El mundo ha cambiado desde la primera guerra comercial de Trump: estos países están listos para contraatacar a EEUU
Un investigador de la Universidad de Columbia entregó su análisis al Wall Street Journal. Planteó que EEUU debe tener ciertas consideraciones sobre sus aliados.
En el primer mes de su regreso a la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden que impone aranceles a productos provenientes de México, Canadá y China.
El documento determinó que los dos primeros sufrirán un impuesto fronterizo del 25%, mientras que el gigante asiático se enfrentará a un 10%.
Pese a que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, pudo llegar a un acuerdo para suspender los aranceles a su país por un mes, las amenazas del abanderado republicano en el plano económico han levantado las alertas a nivel mundial.
Durante las últimas semanas, ha amenazado con imponer aranceles desde a Colombia y Rusia hasta la Unión Europea y los BRICS.
El investigador principal del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia, Edward Fishman, escribió un artículo para el Wall Street Journal en el que planteó que “el segundo mandato de Trump se perfila como una versión turboalimentada de su primero”.
Fishman, quien también es autor del libro Chokepoints: American Power in the Age of Economic Warfare (Portfolio, 2025), explicó que “en aquel entonces, como ahora, sus acciones estuvieron a la altura de su retórica”.
Detalló que “impuso aranceles a China, redujo las exportaciones de microchips a Huawei y lanzó campañas de ‘máxima presión’ contra Irán, Corea del Norte y Venezuela”.
Según su revisión, la cantidad de sanciones que impuso en cuatro años fue similar a la que el expresidente Barack Obama impuso en ocho.
No obstante, Fishman recalcó que en ese momento “las represalias fueron moderadas”, mientras que el escenario geopolítico era considerablemente distinto.
“Estados Unidos todavía vivía en un mundo parecido al amanecer de la era nuclear en la década de 1940: poseía armas económicas temibles, pero nadie más las tenía”.
“Hoy, el mundo se ve muy diferente. Muchos países están preparados para contraatacar. El riesgo de una guerra económica global que se intensifique rápidamente es alto, y Estados Unidos está mal equipado para prevenirla”, aseguró el experto.
Qué países están listos para contraatacar a Estados Unidos ante las medidas de Trump
El especialista de la Universidad de Columbia explicó que la intensificación de la competencia entre las grandes potencias ha traído consigo que las cadenas de suministro integradas y los mercados financieros ahora parezcan “vulnerabilidades evidentes”.
A diferencia de antes, que “se consideraban anclas de estabilidad”.
Esas vulnerabilidades incluyen “puntos de estrangulamiento que Washington, Pekín y otras capitales pueden explotar en una guerra económica en múltiples frentes”.
Sin embargo, Fishman recalcó que el país que más se ha concentrado en esta situación es China.
“Cuando Trump lanzó una guerra comercial durante su primer mandato, Pekín no estaba preparado”.
“Su contraestrategia (imponer aranceles recíprocos a los productos estadounidenses) se topó con un límite estricto: China importa mucho menos de Estados Unidos que lo que Estados Unidos importa de China”.
Por lo tanto, el gigante asiático tenía menos margen para escalar y Trump pudo concluir, en palabras de Fishman, que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”.
No obstante, la situación actual es sustancialmente distinta y China ha ampliado su arsenal de armas económicas para enfrentar este escenario.
Entre estas se encuentran nuevas leyes que le permiten a Pekín imponer sanciones, que van desde algunas selectivas hasta embargos totales.
A esto se le suma, alertó Fishman, que “ha trazado minuciosamente las cadenas de suministro globales”.
Lo anterior le ha permitido identificar “los puntos de estrangulamiento que puede convertir en armas con efectos devastadores”.
“Pekín ahora está preparado para responder a las medidas estadounidenses de manera asimétrica, no imitando las acciones de Washington, sino golpeando a Estados Unidos donde más le duele”, advirtió el especialista en su análisis.
Una muestra de aquello fue cuando, en la antesala de las elecciones presidenciales de 2024, China cortó el suministro de baterías a Skydio, la empresa de drones más grande de Estados Unidos.
La medida obligó a la compañía a racionar las que tenía y a limitarlas a una por dron.
De la misma manera, tuvo efectos en Ucrania, ya que su ejército utiliza esos drones en particular para recopilar inteligencia y documentar crímenes de guerra en el campo de batalla.
Cabe recordar que el país presidido por Volodimir Zelenski se enfrenta a una invasión a gran escala por parte de Rusia, desde el pasado 24 de febrero de 2022.
