"¡Saliendo a mi primer viaje en solitario a Italia, Francia y Holanda por los próximos tres meses! Deséenme suerte", publicó Jazmin, desde Canadá, en el grupo de Facebook Girls Love Travel. En menos de una hora, su publicación ya tenía dos mil me gusta y 120 comentarios. "Buen viaje, vas a tener el mejor tiempo de tu vida", le escribió Nicole desde Estados Unidos. "Suerte, vivirás una gran experiencia", le deseó Mariam desde El Salvador. Eloise le ofreció alojamiento en el sur de Holanda; Fiona desde Francia le dio consejos de qué visitar; desde Milán, Cindy le posteó: "Avísame si vienes a mi ciudad, te puedo mostrar los alrededores y ofrecer un café".
El grupo donde Jazmin recibe mensajes de aliento y datos para su travesía tiene más de 850 mil miembros. La única exigencia para unirse es ser mujer. Es una comunidad activa, donde cientos de miles de viajeras se apoyan y -según su propia descripción- se empoderan para conocer el mundo. Es recurrente que entre ellas se ofrezcan alojamiento y muchas veces organizan encuentros entre quienes viajan solas. Las seguidoras aumentan cada día.
"El turismo está liderando el empoderamiento femenino alrededor del mundo", dijo a principios de año el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili. No exagera. Según la encuesta de la red social de viajes inglesa Culture Trip, el interés de las mujeres por viajar solas nunca ha sido más alto: en los últimos dos años, la cifra de quienes quieren experimentar el mundo por sí mismas ha crecido un 131%. Según la revista Harvard Business Review, la tendencia viene desde antes: el número de mujeres que viajan en solitario ha crecido más del 230% en la última década. La mayor alza ha sido en mujeres de entre 40 y 60 años.
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Foto: Gloria Atanmo
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"Las mujeres han viajado siempre solas, pero ahora lo estamos viendo porque es transversal en generaciones", dice Anita Córdova, ex periodista de Canal 13 que en 2016 decidió vender su casa y dejar todo atrás para recorrer sola el mundo. Visitó Europa, el sudeste asiático, las Maldivas, la India. "Para mí esto sigue siendo nuevo, porque yo viajo sola en muchos países y la gente aún me pregunta por qué no tengo compañía o dónde está mi esposo. A mucha gente le doy pena, no entienden que es una decisión propia. Todavía en 2019 se sorprenden", explica. En todo caso, agrega que "éste es un fenómeno que llegó para quedarse y expandirse. Estamos recién comenzando".
Hoy escribe sus historias en el blog "Viajo sola y me encanta", además de compartir sus rutas en Facebook e Instagram. En 2018, para rentabilizar y financiar lo que se convirtió en un estilo de vida, fundó una agencia de viajes grupales sólo para mujeres, de entre 35 y 80 años. "Las mujeres mayores también quieren viajar, yo lo veo. Una de mis metas es apoyarlas a dar a este primer paso", dice la periodista. Ya ha movido a más de 200 mujeres alrededor del globo: "Algunas continúan, agarran vuelo, se empoderan tanto que siguen viajando solas".
Sororidad viajera
En este aumento de mujeres viajando solas hay un factor decisivo: las redes sociales. "Antes las mujeres tenían más miedo, y hoy se han dado cuenta por redes como Instagram que viajar es seguro y una tremenda oportunidad de crecimiento", dice la chilena Paulina Vallejos, quien durante años viajó sola y hoy tiene una agencia de viajes que mueve a grupos femeninos.
En 2014, un estudio del portal de viajes Booking.com reveló que el 72% de las mujeres de Estados Unidos que han decidido viajar solas, han sido empoderadas por las redes sociales. Basta darse una vuelta por internet para ver la gran cantidad de grupos de Facebook y páginas de Instagram de viajeras solitarias que convocan a otras para compartir este interés que les da pertenencia.
