El ciclista alemán que pedalea desde Ecuador a Chile recaudando fondos para pacientes con cáncer de sangre
Desde agosto, Benedikt Goesmann ha estado pedaleando casi sin parar para llegar a Santiago de Chile. Aunque el camino no ha sido sencillo, pues ha tenido que enfrentar calor extremo, lluvias, caídas y las alturas andinas, está a solo días de llegar a Santiago y completar la misión.
Benedikt Goesmann ha pasado los últimos meses intentando completar una de las travesías más importantes de su vida.
En agosto, mientras estaba en Ambato, Ecuador, el joven alemán se subió a su bicicleta junto a su perro Bruno y partió un recorrido de más de 5.000 kilómetros que tiene como destino final a Santiago, Chile.
Su misión, llamada Ride for All, es reunir fondos para pacientes con cáncer de sangre y visibilizar lo necesario que es mejorar el acceso a trasplante de células madre sanguíneas en la región. Los recursos que logre recaudar irán para DKMS Chile, fundación que busca conectar a personas que padecen de esta enfermedad con donantes compatibles con la esperanza de salvar sus vidas.
La decisión de Benedikt de emprender el viaje no fue al azar. Su esposa Alicia, a quien conoció mientras ambos estudiaban en Colombia, falleció por leucemia en noviembre de 2019.
“Aunque luchó mucho, no pudo derrotar la enfermedad. Cuando se enteró de que las posibilidades de vencer esta enfermedad en Sudamérica eran menores que las que ella tenía en Alemania con el tratamiento, dijo que le gustaría hacer algo para que muchos pacientes tuvieran sus mismas posibilidades. Ese era su sueño después de recuperarse”, cuenta en entrevista con La Tercera.
Tras el fallecimiento de Alicia, Benedikt se propuso cumplir los últimos deseos que ella había manifestado y honrar su memoria a través de Ride for All.
La primera travesía de Ride for All
La hazaña que está haciendo el joven en Sudamérica no es la primera en su historial. En 2022 recorrió en bicicleta nueve países de Europa, entre ellos Suiza, Francia, Italia y Portugal, con el fin de recaudar fondos para la misma organización.
“Recaudamos más o menos unos 70 millones de pesos chilenos y pudimos financiar el tratamiento de tres pacientes”, describe.
En esta ocasión también hizo la ruta junto a Bruno. Meses antes de que se enfermara de leucemia, Alicia le dijo a Benedikt que como familia necesitaban un compañero canino y llevó Bruno a su hogar. Él nunca había tenido un perro, pero ella le mostró detalladamente cómo tratarlo y educarlo.
“Muchas veces pienso en que ella sabía que, si pasaba algo, tendría a este compañero para que no estuviera solo. Siempre anda conmigo a todos lados, hizo la primera travesía en Europa, vivió conmigo dos años en México, donde yo ando él me acompaña. Es un bonito recuerdo que me queda de Alicia”, confiesa el joven.
El viaje en bicicleta desde Ecuador a Chile
Para la segunda gira de Ride for All, Benedikt escogió como punto de partida un lugar muy especial: Ambato. La ciudad ecuatoriana, conocida por su Fiesta de Flores y Frutas, es la tierra de origen de su fallecida esposa y donde aún viven sus padres.
Luego de meses de planificación para encontrar la mejor ruta, en agosto se subió a la bicicleta desde la casa de los padres de Alicia y comenzó a pedalear sin mirar atrás.
Desde entonces, su rutina consiste en dedicar unos 4 o 5 días a pedalear y uno para recuperarse o hacer tareas cotidianas, como lavar su ropa. “En promedio son como 70 a 80 kilómetros por día que recorremos”, explica.
En Ecuador pasó por lugares emblemáticos como el Volcán Chimborazo, Guamote, Lagunas de Atillo, Macas, San Juan del Bosco y el Pangui. En septiembre atravesó a Perú, donde paseó por Mollebamba, Chuquicara, Huallanca, Caraz, Huaraz, Huancho, Chancay y Lima. Desde allí se dirigió a Bolivia.
El camino, eso sí, no ha sido sencillo, dice Benedikt. Las alturas de los Andes, carreteras con piedras, caídas, calor extremo, lluvias, problemas estomacales, un robo de un hombre que fingió ser policía y una mordedura de perro, son solo algunas de las situaciones que ha tenido que sortear en los últimos meses.
“Cuando estoy en la bicicleta los perros nos persiguen siempre, creo que también les llama la atención Bruno. Al inicio no sabía cómo enfrentarlo, porque el truco es realmente frenar y no irse rápido, que normalmente se hace por instinto”, cuenta.
Y es que a pesar de lo malo, el alemán asegura que esta gira le ha traído varias lecciones de “resiliencia y perseverancia” y que hay cosas que podrían ser mucho peores, según ha mencionado en sus redes sociales.
El 14 de noviembre, con ya 2.700 kilómetros recorridos, Benedikt consiguió llegar a territorio chileno. Hasta ahora ha pedaleado por Arica, Iquique, Calama, San Pedro de Atacama, Antofagasta, Chañaral, Caldera e Illapel.
Ahora su destino final está cada vez más cerca. El plan es llegar a Santiago el próximo 29 de diciembre para entregar el dinero recaudado a DKMS Chile. Antes de eso, debe recorrer Cabildo, pasar la Navidad en Viña del Mar y dirigirse a Olmué.
Al reflexionar sobre los pocos kilómetros que le quedan para llegar a su meta, Benedikt asegura que no puede evitar recordar cuando, en su primera gira, también estaba por llegar al último lugar.
“Estoy emocionado. Hace unos días que me di cuenta que falta muy poco y se siente muy bien. Me acuerdo cómo era el sentimiento de llegar la primera vez a Lisboa, lloré y pensé en todo lo que había pasado. Ahora que estoy pedaleando en esta aventura, siento lo mismo”, dice.
El ciclista también enfatiza en la importancia de registrarse como potenciales donantes de células madre sanguíneas, que puede ayudar a que pacientes con este tipo de cáncer puedan encontrar un donante compatible que les ayude a salvar su vida.
“Tal vez uno piensa que es muy difícil donar, pero no lo es. Esta es una enfermedad que a cualquiera le puede pasar, puede ser un amigo o alguien de tu familia”, enfatiza.
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