El cambio climático ha contribuido a la pérdida de muchos hábitats y especies durante los últimos años.
Sin embargo, hay una especie que ha logrado prosperar significativamente: las ratas.
Así lo indica un nuevo artículo, publicado el pasado 31 de enero en la revista Science Advances, que analizó datos de 16 ciudades del mundo. Washington D.C., San Francisco y Toronto, son algunas de las urbes que han registrado un mayor aumento en las poblaciones de estos roedores.
Por qué el número de ratas está creciendo en las ciudades
En su artículo, los investigadores de la Universidad de Richmond, en Estados Unidos, argumentaron que identificar las tendencias del número de ratas en las ciudades y cómo se ven impactadas por los cambios de temperatura es esencial “para comprender su ecología y proyectar vulnerabilidades futuras y necesidades de mitigación”.
El equipo liderado por Jonathan Richardson analizó datos públicos de avistamientos e inspecciones de ratas de 16 ciudades de todo el mundo, que fueron recopilados por un promedio de 12 años. Su propósito era cuantificar los cambios que presentaron las poblaciones de ratas en cada urbe.
También evaluaron si ciertas variables podían estar relacionadas con las tendencias en el número de ratas, como la densidad de población humana, los cambios de temperatura ambiente a lo largo del tiempo, niveles de urbanización y variación socioeconómica.
De las 16 ciudades analizadas, 11 (casi un 70%) presentaron un aumento significativo en el número de ratas durante el periodo de estudio. Las cinco urbes que se vieron más afectadas por ese fenómeno fueron Washington D.C., San Francisco, Toronto, Nueva York y Ámsterdam, que fueron seguidas por otras como Oakland, Buffalo, Chicago, Boston, Kansas City y Cincinnati.
Mientras tanto, tres ciudades mostraron un declive en la cantidad de estos animales: Tokio, Louisville y Nueva Orleans.
Los investigadores notaron que las zonas que tuvieron más alzas de temperaturas fueron las que registraron un mayor crecimiento de las poblaciones de ratas.
Según indicaron los autores, como sucede con otros pequeños mamíferos, las ratas restringen significativamente su actividad cuando hay temperaturas frías. Sin embargo, con el aumento de temperaturas estos animales están teniendo períodos de actividad más largos que lo normal, lo que quiere decir que tienen más tiempo para reproducirse y buscar alimento.
Otras variables que estuvieron fuertemente ligadas al incremento de ratas fueron las poblaciones humanas más densas y la urbanización.
“La conexión más preocupante que encontramos es el vínculo entre el calentamiento climático y las tendencias de las ratas, ya que las temperaturas globales están fuera del control de las ciudades individuales”, señaló Richardson en un comunicado de la Universidad de Richmond.
De acuerdo al investigador, solo una o dos semanas adicionales de actividad en la superficie puede equivaler a “uno o dos episodios reproductivos más” de las ratas, promoviendo el crecimiento de las poblaciones. “Quienes trabajan para controlar las poblaciones de ratas deberán tener en cuenta este crecimiento acelerado por el clima en su planificación de gestión de ratas”, agregó.
Los autores indican que, para enfrentar ese fenómeno, las ciudades deben implementar estrategias relacionadas a la gestión de residuos y desechos de alimentos, además de dedicar más recursos al control letal y no letal, educación pública y vigilancia en zonas de infestación. Esto, considerando que el control del cambio climático depende más de regulaciones internacionales y es poco probable que se pueda desacelerar el aumento de las poblaciones humanas en las ciudades.