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Foto: Liz Carlson
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Una página de Instagram de una mujer que viaja sola por el mundo puede tener fácilmente 30.000 seguidores. Algunas pueden empinarse incluso por sobre los 200.000. Todas se convierten en ejemplos de otras que quieren seguir sus pasos. Son una inspiración con nombre y apellido, rodeada de fotografías que funcionan como anzuelo. Este mismo alcance ha hecho posible que viajar sea rentable: las más populares dan conferencias y charlas, pero por sobre todo colaboran con marcas que financian sus estadías o pagan por exhibir sus productos. También escriben en sitios web y revistas o hacen asesorías online, y así van monetarizando la ruta.
Hay en esos espacios virtuales tanto inspiración como contención. Así ocurre por ejemplo con Jessica Nobongo, Liz Carlson, Alicia Sornosa, Andrea Bergareche, y Gloria Atanmo, quienes son muy seguidas en sus redes sociales. Todas ellas han convertido el viajar solas en algo más que una prueba puntual o un panorama acotado: es un estilo de vida. De paso, han creado comunidades en torno a sus experiencias, donde hay comentarios, recomendaciones, identidad. Una suerte de sororidad viajera.
Un concepto
"Hoy las mujeres se atreven más a viajar solas, gracias al mayor acceso a la información y a distintas condiciones favorables en el mercado", dice la directora nacional de Sernatur, Andrea Wolleter. Según un estudio de turismo receptivo realizado por el organismo en 2018, llegaron a Chile más de 3.187.000 mujeres y un 25% de ellas viajaba sola. La directora comenta que "estas mujeres que llegaron a Chile son millennials, tienen entre 20 y 34 años, y demandan productos turísticos alternativos en vez de los tradicionales".
Según el informe de la World Travel Market -una feria internacional de la industria turística-, ocho de cada diez latinoamericanas están dispuestas a viajar sin compañía en los próximos años. Y el mercado parece estar respondiendo al fenómeno. Dentro de las ocho proyecciones de viajes para el 2019 de Booking.com, se nombra que "los destinos y organizaciones turísticas aumentarán cada vez más su apoyo a las mujeres que viajan solas". Asimismo han aparecido aplicaciones específicas como Tripwoman, donde mujeres pueden intercambiar alojamiento y experiencias, y Tourlina App, que conecta viajeras durante sus rutas.
"En el caso de las mujeres, cuando buscan opciones, valoran los comentarios y las puntuaciones realizadas por otras que ya vivieron la experiencia del destino que buscan", dice el country manager de Despegar.com, Dirk Zandee, quien concuerda con Sernatur respecto al rango etario de las viajeras.
Según el estudio Wander Women Index, de la agencia de viajes inglesa Ampers and Travel, casi dos tercios de sus viajeros son mujeres, y ante las constantes consultas de sus clientas decidieron crear una guía digital de los mejores países para visitar sola. Japón, Francia, España, Estados Unidos e Indonesia están en los primeros lugares, elegidos sobre la base de criterios como estilo de vida, índices de criminalidad y aventura, entre otros.
Incluso, ya se ha creado un concepto internacional para nombrar la tendencia: solo female travel. La frase tiene cerca de 500 millones de resultados en Google; y en Instagram, el hashtag #SoloFemaleTraveler ha sido mencionado en casi 200 mil publicaciones. Muchas veces por inspiradoras e influencers de viajes, que han asumido la responsabilidad de fomentar la aventura entre sus pares, empoderándolas. Porque aquí se trata de viajar sola, claro; pero siempre con el apoyo de las demás.
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Foto: Jessica Nabongo
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Jessica Nabongo, 35, norteamericana, @TheCatchMeIfYouCan
Para octubre, Jessica espera ser la primera afroamericana en visitar todos los países del mundo. Sólo le falta Venezuela, Siria, Argelia y las islas Seychelles. África, dice, es su continente preferido.
