
“Llevo tanto tiempo acá”: los secretos del organillero chileno que sorprende en las calles de China
Luciendo un elegante traje de dos piezas y una sonrisa en el rostro, Roberto Yurisic se ha instalado con su organillo en sitios concurridos del país asiático para que ciudadanos chinos conozcan la labor de los organilleros.

Llevar la magia de los organilleros a la lejana China, a miles de kilómetros de su tierra natal. Ese fue el sueño que un día se le cruzó al chileno Roberto Yurisic (34), también conocido como “Beto”.
Luego de pasar meses masticando la idea, a fines de marzo Yurisic, quien también es payaso, monociclista, músico y tiene una empresa de exportaciones, se lanzó con todo e inició el “Organillero Chile China Tour 2025”.
Se trata de una gira con la que planea recorrer el gigante asiático para exponer el emblemático oficio, que comenzó a cultivarse en Chile a fines del siglo XIX y que es considerado patrimonio cultural inmaterial del país.
Su aventura, hasta ahora, ha dejado a varios niños y adultos chinos completamente cautivados, según delatan registros que se han viralizado en redes sociales durante la última semana.
“Yo tomé la decisión de aprender este oficio, no lo heredé. Lo estoy haciendo para honrarlo y visibilizar a los organilleros y chinchineros chilenos, que han movido este trabajo por tantas décadas”, relata Yurisic en entrevista con La Tercera.

Por qué un organillero chileno realiza gira por China
La travesía de Yurisic por el gigante asiático también se originó, en parte, por la nostalgia que siente por Chile. A pesar de que lleva varios años establecido en Yiwu, provincia de Zhejiang, junto a su esposa, ese sentimiento es algo que nunca se va, dice.
“Llevo tanto tiempo acá que es inevitable no extrañar las costumbres y tradiciones chilenas, ya que aquí no se ven”, señala.
Otra razón que lo motivó fue crear una conexión entre Chile y China, mediante un formato que él conoce muy bien: el arte. “La idea es compartir con ellos (ciudadanos chinos) la alegría de las cosas simples, como disfrutar esta tradición de nuestro país”, explica.
Los primeros lugares de su periplo han sido los parques de Yiwu, que suelen ser muy visitados por las familias chinas. Allí, vistiendo un elegante traje de dos piezas color café y siempre con una sonrisa en el rostro, el chileno se ha instalado con el instrumento musical que se toca con una manivela, mientras el público lo observa atento.
Su espectáculo cuenta con otros atractivos además del organillo. Humo, burbujas, banderitas chilenas y chinas, y los clásicos remolinos, son algunos de los elementos que le ha integrado.
“También toco instrumentos sobre la música el organillo y queda algo muy entretenido e interesante. A la gente le encanta, primero porque nunca ha visto un organillero y segundo creo que eso enriquece mucho más el show, sobre todo porque andamos sin chinchineros”, explica.
Las reacciones del público
De acuerdo a Yurisic, la recepción del público ha sido “increíble”, especialmente entre los niños, quienes suelen quedar fascinados con las melodías del organillo.
“Los niños se acercan a escuchar, saltar y cantar. Después vienen los papás obviamente a cuidarlos. Al final se forma algo súper familiar y todos terminan disfrutando”, cuenta.
La misión también ha tenido repercusiones en nuestro país, donde ha recibido una ola de comentarios animándolo a seguir en esto. “Sobre todo de organilleros y chinchineros de tradición, antiguos, que me han escrito diciendo: ‘Beto, estás haciendo un trabajo súper hermoso, gracias por darle exposición’”, revela.
Entre esos mensajes que le han dejado algunos usuarios chilenos en los últimos días, Yurisic ha notado que existe cierta nostalgia por la ausencia de los organilleros en los espacios públicos.
Y es que la profesión, que generalmente es heredada de generación en generación, ha entrado casi en peligro de extinción en los últimos años. En 2020, fuentes del gremio dijeron a EFE que se estima que solo quedan unos 50 organilleros en todo el país.
“Hay mucha gente que dice que ya no pasan por su casa o nunca han visto uno, y siento que esto ha abierto una conversación sobre valorarlos y cuidarlos más. Creo que es genial que la gente esté hablando sobre sus propias tradiciones”, dice el chileno.
Aunque inicialmente el tour solo estaba contemplado para China, “Beto” ahora está soñando en grande y piensa llevarlo a otros países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán, Tailandia, Indonesia y Vietnam. A Japón, por ejemplo, ya le salieron varias invitaciones.
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