Durante los casi tres años en que se ha extendido la guerra, Estados Unidos —bajo la administración del ahora expresidente Joe Biden— ha sido el principal proveedor económico y de armamento de las fuerzas ucranianas, lo que les ha permitido contrarrestar la ofensiva rusa.
En este sentido, Fishman aseguró que las medidas de China pueden tener consecuencias “mucho más allá de Silicon Valley”.
El director ejecutivo de Skydio, Adam Bry, dijo en declaraciones rescatadas por el Journal que dicha medida dejó en claro que “el gobierno chino utilizará las cadenas de suministro como un arma para promover sus intereses por sobre los nuestros”.
Entre los otros “puntos de estrangulamiento” que China puede manipular, se encuentra el de los minerales críticos.
El gigante asiático liderado por Xi Jinping produce dos tercios del grafito, litio y cobalto del mundo, componentes que son esenciales para construir vehículos eléctricos.
Junto con ello, posee minerales como galio, germanio y antimonio, que son necesarios para que Estados Unidos pueda fabricar sus sistemas de radar y municiones guiadas de precisión.
Los precios de este último elemento se han más que duplicado en los últimos meses, a medida que Pekín implementó controles a las exportaciones.
Fishman escribió en su análisis para el Journal que “es revelador que la reacción inicial de China a los nuevos gravámenes de Trump no se limitara a los aranceles, sino que incluyera controles a las exportaciones de tungsteno y otros minerales clave”.
“Estados Unidos tiene muchas más vulnerabilidades en la cadena de suministro, incluidas algunas que los funcionarios y los líderes empresariales aún no han apreciado plenamente”.
“En cambio, China ha estado fortaleciendo activamente su economía contra la presión externa”.
Moscú también se ha esforzado en esta dirección, hasta el punto en que “ha convertido en arma las exportaciones de gas natural a Europa y recientemente restringió las ventas de combustible nuclear a Estados Unidos”.
“A pesar de una nueva ley que fomenta el abastecimiento interno, los reactores nucleares estadounidenses todavía dependen de Rusia para aproximadamente una cuarta parte de su combustible”, alertó Fishman.
El país presidido por Vladimir Putin también ha llevado adelante esfuerzos para debilitar el papel del dólar como moneda predeterminada para los pagos internacionales.
Durante la Cumbre BRICS el año pasado, Rusia presentó una serie de iniciativas para ayudar a que los miembros del bloque puedan prescindir del dólar en sus transacciones comerciales entre ellos.
En este sentido, Fishman aseguró que aunque una moneda común puede ser “una quimera”, un sistema “que permita a los miembros liquidar transacciones comerciales utilizando sus propias monedas digitales es mucho más plausible”.
Bajo esta línea, el experto de la Universidad de Columbia subrayó que “la amenaza de Trump de imponer aranceles del 100% contra los países BRICS si crean una moneda compartida identifica erróneamente el desafío”.
“El verdadero problema es que Rusia, China y sus socios están construyendo sistemas paralelos que, si no se controlan, podrían debilitar el poder financiero de Estados Unidos”.
Qué consideraciones debería tener Estados Unidos respecto a sus aliados, según el investigador
El investigador de la Universidad de Columbia anticipó que, ante las medidas y amenazas de Trump, los aliados de Estados Unidos también se están preparando para una guerra económica.
“Japón nombró recientemente a un ministro de gabinete para la seguridad económica, y la UE y Gran Bretaña han mejorado drásticamente su capacidad para imponer sanciones”, alertó Fishman.
Aunque reconoció que la administración Biden potenció el trabajo con los miembros del G7, advirtió que “todo este progreso podría venirse abajo si Trump aplica sanciones y aranceles” contra los mismos aliados de Estados Unidos.
Desde su perspectiva, las recientes acciones contra Canadá y México demuestran que “está dispuesto a hacerlo”.
“Peor aún, en lugar de unir fuerzas para enfrentar a China y Rusia, podrían incluso utilizar sus renovados arsenales económicos contra Estados Unidos”.
El especialista manifestó en su análisis para el Journal que “el desafío para Trump será usar armas económicas para promover los intereses estadounidenses sin dejar a Estados Unidos aislado ni arruinar la economía mundial”.
Por el contrario, si continúa ejerciendo sanciones y aranceles, “corre el riesgo de desencadenar un círculo vicioso de represalias que fracture la economía global”.
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