercontinental, vuela en trayectoria balística. Sale de la troposfera, va a una distancia suborbital. Cuando ingresa nuevamente, despliega pequeños vehículos o vectores que se pueden distribuir en distintos objetivos. Pueden estar bastante alejados unos de otros”, detalla el investigador de AthenaLab.

Los MIRV como tal no necesariamente tienen que llevar ojivas nucleares, sino que también, hay ejemplares que pueden operar con explosivos convencionales.

El investigador doctoral en el Proyecto Nuclear de Oslo (ONP, por sus siglas en inglés), Fabian Hoffmann, explicó previamente a La Tercera que “básicamente es una tecnología que proviene de la tecnología de los misiles nucleares y permite que los sistemas de misiles individuales lleven más de una ojiva”.

“Puede ser muy útil en el contexto de la estrategia nuclear, porque si tienes un misil y puedes llevar varias ojivas, eso significa que con un misil puedes destruir varias ciudades o varios objetivos militares, o puedes llevar un montón de ojivas reales y un montón de ojivas ficticias, lo que hace que sea mucho más difícil interceptarlas todas, porque puedes confundir al enemigo”.

Los datos estimativos de la Federation of American Scientists (FAS) aseguran que Rusia tiene alrededor de 4.380 ojivas nucleares operativas, de las cuales alrededor de 1.710 están desplegadas o listas para ser utilizadas.

Estados Unidos, por su parte, tiene unas 3.708 operativas, número del que 1.670 estarían desplegadas estratégicamente.

En total, China tiene unas 500 ojivas, Francia cerca de 290, Reino Unido unas 225, India unas 172, Pakistán unas 170 y Corea del Norte unas 50.

Según el análisis de la FAS, Israel tendría unas 90 ojivas nucleares, aproximadamente.

No obstante, las autoridades israelíes nunca lo han confirmado de manera oficial y se han mantenido más bien reticentes sobre este punto.

Las estimaciones de la FAS reflejan que Rusia es el país con mayor cantidad de ojivas nucleares y que los países miembros de la OTAN, juntos, llegan a un número similar al que dispone el Kremlin.

La segunda potencia que posee más ojivas es Estados Unidos.

Eso sí, el Doctor en Estudios Internacionales y oficial del ejército en retiro, Hugo Harvey, precisa que hay diferencias sustanciales en cuanto a los procedimientos que los presidentes de Estados Unidos y Rusia deben seguir para decidir el uso de un arma nuclear.

El también académico de las Universidad de Las Américas dice que el mandatario Vladimir Putin, “por sus características y las del sistema político ruso, no tiene ningún contrapeso”.

“Por ejemplo, en Estados Unidos, si el presidente quiere realizar un ataque nuclear o el lanzamiento de una bomba atómica, tiene que pasar por una serie de aprobaciones”.

“En cambio, en Rusia, el presidente puede hacerlo solo”.

Harvey agrega que las actualizaciones que Putin le hizo a la doctrina nuclear de su país facilitan ese poder de decisión.

La doctrina nuclear es el documento que establece las condiciones bajo las cuales consideraría el uso de armas nucleares.

Entre las armas nucleares más poderosas en la actualidad se encuentran el misil Trident II que poseen Estados Unidos y Reino Unido, y el DF-5C que posee China.

También están los proyectiles R-36 y RS-28 Sarmat, ambos de Rusia.

El Missile Defense Project del Center for Strategic and International Studies (CSIS) describe el UGM-133 Trident II D5, el cual es fabricado en Estados Unidos, como “un misil balístico intercontinental de tres etapas, propulsado por combustible sólido y lanzado desde submarinos”.

“Es desplegado tanto por Estados Unidos como por Reino Unido en sus respectivos submarinos nucleares de clase Ohio y Vanguard”.

El Trident D5 o Trident II, como también se le llama, tiene un alcance máximo de 12.000 kilómetros y puede llevar una carga útil de hasta 2.800 kilos.

“Su carga útil lleva un vehículo de post-impulso (PBV) que puede transportar hasta 12 vehículos de reentrada (RV), aunque el tratado NEW START limita el número a ocho”.

Esos vehículos de reentrada pueden contener la ojiva W76 de 100 kilotones o la W88 de 475 kilotones, detalla el CSIS.

A modo referencial, esta última tiene una potencia aproximadamente 31 veces mayor que la bomba Little Boy que se lanzó sobre Hiroshima en 1945, la cual era de 15 kilotones.

