Detective Heredia: el software que utiliza la Fiscalía para perseguir redes criminales con Inteligencia Artificial

No es mujeriego, ni tiene un gato, pero sí se desenvuelve a la perfección en las oscuras noches donde el mal no perdona. Y es que existen crímenes tan complejos de resolver, que el equipo de investigación de la Fiscalía recibió al Detective Heredia para automatizar y agilizar sus labores.

El hábil personaje salió de las páginas de los libros y cómics de Ramón Díaz Eterovic y personalizó al nuevo sistema de Inteligencia Artificial (IA), basado en el modelo de ChatGPT, que el Ministerio Público está utilizando para combatir el crimen en Chile: Heredia (Herramienta para el Estudio del Delito usando Inteligencia Artificial).

El detective de IA es capaz de perseguir a delincuentes y ayudar al fiscal a cargo a investigar y resolver casos de detección de mercados criminales en materia de robos que, manualmente, podrían demorar mucho.

“No reemplaza la labor del analista, pero la apoya y hace más eficaz”, explica a La Tercera Ana María Morales, gerenta de la División de Estudios de la Fiscalía Nacional.

“Permite absorber información de un gran volumen de datos que un analista humano puede hacer, pero le tomaría mucho tiempo”, agrega.

El tiempo en esta profesión es oro, por lo que la IA Heredia está programada para dos grandes tareas que se nutren mutuamente. En conversación con La Tercera, Richard Weber, académico de Ingeniería Industrial de la U. de Chile, investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y líder del equipo que desarrolló esta IA, cuenta a detalle su funcionamiento.

Lo primero es que el detective Heredia, como si fuese una persona real, puede entender los testimonios de las víctimas que han sufrido algún tipo de crimen, aún cuando éstas tengan faltas de ortografía o una mala redacción.

Ya sean escritos que se presentaron directamente en Fiscalía o en la aplicación ciudadana SOSAFE, el sistema de IA leerá esos textos, los analizará y cruzará los datos con otras denuncias en la base de datos.

“Por ejemplo, si un robo a una casa ocurrió el día anterior y el fiscal solo tiene la información del testimonio de la víctima, aplicamos la IA que leerá el relato, pero al mismo tiempo leerá todos los demás relatos de la base de datos del ministerio (de los últimos 20 años más o menos)”, explica Weber.

Se trata de una especie de “filtro inteligente” que le dirá al investigador: “¿Sabes? Lo que tú investigas ahora se parece mucho a un delito que ocurrió hace tres meses atrás y otro que ocurrió hace dos años”. Y es que existen modus operandi de delincuentes que se parecen y comparten patrones, por lo que se puede enriquecer el análisis encontrando a algún imputado de un delito pasado que podría estar relacionado con el que está vigente.

“Evidentemente una herramienta que nosotros vamos a poder ampliar para precisamente entender los mercados, particularmente de la droga y los homicidios, que están vinculados también al crimen organizado”, declara Morales.

No se trata de Facebook, Instagram ni TikTok. Sino que Heredia, después de analizar los datos, puede formar una red social entre los delincuentes. Cada uno sería un “nodo” en una gran red, conectados con criminales con los que hayan participado en el pasado.

Es decir, si dos antisociales delinquieron juntos en una ocasión, con esa información se forma una red para buscar conexiones entre ellos, algo como la herramienta de Facebook Amigos en común, lo que podría dar pistas en casos específicos.

Weber dio un ejemplo claro: “Si capturaron a un delincuente en el momento de un robo, pero según la víctima, eran cinco, con esa única persona que tenemos podemos buscar los contactos que tiene y, por ende, guiar mejor la investigación de fiscalía”.

Así lo confirmó Morales, desde el Ministerio Público, pues la herramienta les ha ayudado a encontrar a esos sujetos que “están más predispuestos a integrar las bandas criminales, en base al análisis de datos”, lo que ha hecho que las investigaciones sean “más eficientes y efectivas”.

Weber y Morales confirman que actualmente Heredia ya está trabajando en casos mediáticos y actuales y que funciona. “Es fascinante”, reconoció el ingeniero alemán que desarrolló la herramienta.

En paralelo, la gerenta afirma que ya están empezando a utilizarlos en casos reales pero todavía no de manera masiva, pues Heredia se incorporó recién en marzo, después de haber trabajado dos años en el proyecto en conjunto.

Además, Morales reitera que se está usando “para efectos del análisis criminal, lo que no reemplaza en ningún sentido el quehacer de investigación, ni menos de los fiscales”.

“Nosotros no entrenamos el modelo desde cero. Tomamos el de ChatGPT, que OpenAI entrenó con millones de páginas web y mucho, mucho texto y luego lo ajustamos a los textos de Fiscalía”, explica Richard Weber.

El equipo, liderado por el académico y conformado por Carla Vairetti, de la Universidad de Los Andes, Freddy Troncoso, de la Universidad del Biobío y Sebastián Maldonado, de la Universidad de Chile, se adjudicaron este proyecto hace cinco años en base a una tesis estudiantil. Y las entidades asociadas son el Ministerio Público y la empresa SOSAFE.

El modelo base de GPT se puede comprar para desarrollarlo y convertirlo en todo tipo de herramientas. Y en esta propuesta, los profesionales optaron por una que ayude a combatir el crimen organizado.

Y es que en la actualidad, existen muchas instituciones en el mundo que están experimentando con la IA para agilizar y automatizar sus labores: “Es una realidad que se está implementando cada vez más”, comenta Matías Aránguiz, subdirector del Programa Derecho, Ciencia y Tecnología de la PUC a LT.

Sobre las equivocaciones que puede tener este tipo de IA y que se han reportado con el modelo de OpenAI, Aránguiz recalca la necesidad de fomentar que se use más, pero que se use bien: “Hay que ir complementando con formación, educación, capacitación y con una auditoría algorítmica que va más allá de ‘la herramienta perfecta’”.

Así también piensa Weber, desarrollador de Heredia, que cree importante que exista una “regulación de la Inteligencia Artificial en todos ámbitos, además de educar a la gente. En vez de prohibir algo, debemos enseñar cómo usarlo ¿Por qué no usar algo que pueda tener mucho, mucho beneficio? Los riesgos existen, por supuesto, estoy muy consciente de eso, pero tenemos que enfrentarlo de la mejor manera”.

Pero Aránguiz también hizo una llamado a que las instituciones “estén constantemente cuestionando a la herramienta, al igual que lo hace una persona. Si yo como persona asigno recursos, cada tiempo deberían preguntarme cómo lo estoy haciendo. Hay que revisarla constantemente”.

Y es que, según explica, hay errores que resultan obvios al no tener una respuesta lógica, pero otros que parecen correctos cuando, en realidad, no lo son. Y en materia de función judicial, hay que tener mucha precaución con el márgen de error que pueda arrojar la herramienta.

“Que sea ético y que cumpla con la ley. Y es que no tenemos muchas reglas”, afirma, resaltando la necesidad de que la IA se regule para poner límites y utilizarla con seguridad.