Nacida y criada en Detroit, Estados Unidos; es hija de inmigrantes de Uganda. Comenzó a viajar cuando tenía cuatro años. A los 23 era representante de la farmacéutica Pfizer en su ciudad, pero un día decidió renunciar para irse un año a enseñar inglés a Japón. Ése fue el primer país que visitó sola. "Nadie entendía por qué me iba a Japón; 'no hablas japonés', 'no conoces a nadie ahí', 'estás loca', me decían. Pero una vez que lo hice, la gente vio que yo era alguien que iba a salir a hacer lo que quería", dice Jessica. Después de esa experiencia, decidió empacar su vida en una maleta y optar por un estilo nómade. Bailar en el carnaval de Trinidad y Tobago, ordeñar vacas en Sudán o nadar con delfines en Mauritius son algunas de las experiencias durante sus viajes, que se pueden ver en su Instagram: @TheCatchMeIfYouCan.
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Foto: Jessica Nabongo
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En 2008 comenzó con un blog para contar sus viajes a los más cercanos. Luego agarró fuerza en las redes sociales. Hoy tiene más de 120 mil seguidores en Instagram. "Al viajar sola puedes ser más vulnerable que un hombre, por naturaleza humana, pero no creo que ésa es una razón para tener miedo. Somos millones las que viajamos solas y estamos muy bien", afirma. "Se puede empezar lento. Anda a comer sola, o toma un auto y maneja a la ciudad vecina. No tienes que hacer tu primer viaje sola al otro lado del mundo".
Jessica recuerda pocos momentos en que haya sentido miedo. Uno fue este año en Pakistán. "En la fila para subir al avión había solo hombres y me asusté. Le pedí a la azafata que me sentara adelante", cuenta. "Después me di cuenta de que todos fueron simpáticos. No tenía razón para estar incómoda. Muchas veces nos sentimos incómodas sin que nadie nos esté haciendo nada". Todo, dice, estaba en su cabeza.
En 2015 fundó Jet Black, agencia enfocada en viajes por los países de la diáspora africana. Es decir, países donde tienen antepasados africanos. Busca cambiar la percepción de esos destinos y ayudar al turismo y economía en esos lugares. Mientras sigue viajando la mayor parte del año, ahora tiene un hogar propio en Detroit.
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Foto: Liz Carlson
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Liz Carlson, 30, norteamericana, @YoungAdventuress
En 2007 salió por primera vez de Estados Unidos para estudiar en España. Estaba nerviosa, no había smartphones ni redes sociales, apenas sabía hablar el idioma. "Cuando llegué, perdí vuelos y quedé atrapada en estaciones de buses. Era una novata de viajes", recuerda quien ahora es una experta. Mientras vivía en Europa, recorría en los fines de semana. Así se fue enamorando de viajar. "He visitado 60 países y no paro", dice.
Pero el principio no fue fácil. "Casi nadie me apoyó en la decisión de viajar sola siendo mujer. Me decían que estaba loca, no creían en mí. Yo los ignoré, quería conocer el mundo", cuenta.
Tres años más tarde creó Young Adventuress, uno de los blogs de viajes más leídos en el mundo, donde comparte sus aventuras y pensamientos con cerca de 10 millones de lectores. Luego, creó el Instagram con el mismo nombre, con más de 200 mil seguidores, donde sube en tiempo real publicaciones de sus viajes. Lo que más le gusta es que logró inspirar a más mujeres a viajar, creando una comunidad casi por accidente. "No conozco a nadie que se haya ido a viajar solo y se arrepienta. Es una experiencia reveladora. Creo que todos debemos viajar solos alguna vez en la vida, aprendes tanto de ti. Cambia a las personas desde adentro", cuenta Liz desde su último destino, Nueva Zelandia.
