Un grupo de científicos de San Luis (Misuri, EE.UU.) descubrió anticuerpos que eliminan placas de Alzheimer años antes de que los síntomas característicos de esta enfermedad empiecen a ser visibles, según un estudio publicado hoy en la revista especializada Journal of Clinical Investigation.

El hallazgo, probado en ratones hasta el momento, podría conducir a una forma de detener el daño cerebral provocado por las placas amiloides, que se acumulan en el cerebro en pacientes con Alzheimer, mientras la enfermedad está todavía en sus etapas iniciales.

"Muchas personas acumulan amiloide durante muchos años, y el cerebro simplemente no puede deshacerse de él. Al eliminar las placas, si comenzamos lo suficientemente temprano, podremos detener los cambios en el cerebro que producen olvido, confusión y deterioro cognitivo", señaló el autor principal de la investigación, David Holtzman, de la Universidad de Washington en San Luis.

En una investigación anterior, Holtzman y sus colegas demostraron que un compuesto basado en ADN que se dirige al gen APOE, una proteína que forma parte de las placas de Alzheimer, puede disminuir la lesión causada en el cerebro.

Sin embargo, en este estudio centraron sus esfuerzos en determinar si estas placas podrían eliminarse, una medida que debería proteger mejor al cerebro ante el Alzheimer.

Para llegar a esa conclusión, focalizaron la investigación en los anticuerpos que reconocen y se unen al gen APOE.

Una vez que los anticuerpos se unen al APOE, atraen la atención de las células inmunes itinerantes, que transportan el anticuerpo y el objetivo para destruirlos.

Los investigadores probaron varios anticuerpos que reconocen el APOE humano en ratones genéticamente predispuestos a desarrollar placas amiloides y con un gen APOE humano.

Durante seis semanas, los roedores recibieron inyecciones semanales de placebo o anticuerpos contra el APOE y, posteriormente, los neurólogos midieron la cantidad de placas en sus cerebros.

Un anticuerpo llamado HAE-4 disminuyó el nivel de placas de Alzheimer en el cerebro de los ratones a la mitad, según las conclusiones del estudio.

Además, el HAE-4 no tuvo ningún efecto sobre los niveles de APOE en la sangre, una cuestión relevante, ya que el gen APOE juega un papel importante en el transporte de grasas y colesterol en el cuerpo, por lo que eliminarlo del torrente sanguíneo podría crear efectos secundarios no deseados.

"Resulta que el APOE en las placas tiene una estructura diferente a la forma del APOE que se encuentra en la sangre. El anticuerpo HAE-4 reconoció sólo la forma que se encuentra adherida a las placas en el cerebro", relató Holtzman.

De este modo, el equipo encontró que los anticuerpos que se dirigen a APOE pueden tener éxito en la eliminación de placas en las personas y es "menos probable" que desencadenen una respuesta inmune destructiva.

Los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington están planeando más estudios para determinar si hay anticuerpos similares seguros y si podrían ser lo suficientemente efectivos para ser usados en personas próximamente.