Cuando Miguel Bosé fue dado por muerto tras rumores por sida
Después de una serie de insistentes rumores infundados sobre su vida íntima, una radio española afirmó que “El hijo del Capitán Trueno” se encontraba en estado terminal a causa de un diagnóstico de sida. Si bien Bosé ya había desmentido informaciones falsas en el pasado, volvió a referirse al tema en una extensa entrevista en televisión, en la que reveló controversiales episodios a raíz de las “fake news”.
Corría 1992 cuando las oficinas de distintos medios españoles recibieron una serie de insistentes y misteriosas llamadas telefónicas. En ellas, se decían rumores que ya habían surgido con anterioridad: que Miguel Bosé se encontraba en estado terminal, a punto de morir. ¿La causa? Una lucha contra el sida que supuestamente lo tenía en las últimas instancias de su vida.
Aquello generó desconfianza en la mayoría de los reporteros y comunicadores. Después de todo, si el artista pasaba por una delicada situación, ¿por qué no lo confirmaba oficialmente?
—La primera fue un susto. Yo estaba trabajando, sonó el teléfono, una voz de mujer no conocida; pensé que era una lectora o una persona de la calle, y simplemente dijo que investigáramos que el cantante Miguel Bosé se encontraba internado en la clínica Ramón y Cajal, que estaba con sida, y que estaba en fase terminal.
Recordó la periodista de ABC, Beatriz Cortázar, mientras que un artículo de El País detalló que los avisos en sus sedes empezaron en agosto y aumentaron progresivamente hasta octubre.
En aquel momento, el español ya gozaba de una imponente popularidad alrededor del mundo: tenía una decena de álbumes de estudio —desde Linda (1977) hasta Los chicos no lloran (1990)—, había visitado con éxito el Festival de Viña del Mar y hace apenas un año se había estrenado Tacones lejanos (1991), un filme dirigido por Pedro Almodóvar en el que él participó como miembro del reparto.
La fama de Bosé estaba en su cúspide, pero junto con ella, los rumores sobre él seguían apareciendo. Incluso, él mismo se había encargado de desmentir que tenía este virus en una entrevista con Mercedes Milá en RTVE, en 1986.
—Hasta se dijo que tenía sida (...) estoy perfectamente bien de salud —aseguró en dicha conversación—, no tengo nada que contar sobre mi vida íntima, porque me pertenece a mí, solo y exclusivamente a mí.
Un año más tarde, Bosé estrenó uno de sus álbumes más aclamados hasta la fecha: el mítico XXX (1987)
Según escribió él mismo en su libro Historia secreta de mis mejores canciones (Espasa, 2022), pasaba por un periodo “muy delicado”, en el que los “rumores malsanos” sobre su figura le afectaron durante su proceso creativo en el estudio The Ridge Farm, ubicado al sur de Londres.
—A pesar de lo apartado que estaba del mundo, falsos amigos se preocupaban en hacerme llegar todas las maldades. Era objeto de deseo de muchos y, de alguna manera, el ser y el hacerme inalcanzable, el no entrar al trapo de sus envites, sacaba de quicio a sus lenguas. Las especulaciones de todo tipo eran las consecuencias, un castigo con el que un sector de la escoria humana pretendía hacer daño (...) escribir fue un alivio, mi válvula de escape.
Tras pasar cuatro meses componiendo junto al productor Tony Mansfield —líder del grupo New Musik— , ambos dieron a luz a una decena de canciones que retrataron lo que Bosé vivía en aquel minuto.
Uno de ellos, el más directo, fue “Que no hay”.
—El texto empieza por una declaración casi axiomática “que no hay calidad humana que me pueda dañar”. No era una advertencia, tampoco una constatación, era una sentencia (...) quedaba, así pues, practicando el exorcismo y fuera de toda “intención pagana que no quiera probar”, de toda aquella malasangre que lanzaba rumores y bulos, solo porque no podían tenerme (...) les mandaba el mensaje de que conocía perfectamente sus intenciones.
De esta manera, enfatizó refiriéndose al tema:
—Es, aún hoy, un excelente y válido autorretrato de actitudes y posicionamientos, de creencias y valores. Una carta de presentación para los intrusos.
Pero a pesar de que Bosé insistió —explícita e implícitamente— que quería alejarse de los chismes malintencionados, un día finalmente lo dieron por muerto.
El programa de radio que sepultó a Miguel Bosé con rumores sobre que tenía sida
El 16 de octubre de 1992, una radio española compartió la “exclusiva” con sus oyentes y afirmaron que Miguel Bosé había muerto tras sufrir complicaciones asociadas al virus.
Rápidamente, esas informaciones falsas se hicieron virales y miles de seguidores ya lloraban la partida del icónico artista.
En aquel momento, el cantante se encontraba en Francia para el rodaje de Mazeppa (1993) —en donde interpretó el papel de Gericault— por lo que no pudo desmentir las falsas informaciones sobre su muerte en persona hasta que volvió a España.
Una vez que llegó, visitó nuevamente a Mercedes Milá para una entrevista televisiva, aunque en esta oportunidad, en el marco de Queremos saber de Antena 3 y vistiendo un lazo rojo en su chaqueta, como símbolo de apoyo a la lucha contra el sida.
“No sé si darte las buenas noches o qué, porque verdaderamente mucha gente quería verte, comprobar que estabas vivo y sobre todo que dieras la cara. ¿Cómo has vivido todo esto?”, le preguntó al inicio la presentadora, a lo que él respondió en un tono seco:
—Indudablemente, con mucha furia.