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Foto: Liz Carlson
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"Es raro pensar que soy una inspiración, pero también creo que es mi deber mostrarles a otras mujeres que deberían viajar a ver el mundo por sí mismas. Si yo lo hice, ellas también pueden; es seguro y demuestra que somos tan fuertes que no necesitamos ayuda de nadie más", dice. Igual reconoce que al viajar toma precauciones: nunca cuenta dónde está alojando y evita decir que no tiene compañía. "Hay amenazas que debemos enfrentar y que los hombres no. Pero sólo hay que tener el cuidado necesario".
Liz es hija única de madre soltera y durante su infancia no salían de Washington D.C. más de una vez al año. Pasó su niñez leyendo revistas National Geographic, arrancando las páginas y pegándolas en la pared, soñando con países que algún día podría visitar. Apenas tuvo la edad suficiente y pudo salir del país, lo hizo. "Al final del día no hay mucho que temer, el mundo es sorprendente y está abierto a quienes buscan aprender cosas nuevas", reflexiona.
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Foto: Andrea Bergareche
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Andrea Bergareche, 26, española, @LapizNomada
"Soy escritora, artista, bloguera, tatuadora, ilustradora y gamberra. Un poco de todo, pero sobre todo, soy una inquieta viajera". Así se describe Andrea Bergareche, fundadora del blog Lápiz Nómada, cuyo objetivo es "ayudarte a viajar sola y viajar más".
Nacida en Bilbao, creció en una familia aventurera. Pasó su niñez en una furgoneta con sus padres, su hermano y su perro, recorriendo Francia, Portugal y Marruecos. Luego, los cuatro se fueron un mes a recorrer Túnez de mochileros. "Desde pequeñita me han inculcado las ganas de viajar", dice ella. En 2012 se fue a estudiar en México, "y me di cuenta de que era capaz de valerme por mí misma, en otra cultura, otro país, hacerme amigos, casi una familia. Fue el primer paso para los viajes que vinieron".
Su primer viaje como mochilera sola lo hizo en Argentina. No tenía ruta ni pasaje de vuelta. "Ese viaje lo hice a auto-stop o a dedo, como dicen en Chile. Ahí es bueno ser mujer, porque me paraban personas que ni siquiera iban en mi dirección para que llegara sana y salva".
A principios de este año, Andrea publicó Yo viajo sola, un libro donde, entre sus coloridas ilustraciones, invita a mujeres a viajar en solitario. "A las lectoras les sorprende las posibilidades que hay. También que el mensaje sea de empoderamiento, de 'nosotras también podemos'. A veces me escriben diciendo que gracias por abrirles los ojos", cuenta.
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Foto: Andrea Bergareche
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La española cree que viajar sola tiene su lado positivo y negativo. "Lo malo es que sí, nos exponemos a más riesgos", dice; y recuerda haberse sentido acosada en su último viaje a la India. "Todos encima me decían: 'señorita, señorita, de dónde es, está soltera, está casada'". Sin embargo, no se considera vulnerable: "Las mujeres somos super fuertes, muchas veces más que los hombres porque tenemos que demostrarlo dos veces". Lo bueno de viajar sola, explica, es que "como la gente nos considera más frágiles te echan una mano más fácilmente. Me ha pasado que salen madres que te invitan a sus casas a comer o a conversar. La gente te protege muchísimo más y se agradece".
La idea de hacer públicos sus viajes tiene un fin. "Nos faltan referentes de mujeres fuertes y libres. Entonces yo cuento mi historia, porque necesitamos otro tipo de educación, otros valores, otros referentes. Las mujeres estamos para vivir nuestras propias vidas y decisiones, y para hacer de nuestro tiempo y nuestro espacio lo que queramos".
