Dentro de las polémicas fiestas del rapero Sean “Diddy” Combs: los vecinos estaban “perturbados”

Sean Combs, también conocido como Diddy, P. Diddy o Puff Daddy, continúa en el ojo de la tormenta, después de haber sido arrestado por los cargos de abuso y tráfico sexual y crimen organizado, entre otros, en Estados Unidos.

En la acusación, las autoridades han mencionado numerosas veces las fiestas de Diddy, que habrían sido descontroladas y donde cientos de víctimas habrían sido drogadas y forzadas a tener relaciones sexuales, mientras el rapero tomaba registros en video.

Así lo especificaron algunos denunciantes, entre ellos, Casandra Ventura —la cantante Cassie—, quien fue expareja del artista y una de las primeras personas que decidió demandar. Aunque en su caso llegaron a un acuerdo, marcó un precedente para que otras víctimas decidieran alzar la voz.

Para entender mejor qué pasaba dentro de las fiestas polémicas de Diddy, un equipo de la BBC entrevistó a numerosos testigos, quienes entregaron detalles que no se conocían hasta ahora sobre estas “celebraciones”.

Esto fue lo que contaron.

Antes de ser trasladado a un recinto penitenciario en Brooklyn, Sean Combs vivía en la calle más cara de Beverly Hills, en Los Ángeles. Era vecino de la mansión Playboy de Hugh Hefner.

Según describieron desde la BBC, la casa está rodeada de vallas altas para proteger su privacidad, y en la puerta hay antorchas encendidas día y noche.

Esta mansión fue el lugar de encuentro para varias Fiestas Blancas que organizaba Diddy, donde asistían los artistas más célebres e importantes del momento, pero también donde, según algunos testigos y demandantes, también sucedían hechos criminales.

Una de las demandas establece que “la fiesta más candente del año fue una ‘fachada’ que le permitió a Diddy una conducta ‘siniestra’”.

Un hombre que demandó al rapero relató que cuando tenía 16 años, en 1998, asistió a su primera Fiesta Blanca con emoción, pues creyó que era la puerta de entrada para establecer su carrera musical. Pero cuando iba al baño, se encontró con Diddy a solas.

El rapero le habría dicho que tenía la “apariencia adecuada” y que él tenía el poder de convertir a cualquier persona en una estrella. Entonces, le habría ordenado que se bajara los pantalones para examinarlo y tocarlo, se lee en la demanda.

Diddy le habría dicho que esto era un “rito de iniciación” y “el camino para convertirse en una estrella”.

Mientras aquello pasaba detrás de las altas murallas, los vecinos alegaban por las fiestas que incomodaban a varias cuadras alrededor. Según los registros públicos a los que accedió la BBC, la policía llegó a la mansión al menos 14 veces en 7 años.

Aunque ningún vecino quiso ser identificado en la prensa, sí denunciaron que estaban “hartos y perturbados” por lo que veían cuando se celebraban este tipo de fiestas.

“Durante seis o siete años hubo sólo fiestas, fiestas, fiestas”, aseguró una vecina. Según describió, se veía mujeres a todas horas y “gente que salía y se sentaba en la calle, sin saber dónde estaban”.

Contó que estas personas parecían “perdidas” y “se les veía en ropa interior”.

El publicista Rob Shuter, que trabajó con Diddy cuando estaba en el prime de su fama (entre 2002 y 2004), le dijo a la BBC que ser invitado a las fiestas del rapero era un “honor” para cualquier celebridad del momento.

Las listas de invitados estaban conformadas por estrellas como Justin Bieber, Jennifer Lopez, Mariah Carey, Paris Hilton, Ashton Kutcher, Leonardo Di Caprio, Chris Brown, Usher, Jay-Z, Beyoncé, entre muchos otros.

“Cuando Diddy te guiñaba un ojo y te decía que entraras a la sección VIP, sabías que te esperaba una muy buena noche”, contó el publicista.

Shuter reveló que Combs comenzó a utilizar estas fiestas para mantenerse en el “centro” de la industria de la música y el entretenimiento. “Estaba descubriendo que la forma de conseguir la mayor atención era convertirse en el rey de la fiesta de Nueva York”.

Según describió, Diddy estaba “obsesionado” con el poder y quería seguir siendo famoso a toda costa. Shuter dijo que le encantaba que le tomaran fotos y que todos supieran que su estilo de vida era caro.

El trabajo del publicista era ayudar a mantener a Diddy en la cima.

“La razón por la que fue una superestrella es porque solo piensa en Diddy. Desde el momento en que se despierta hasta el momento en que se va a la cama. El pasatiempo de Diddy es Diddy”.

El expublicista de Diddy también contó que el rapero tenía una “profunda fascinación” por la Familia Real británica. Mientras trabajaba para él, recordó que Diddy le pidió más de 10 veces que llamara a los príncipes Harry y William para que asistieran a sus fiestas.

Tal era su interés para que asistieran, que incluso ofrecía pagar todo el viaje, alojamiento y su seguridad. Pero ninguno de los dos príncipes aceptó sus invitaciones.

“Él se consideraba un rey, por lo que tiene mucho sentido que le hubiera gustado tener dos príncipes en su séquito”, dijo el publicista. También afirmó que el rapero tenía enmarcadas las fotografías de Harry y William en su departamento de Nueva York.

En total, habrían más de 100 demandas en contra de Sean “Diddy” Combs por abuso y tráfico sexual, y pareciera que cada vez se suman más.

Recientemente, la exestrella de cine para adultos Adria English dijo que fue “preparada para el tráfico sexual” mientras trabajaba en las Fiestas Blancas. En ellas, según relató, se mezclaba el alcohol con drogas.

Otra demanda de un hombre que decidió permanecer en el anonimato acusó a Diddy de haberlo violado en una Fiesta Blanca en 2006 mientras trabajaba como seguridad en el evento.

La mayoría de las acusaciones refieren a que fueron “coaccionados u obligados a tener relaciones sexuales” por Diddy u otras personas de su entorno.

Ante ello, los abogados del rapero aseguraron que todas las demandas son “claros intentos de obtener publicidad” y que las acusaciones de lo que sucedía en sus fiestas son “infundadas”.

“Las fiestas blancas y otros eventos de Sean Combs fueron icónicos, una verdadera convergencia de hip hop, Hollywood y la excelencia negra”, dijeron en un comunicado a la BBC.

“Es decepcionante ver a los medios y a los comentaristas sociales convertir estos momentos culturales en algo que no fueron. Avergonzar a las celebridades que asistieron, sacar videoclips y fotografías fuera de contexto e intentar vincular estos eventos con acusaciones falsas simplemente no tiene validez”.

Sin embargo, los encargados de defender a las víctimas dijeron que “hay más por venir”: “Combs no hizo todo esto por sí solo. Utilizó su negocio, los empleados de ese negocio y otros asociados cercanos para salirse con la suya”, declaró el fiscal federal de Nueva York, Damian Williams.

La autoridad enfatizó en que la investigación contra Diddy todavía está abierta y está previsto que su juicio se realice en mayo de 2025.