Bosé profundizó en que no se enteró del asunto hasta una semana después, debido a que estaba concentrado en las grabaciones finales de la cinta en la región de Normandía.
—Ya había explotado el tema (...) durante mucho tiempo, mi gente más cercana intentó retener un poco ese tipo de informaciones para que no me llegaran y no me distrajeran —explicó—, fue realmente una furia enorme y una impotencia muy grande (...) quien hubiese querido saber dónde estaba desde el principio, habría podido saberlo, ya que bastaba con llamar a mis agentes y preguntarles.
Bajo esta línea, añadió:
—Estaba encabronado.
Al presentarse en el canal, quedó más que claro que Miguel Bosé estaba vivo, pero aún habían dudas respecto a si tenía sida o no, un factor que aún generaba preocupación entre la audiencia y sus seguidores.
Frente a esta situación, Milá le preguntó después de excusarse por invadir su intimidad:
—¿Te has hecho ese análisis? Que por cierto, deberíamos hacernos todos.
Fue ahí cuando Bosé explicó abiertamente que “por supuesto” y que —por normativa profesional— antes de empezar a grabar Mazeppa tuvo que hacerse un examen “absoluto y total”, que incluyó un test de VIH que le salió negativo.
Junto con ello, destacó que las informaciones falsas sobre su estado de salud también se traspasaron a su trabajo, hasta el punto en que a pesar de que tenía vigentes los resultados del análisis, tuvo que hacerse otro para corroborarlo y así poder adoptar un siguiente papel.
—Tuve que volver a hacerme el examen a los cuatro meses, para llevar un certificado fresco, de dos días y me dieran el ok. Me pidieron que los perdonara y entendiera —relató Bosé—, les dije: “Mira, vamos a dejar este tema, estoy hasta las narices y ya no puedo más (...) aquí tienes tu prueba, dame el contrato, firmémoslo y vamos para adelante”.
La discriminación que enfrentó a causa de los rumores sobre su salud
Uno de los episodios más complejos que relató en Queremos saber tuvo lugar en su regreso a España, después de que se divulgaran los falsos rumores.
—En el avión, cuando llegué, había tres filas y las dos personas que estaban a mi lado. Pasé por delante, me senté. El primero no me reconoció, y de repente el señor de al lado se quedó lívido, recogió sus papeles y se fue a otro sitio a sentarse —contó, para luego recalcar que el sujeto probablemente tenía “miedo de un supuesto contagio” y que fue “un imbécil”, ya que dicho diagnóstico no se traspasa de esa manera.
Pese a que Bosé no enfrentaba un padecimiento de sida, manifestó irónicamente y mirando hacia el público que para transmitir la enfermedad, “tendríamos que acostarnos tú y yo, idiota, y más encima hay muy pocas probabilidades de que eso pase, ¿entiendes?”.
—Lo que podrías temer, es que esté pasando por una gripe y que me siente acá al lado tuyo, porque eso sí te lo puedo contagiar. Estás trabajando todos los días con gente así —añadió el cantante—, yo me quedé alucinado (...) imagina por lo que deben pasar las personas que realmente tienen esta enfermedad.
Desde la visión del periodista especializado en música, Joaquín Vismara, quien escribe para medios como Rolling Stone Argentina y La Nación, los rumores en torno a Miguel Bosé y su supuesto contagio de sida fueron, en parte, “una manera de boicotear o destronar la fama de un artista que no era del agrado de quien inventó estas afirmaciones”.
Pero junto con ello, según explica a La Tercera, es necesario comprender el contexto histórico en el que se dio esta situación.
—En aquel entonces, las cuestiones relacionadas a las celebridades y el sida eran bastante recientes, porque esto pasó cerca de un año después de la muerte de Freddie Mercury (1991), quien mantuvo su padecimiento en secreto y lo sacó al público cuando su cuadro ya estaba en una etapa terminal (...) el sida todavía era una especie de tabú, por lo que a su vez, la concientización era bastante relativa y no se tenían demasiados parámetros de conocimiento.
A ello le suma que “en los 90, el VIH y el sida todavía arrastraban el estigma (para mucha gente) de ser vistas como un diagnóstico vinculado exclusivamente a la comunidad gay”.
—Me parece que en el caso de Miguel Bosé no es un dato menor: es crear un rumor sobre lo que era visto como “la enfermedad que le corresponde solamente a los homosexuales”. Había una doble animosidad: no solamente hacer creer su muerte, sino que además, señalar su orientación sexual como causa de aquello —dice el periodista.
Los años posteriores y la serie que retrata la vida de Bosé
Con el paso de los años y a pesar de que no tenía este padecimiento, el cantante español se esforzó en concientizar sobre el tema, hasta el punto en que asumió como embajador de la Fundación para la Lucha contra el sida y dirigió las galas benéficas de la organización.
Según informó El País, solo en la de 2014 reunieron más de 710.000 euros con él como anfitrión.
Asimismo, en conversación con Vanity Fair en 2016, dijo que lo hacía porque “mató a muchos amigos y me prometí que haría algo”.
La instancia en la que el autor de “Que no hay” volvió a la televisión española en 1992 para reafirmar que no tenía sida es retratada en la serie Bosé, la cual tiene seis capítulos en los que Iván Sánchez, José Pastor y Hugo Fuertes interpretan al músico en distintas etapas de su vida.
Ya puedes verla en Paramount+. Mientras tanto, revisa un tráiler a continuación.
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