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Foto: Gloria Atanmo
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Gloria Atanmo, 29, norteamericana, @GloGraphics, The Blog Abroad
Hija de padres nigerianos y la tercera de seis hermanos, en 2012 Gloria se fue seis meses de intercambio desde Kansas, Estados Unidos, a Inglaterra. Ese año viajó sola por primera vez, a Escocia. Aunque no estaba asustada, sentía nervios. La gente le decía que tenía que ser muy cuidadosa, que la calle no era segura para una mujer, pero ella siguió con sus planes. Ese semestre visitó 12 países, y no se detuvo en los siete años siguientes.
"La vida es corta. Mira el mundo. Contagia alegría", es la frase principal de The Blog Abroad, de Gloria Atanmo. Ella escribe desde la emoción, sus posteos son muy personales. Ha visitado 77 países y tiene una misión clara: "Decidí compartir mi historia porque la representatividad y visibilidad importan. No hay muchas afroamericanas viajando solas en las redes sociales. Tengo que mostrar mi imagen y que otras se vean reflejadas en mí". Dice dice que ha sido víctima de la discriminación racial en distintos países; en más de una ocasión en España, República Checa y Albania le han preguntado si es prostituta "solo por mi color de piel". Asegura que estas situaciones son las menores y no la desmotivan.
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Foto: Gloria Atanmo
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En Instagram tiene más de 74.000 seguidores, entre ellos, el expresidente Barack Obama. Dice que la conexión mediante redes sociales le ayuda en su estilo de vida: es más fácil comunicarse con sus cercanos y acceder a datos y aplicaciones para decidir qué ver y dónde dormir. Además ha logrado sustentar sus viajes con colaboraciones de empresas como GoPro y Skyscanner, que le facilitan productos y vuelos. También publicó un libro digital llamado De excusas a excursiones: Cómo comencé a viajar por el De excusas a excursiones: Cómo comencé a viajar por el mundo.
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Foto: Alicia Sornosa
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Alicia Sornosa, 46, española, @AliciaSornosa
Comenzó a los 14 años: en un ciclomotor hacía excursiones de 30 kilómetros de su casa en Madrid. Ya más grande cruzó en motocicleta a Marruecos. En septiembre de 2011 salió de la capital española con un objetivo: dar la vuelta al mundo en moto. Se subió a su BMW F 650 GS, a la que llamó "Descubierta", y un año y medio más tarde se convirtió en la primera mujer de habla hispana en dar la vuelta al globo en dos ruedas.
"Cuando les conté a mis cercanos que quería viajar, me dijeron de todo menos darme ánimo: que me iban a robar, raptar, violar, que el mundo era muy malo para una mujer menuda y sola. A mi regreso tuvieron que tragarse esas palabras", cuenta. Lleva ocho años en la ruta, ha visitado más de 60 países.
Alicia estudió Periodismo y, como fanática de las ruedas, se especializó en motores. En 2017 lanzó su libro 360 grados. Una mujer, una moto y el mundo. Antes escribió Mujeres viajeras (2013) y El mundo de equipaje (2014). Tiene casi 27 mil seguidores en Instagram, es embajadora de Ducati, da charlas motivacionales y conferencias, escribe para agencias de viajes.
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Foto: Alicia Sornosa
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Alicia tiene una particularidad: busca mezclar la aventura con la labor social. En 2018 recorrió 15.000 kilómetros durante cuatro meses en África, recaudando dinero para construir pozos de agua potable en Etiopía. Con colaboraciones de personas y empresas juntó 5.000 euros para cumplir su misión. El mismo año se cortó el pelo para donarlo a la Asociación Sudafricana de ayuda contra el Cáncer y ha ayudado a distintas ONG. No está en sus metas casarse ni tener hijos; le gusta su libertad y dice que cuando la mezcla con la ayuda social es aún más feliz. Alicia ha visitado Chile en cinco ocasiones.
