Cuando el programador chino Zhang Yiming decidió crear su propio emprendimiento en 2012, no sabía que su empresa se convertiría en un centro de debate para los años posteriores.

Desde que TikTok fue estrenada en 2017, usuarios de todo el mundo descargaron la aplicación en sus teléfonos celulares, para así tener acceso a una interminable biblioteca de videos para su entretención. Al mismo tiempo, la plataforma reunía datos como su edad, ubicación e intereses, a través de un avanzado algoritmo.

Así nacieron una extensa lista de tendencias en bailes, música y moda, las cuales son tan replicadas como reemplazadas cuando salen otras nuevas.

Pero unos meses antes de que los cibernautas se sorprendieran con esta app, ByteDance (la empresa fundada por Yiming) ya había lanzado Douyin en el territorio de China en 2016.

Dicha plataforma es la versión disponible en el país asiático, ya que TikTok como tal fue pensada para una audiencia internacional.

Si bien, estas comparten ciertas similitudes en su logo y en cómo se ven las secciones principales, también hay diferencias considerables entre ellas, las cuales abarcan desde la restricción de ciertos contenidos hasta funciones que aún no son incorporadas en occidente.

Pese a que TikTok cuenta con más de mil millones de usuarios alrededor del globo, cada vez son más los países que están limitando su uso en los dispositivos del sector público. Incluso, algunos de ellos —como Estados Unidos— están considerando prohibirla en la totalidad de su territorio.

Tales medidas se deben al presunto espionaje de parte del gobierno chino, ya que a pesar de que ByteDance es una empresa privada, el país asiático tiene políticas estrictas a la hora de revisar los contenidos que se difunden y las acciones que toman las empresas.

Es por esto que la app tiene dos versiones distintas: una para occidente y otra para la población de China.

“Son como dos plataformas gemelas separadas al nacer, desarrolladas bajo el mismo techo, pero desplegadas en dos contextos vastamente diferentes”, explicó el periodista británico dedicado al área tecnológica, Chris Stokel-Walker, en su libro TikTok Boom (2021).

Por su parte, desde la agencia especializada en marketing digital, Tenba Group, destacaron en conversación con la BBC que “al tener dos plataformas separadas, ByteDance puede permitir más contenido generado por usuarios en TikTok y cumplir con las restricciones requeridas (del gobierno chino) en Douyin”.

Una muestra de aquello es que —a diferencia de TikTok— en esta última hay una sección llamada “energía positiva”, en la cual se pueden encontrar videos que son viaalizados por el Partido Comunista de China en base a sus ideales, según datos reunidos por el citado medio.

Pero más allá de los marcos regulatorios que tiene cada país, también hay otras diferencias en cuanto al funcionamiento y las acciones que se pueden hacer.

En Douyin, es más común que se realicen transmisiones en vivo y que los usuarios entreguen donaciones monetarias a sus streamers favoritos. De hecho, varios de ellos han advertido que de esa manera pueden obtener un sueldo superior al que conseguirían en un trabajo formal.

“El comercio electrónico se está popularizando cada más dentro de la app y hasta se pueden reservar hoteles y hacer tours de restaurantes”, dijeron desde Tenba Group a la BBC, para luego detallar que el perfil de los usuarios tiende a ser ligeramente mayor que el de su homóloga occidental, lo que explicaría por qué se encuentran “más contenidos de estilo de vida, consejos de negocios y hasta videos de autoridades locales”.

Respecto a la censura política, una investigación de Citizen Lab revisada por el citado medio concluyó que no se aplica de la misma manera en Douyin y TikTok, aunque sí se ha advertido que en esta última existe de forma más implícita, mediante un menor posicionamiento de este tipo de contenidos en el algoritmo.

Otro de los puntos que más se ha cuestionado en torno al uso de estas aplicaciones, es la capacidad que tienen para atraer a sus usuarios y hacer que permanezcan por varias horas frente al teléfono, un aspecto que podría traer consecuencias en su salud mental y física.

Frente a este escenario, en 2019 Douyin presentó un “modo adolescente” en el que sólo se podía acceder 40 minutos diarios entre las 6:00 y las 22.000, una medida en 2021 se hizo obligatoria para todos los menores de 14 años que usen la app.

En cambio, en TikTok, aquello recién fue considerado a inicios de este año, cuando se anunció la implementación de un límite de una hora diaria para los menores de 18. En el caso de los menores de 13, se dijo que requerirían de un código introducido por sus papás para seguir usándola por una media hora adicional.

Tales medidas fueron ampliamente criticadas en el interrogatorio que las autoridades del Congreso de Estados Unidos le hicieron al CEO de TikTok, Shou Zi Chew, a finales del mes pasado, debido a que no aseguran que efectivamente usen la plataforma por menos tiempo.

En este sentido, acusaron que más bien, se trata de una medida parche y opcional.

“Es como pedirle a un fumador empedernido que no tome el próximo cigarrillo, no va a suceder”, declaró en dicha instancia la parlamentaria Kim Schrier, quien puso el tema sobre la mesa.

Mientras tanto, las restricciones hacia TikTok en occidente se hacen cada vez más recurrentes.