Buque de Corea del Sur
Fotografía por: Petty Officer 1st Class Ace Rheaume.

El plan de Estados Unidos para aumentar su poder marítimo frente a la flota de acorazados navales de China

El país norteamericano busca el apoyo de sus aliados en Asia, para así mejorar sus capacidades mientras China presenta avances cada vez más acelerados.


En febrero de 2024, el secretario de la Marina de Estados Unidos, Carlos del Toro, viajó a Corea del Sur y Japón para entablar conversaciones con representantes de la industria naval y el área de Defensa.

Su visita se dio en medio de las preocupaciones del país norteamericano, debido al poder marítimo que posee China.

Uno de los puntos que más despierta la atención es la posibilidad de que el país asiático ataque a Taiwán.

Cabe recordar que dicho territorio insular está ubicado en una zona de alta relevancia estratégica, tanto desde el punto de vista comercial como desde el geopolítico y el militar.

El mismo presidente Joe Biden ha afirmado que Estados Unidos defendería a Taiwán ante una ofensiva de China.

Por su parte, las fuerzas comandadas por Pekín han intensificado sus ejercicios militares en el Mar de China Meridional, lo que es visto como una amenaza por las autoridades taiwanesas.

El gobierno presidido por Xi Jinping considera que Taiwán es parte de China.

Y aunque Estados Unidos no reconoce a Taiwán como un Estado independiente, sí tiene vínculos informales con sus autoridades y se ha manifestado en contra de que el territorio sea gobernado por la República Popular China (RPC).

En su viaje de febrero, Del Toro visitó el astillero en Ulsan de HD Hyundai Heavy Industries y otro dirigido por Hanwha Ocean, ambos en Corea del Sur.

También fue al de reparaciones de Mitsubishi Heavy Industries en Yokohama, Japón.

Según declaraciones rescatadas por el Wall Street Journal, su petición fue clara: “Inviertan en Estados Unidos”.

Buque de Estados Unidos
El plan de Estados Unidos para aumentar su poder marítimo frente a la flota de acorazados navales de China. Foto: buque USNS Wally Schirra de EE.UU. que está siendo revisado por Hanwha Ocean en Corea del Sur.

Cuál es el plan de Estados Unidos para competir con el poder naval de China

El interés en aquellas empresas está en que tienen amplias capacidades de construcción naval, un área en la que el país norteamericano se ha quedado atrás.

Firmas como las mencionadas compiten directamente con otras provenientes de China y pueden cumplir con dos tareas fundamentales: construir barcos de manera rápida y a costos más bajos, con el apoyo de nuevas tecnologías más eficientes.

Estados Unidos no puede concretar esos objetivos actualmente, por lo que han recurrido al apoyo de aliados en Corea del Sur y Japón.

Hoy la flota de buques de guerra navales de China supera en número a la de la Marina estadounidense.

De hecho, la mayor parte de la producción mundial de barcos en 2023 provino de dicho país asiático.

Corea del Sur figuró en el segundo puesto, con alrededor de una cuarta parte de las entregas en todo el globo, según cifras reunidas por el citado medio.

Un ejecutivo de HD Hyundai Heavy Industries llamado Lee Sang-bong mostró a Del Toro un ejemplar bautizado como “Jeongjo El Grande”, en honor a un rey coreano que gobernó en el siglo XVIII.

El representante de la firma, quien se encarga del diseño de buques militares, explicó que se trata de una unidad fabricada con varias piezas de origen estadounidense.

Entre ellas se encuentran un sistema de combate desarrollado por Lockheed Martin, misiles suministrados por Raytheon de RTX y una turbina de gas producida por GE.

“Básicamente, es un buque de guerra estadounidense”, enfatizó Lee Sang-bong, según el Journal.

Sin embargo, se estima que fabricar ese buque en Estados Unidos significaría un valor superior al doble y su tiempo de construcción sería alrededor de un tercio mayor.

No obstante, en la actualidad, el país norteamericano no puede construir unidades así en plantas como la de Ulsan en Corea del Sur.

Aquello se debe a que la ley manifiesta que los barcos estadounidenses deben construirse en su territorio.

No obstante, sí pueden hacer asociaciones con constructores extranjeros para realizar tareas de mantenimiento, capacitación y asesoramiento.

Fabricar buques militares estadounidenses en el extranjero solo sería posible por dos vías: mediante la exención presidencial por motivos de seguridad nacional o a través de un cambio legislativo.

En este sentido, Lee Sang-bong declaró: “Si tenemos la oportunidad, podemos construir un muy buen barco para la Armada de Estados Unidos”.

Según un informe del Congreso estadounidense presentado en noviembre de 2023, China, Corea del Sur y Japón producen barcos que representan más del 90% del tonelaje mundial.

Por otro lado, Estados Unidos construye apenas un 0,2%.

Otro informe del Congreso estadounidense presentado en abril de 2024 planteó que el país norteamericano debe ampliar las relaciones con sus aliados para “revertir el declive del poder marítimo” que han enfrentado.

El oficial retirado de la Marina estadounidense y miembro del grupo de investigación Hudson Institute, Bryan Clark, explicó al Journal que la brecha en la capacidad de construcción naval, en comparación con China, “es probablemente demasiado grande en este momento para cerrarla”.

La firma especializada en defensa, Janes, presume que el gasto mundial en buques militares alcanzará los 95.000 millones de dólares para el cierre de 2024.

Dicho monto también incluye servicios de mantenimiento.

Junto con ello, en sus proyecciones estiman que la cifra aumentará a más 112.000 millones de dólares para 2030.

Según informó el Journal, las dos empresas mencionadas de Corea del Sur ya recibieron la aprobación para hacer trabajos de mantenimiento, reparación y operaciones para algunos buques de la Marina estadounidense.

De hecho, el 2 de septiembre de 2024 uno de estos barcos llamado USNS Wally Schirra llegó al astillero de Hanwha para una revisión que tomará tres meses.

Asimismo, HD Hyundai Heavy Industries —que es independiente a la Hyundai de automóviles— tiene contemplado efectuar proyectos de reparación dentro de los próximos meses.

Desde Hanwha también anunciaron en junio que planean comprar el astillero Philly Shipyard de Filadelfia, en Estados Unidos.

La cifra de adquisición sería de unos 100 millones de dólares y esperan cerrar el acuerdo en noviembre, informó la empresa.

Del Toro afirmó en agosto que Hanwha, con la adquisición, espera duplicar el tamaño de la fuerza laboral de Filadelfia, además de cuadruplicar su construcción tanto naval como comercial.

“Tengo la esperanza de que Hanwha sea solo el primero de muchos constructores navales de clase mundial que vengan a Estados Unidos”, declaró el secretario de la Marina estadounidense en un discurso, según rescató el Journal.

Junto con ello, el país norteamericano y el asiático están buscando generar programas de intercambio, como uno que ya se aprobó entre la Universidad Nacional de Seúl y la Universidad de Michigan.

El propósito es que los participantes puedan ampliar sus conocimientos sobre arquitectura naval e ingeniería marina.

Fuentes del Ministerio de Defensa de Japón confirmaron al citado periódico que funcionarios estadounidenses y autoridades niponas conversaron en junio sobre posibles mejoras en el mantenimiento de sus buques de guerra.

Sin embargo, no entregaron más detalles sobre esos diálogos.

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