Durante su vuelta al mundo recorrió desde San Pedro de Atacama hasta Caleta Tortel, cruzando todos los pasos de los Andes. "Creo que las mujeres chilenas son bravas y resolutivas, pero viven en una sociedad demasiado marcada por el 'qué dirán' y eso les preocupa más de la cuenta. Deberían ser más libres. El miedo es lo que frena a las mujeres a descubrir el mundo", dice. "Siempre digo que las mujeres, al no cargar con la imagen de agresividad que tienen los hombres, nos tratan mejor en todas partes, nos abren las puertas de cualquier casa".
Desafiarse
Por Sol Leyton *
Siempre he creído que la magia de los viajes está en compartirlos: mientras los planeas, los vives con alguien o los relatas a tu regreso. Pero vivir la experiencia de viajar solo es algo que creo todos debiésemos intentar experimentar alguna vez en la vida. No solo porque nos hace valientes frente a nosotros mismos, también porque creo es una de las sensaciones más liberadoras en un mundo en el que nos exige pertenecer, demostrar e inventarnos cada día un ideal de nosotros mismos. Sobre todo hoy que nuestra vida se valida en las redes sociales; en lo que otros aprueban de mí.
Viajar solos nos hace conectar con esa sensación maravillosa que sentimos al pararnos en medio de la naturaleza, experimentar nuestra pequeñez y vulnerabilidad en un mundo que desde nuestra individualidad nos parece inmenso y maravilloso. Incluso ya soñar la posibilidad de hacerlo nos obliga a conversar con lo más íntimo de nosotros. Con nuestros miedos, anhelos , límites... y encontrar el coraje y los sueños que tantas veces creemos perdidos.
¡Viajar! Y más aún viajar solo te obliga a ser humilde, a necesitar conectar con el otro, su entorno y su circunstancia. Sin prejuicios, con respeto y el corazón abierto. Porque necesitamos de ese otro en esta experiencia.
Sé que muchos están pensando que para realmente experimentar el viajar solo se necesitan grandes aventuras, viajes lejanos o extremos. Pero lo cierto es que muchas veces un fin de semana solos cerca de casa basta para ver lo pequeños y miedosos que somos ante una sociedad que nos ha convencido que la soledad nos da miedo. Que estar solos es estar haciendo mal las cosas, o que no tener con quién ir alguna parte es fracasar. Y más aún: que los que se atreven a dejar todo, alejarse y partir, están escapando.
Sé que es difícil atreverse a salir solo, y que no es simple tampoco. Pero si lo quieres intentar, hay que plantearse algo más sencillo: ¿Me atrevo?
No se trata de evitar el riesgo, sino de hacerlo para atreverse a estar sin alguien que nos proteja frente a lo desconocido, que nos apoye en el ridículo o incluso nos rescate de nuestra inocencia.
Hasta aquí no he hablado de géneros, que es lo que me pidieron. Viajar solos es para todos. Ni siquiera creo en los límites que nos va poniendo la edad. Nunca me ha gustado hacer estas distinciones.
Pero no puedo desconocer que siempre por mi trabajo me han clasificado con una personalidad más masculina. Adjetivo que he recibido por el simple hecho de haber viajado desde pequeña, por haber sido más arriesgada, por atreverme a salir, o porque también he viajado sola alguna vez.
Y la única verdad es que pude hacerlo, y conseguí seguir haciéndolo en equipo después, porque nunca dejé de hacerlo desde mi femineidad. Desde la fuerza de una mujer que es precavida, sensible, que sabe anticiparse a los riesgos, que conoce la prudencia y que se cuida. Herramientas que aprendí de mi madre, no por el hecho de vivir en un mundo hostil para nosotras, sino porque son nuestra esencia y nuestro mejor regalo a la hora de atrevernos a salir al mundo solas.
Así es que si estás pensando que por ser mujer no puedes hacerlo, recuerda que en el mismo hecho de serlos está tu mayor protección. Contrario a una limitación, ¡es tu mejor herramienta!
¡Buen viaje, queridas!
* Realizadora y conductora de series de viajes como Bajo el mismo cielo de Canal 13.