Cuando las empresas no quieren contratar a personas mayores: así es el “edadismo” que afecta a Chile
La discriminación laboral hacia los adultos mayores de 50 años estaría latente en el país. Estos son los sesgos que llevan a las empresas a preferir contratar a jóvenes.
Se creería que los nervios de enviar un currículum, ser entrevistado y esperar una respuesta —que muchas veces no llega— es cosa de jóvenes que están buscando su primer trabajo. Sin embargo, una nueva radiografía de la situación laboral del país muestra que a quienes les cuesta más encontrar un empleo es a las personas mayores de 50 años.
Según un informe del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Universidad Católica, es a este grupo etario (entre 50 y 59 años) al que le ha costado más volver a trabajar después de la pandemia. Las tasas de desempleo son un 1,6% más altas que antes del Covid-19.
¿La razón? Para algunos analistas, se trata del fenómeno del “edadismo” laboral, que consiste en la discrminación por la edad al momento de ofrecer un trabajo. Es decir, las empresas en el país estarían reacias a contratar personas mayores.
El edadismo laboral que perjudica a los adultos en Chile
Para profundizar sobre el problema del “edadismo” en el país, la gerenta de desarrollo de negocios de Trabajando.com, María Jesús García-Huidobro le dijo a Emol que “existe un prejuicio o sesgo respecto de la capacidad de las personas mayores de adaptarse”.
La experta señaló que comúnmente se cree que los mayores de 50 años tienen más problemas al trabajar con personas jóvenes, utilizar nuevas tecnologías, aprender nuevas habilidades e, incluso, que pueden ser menos productivas.
“Muchas empresas prefieren contratar a personas jóvenes, asumiendo que tienen más energías y están más familiarizadas con las últimas tecnologías y tienen conocimientos más actualizados. Pero no necesariamente es así”.
La psicóloga y coach en fortalezas de la firma Gallup, Ana Troncoso, sugirió al mismo medio que, al contrario, la evidencia muestra que “las personas que han terminado la crianza son muy abiertas al aprendizaje”.
En paralelo, otro factor que provocaría esta discriminación a las personas adultas en el trabajo sería la percepción de que los mayores tienen expectativas salariales más altas, por lo que prefieren contratar gente joven para “ahorrar” esos montos.
García-Huidobro enfatizó en que muchas empresas del país no tienen políticas para fomentar la inclusión de trabajadores mayores. De hecho, desde el mismo proceso de selección, cuando se publican ofertas laborales, hay muchos trabajos que optan por establecer en los requisitos de postulación límites máximos de experiencia e, incluso, de una edad detallada.
Esto, según ambas expertas, podría repercutir en los adultos, no solo porque quedan cesantes, sino porque la situación de no poder conseguir empleo en meses puede provocar ansiedad, baja autoestima e incluso depresión.
Es por esto que García-Huidobró enfatizó en la importancia de implementar programas de sensibilización y capacitación para que los empleadores se desprendan de los sesgos y estereotipos de la edad y valoren los beneficios que pueden aportar las personas mayores en los trabajos.
Mientras tanto, instó a que los trabajadores mayores de 50 años que están buscando trabajo puedan capacitarse y mantenerse al día con la tecnología y nuevas herramientas que van apareciendo con el tiempo. “Esto es clave, si consideramos que muchos de ellos no han estado en búsqueda activa de trabajo en años, es ideal que se familiaricen con la búsqueda de trabajo online”.
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