“Esta potencia de fuego convierte al Trident D5 en el primer misil estadounidense basado en submarino capaz de destruir objetivos reforzados”, afirma el grupo de expertos con sede en Washington.

El misil tiene 13,42 metros de longitud, 2,11 metros de diámetro y su peso es de unos 59.090 kilos al momento de su lanzamiento.

El DF-5, también conocido como Dong Feng-5 o CSS-4, es un ICBM que se dispara desde silos.

Fue el primer misil balístico intercontinental que desarrolló China y tiene el mayor alcance de todos los proyectiles que posee el gigante asiático en su arsenal actualmente.

Hay distintas variantes, como la DF-5A, la DF-5B y la DF-5C, la más reciente.

Se afirma que esta última puede equiparse con 10 MIRV, mientras que la versión anterior podía desplegar tres ojivas y la primera una ojiva única, según el CSIS.

El alcance del DF-5 es de unos 12.000 o 13.000 kilómetros, mientras que puede llevar una carga útil de entre 3.000 y 4.000 kilos, aproximadamente.

Su longitud es de unos 32,6 metros y su diámetro de unos 3,35 metros.

El peso de lanzamiento del misil es de 183.000 kilos y utiliza un motor de combustible líquido de dos etapas.

Sus características le permiten la posibilidad de lanzar grandes cargas nucleares a lo largo de Estados Unidos y Europa Occidental.

La potencia del DF-5 es de entre 1 y 3 megatones, según el grupo de expertos con sede en Washington.

Los megatones son una unidad de medida para referirse a la cantidad de energía liberada por un explosivo.

Un megatón equivale a la energía liberada por la explosión de un millón de toneladas de TNT.

El CSIS describe el R-36, también denominado SS-18 Satan o R-36M, como “un misil balístico de propulsante líquido, de alcance intercontinental y basado en silos”, el cual fue desarrollado inicialmente por la Unión Soviética.

Es una pieza clave del arsenal de Rusia y, se presume, han existido unas seis versiones desde que se inició el programa.

Actualmente, solo la versión Mod 6 sigue desplegada operativamente.

Esta tiene un rango de 11.000 kilómetros, una longitud de 34,3 metros, un diámetro de 3 metros y un peso de lanzamiento de 191.000 kilos.

La Mod 6 tiene 10 MIRV, cada ojiva con una potencia de entre 500 y 750 kilotones.

750 kilotones es el equivalente a unas 50 veces la potencia de la bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945.

Según rescata el CSIS, el R-36 Mod 6 utiliza dos niveles en su sección de instrumentos para alojar esa decena.

“Tanto el Mod 5 como el Mod 6 recibieron protección mejorada contra los efectos de las ojivas nucleares, señuelos mejorados y ayudas de penetración, mayor cobertura MIRV y una capacidad de reorientación rápida”.

Está previsto que estos misiles permanezcan en servicio hasta que su sucesor, el RS-28 Sarmat, entre en funcionamiento.

El RS-28 Sarmat de Rusia, también conocido como SS-X-30 Satan II, es un ICBM de tres capas propulsado por combustible líquido que actualmente está en desarrollo y que busca reemplazar al R-36.

El programa comenzó a trabajarse en la década del 2000, mientras que según el CSIS, el primer prototipo fue completado a finales de 2015.

Sin embargo, se han reportado deficiencias en su funcionamiento con el paso de los años, por lo que varias de sus pruebas se han cancelado o han enfrentado retrasos.

Inicialmente, el Kremlin tenía previsto que entrara en servicio en 2018, meta que no se cumplió y que ha sido postergada en distintas ocasiones.

El CSIS afirma que dos pruebas de lanzamiento desde silos, en marzo y mayo de ese año, “aparentemente fueron exitosas”.

Posteriormente, se confirmó que el 20 de abril de 2022 tuvo una prueba de vuelo exitosa.

El Sarmat tiene un alcance de entre 10.000 y 18.000 kilómetros, mientras que su longitud es de 35,3 metros y su diámetro es de 3 metros.

Su peso de lanzamiento es de 208.100 kilos y puede llevar una carga útil de 10.000 kilos.

Los medios estatales rusos aseguran que puede transportar 10 ojivas nucleares grandes o 16 más pequeñas con objetivos independientes, así como hipersónicos de planeo Avanguard.

No se han compartido mayores detalles sobre la potencia de las ojivas nucleares que puede transportar, aunque desde Rusia han anticipado que se trataría de su arma nuclear más poderosa.