Entre tensión y expectativa transcurre la elección venezolana

Entre tensión y expectativa transcurre la elección venezolana
Entre tensión y expectativa transcurre la elección venezolana. Foto: Reuters

Durante la jornada, Venezuela ha sido testigo de la movilización de votantes más importante desde el surgimiento del chavismo. Según datos del comando de María Corina Machado, a las 4 de la tarde ya había una participación de más de 11,7 millones de venezolanos.


Vestida con una camisa blanca y un rosario en el cuello, una especie de uniforme que usó durante toda la campaña, María Corina Machado, la líder de la oposición venezolana, votó en las elecciones de este 28 de julio en un colegio caraqueño cerca del mediodía.

Al terminar, se conectó para un live de Instagram. Fue una de las tres horas que había calificado como claves la noche anterior: las 5:00 de la mañana, hora en que la ciudadanía pondría el himno nacional, la 1:00 de la tarde, hora de unirse al live en el que hablaría después de emitir su voto, y las 6:00 pm, la hora local de cierre de los centros de votación.

La orden de María Corina se tradujo en una de las diferencias notable entre los dos bandos que vimos en las primeras horas de hoy: los caraqueños están acostumbrados a escuchar la diana en el cuartel militar de La Casona (La Carlota), pero esta mañana no sonó. Sí lo hizo el himno.

No es raro que María Corina, Edmundo González o algún líder opositor de Venezuela se comunique por redes sociales: los medios nacionales no cubren sus declaraciones —en el canal del Estado, su nombre solo se menciona seguido de descalificativos—, los periódicos fueron comprados, muchas emisoras cerradas, el acceso a medios digitales bloqueado y la señal de los medios internacionales, desde TV Chile hasta CNN, están bloqueadas.

En esa transmisión, María Corina llamó a las elecciones “el acto cívico más importante de la historia contemporánea de Venezuela (...) Eso nunca se había visto en la historia. Hemos visto cómo los centros están llenos de gente”.

Cómo van las elecciones en Venezuela

Sí es cierto que están pasando cosas que nunca se habían visto en la historia electoral de este país: una de las más llamativas es la gente haciendo cola desde las 9:00 pm del 27 de julio para ser los primeros en sus centros de votación a la mañana siguiente.

Antes de llegar a votar, Machado recorrió centros de votación al oeste de Caracas desde una moto al son de los vítores y gritos de “te amo” de la gente en las colas.

A primera hora de la mañana votó Nicolás Maduro, el actual presidente del país, diciendo que “hará que se respeten los resultados de estas elecciones” y que hay que “preservar y defender la paz, la armonía y la convivencia” ante aquellos que “odian, quieren venganza y quisieran violencia”. Sobre la campaña dijo que fue “una campaña electoral libre, abierta, en donde cada quien habló” y que el único candidato perseguido es él, “perseguido por los poderes del mundo”.

Edmundo González Urrutia, el candidato de la tarjeta de la oposición, llegó a votar manejando un Volkswagen escarabajo amarillo y acompañado de su esposa, Mercedes López. González, un diplomático que asumió el papel de candidato opositor luego de que el Tribunal Supremo de Justicia ratificara la inhabilitación de María Corina Machao, resaltó que el proceso ha transcurrido, mayormente, de manera pacífica. “La única noticia importante son los millones de venezolanos a lo largo y ancho de nuestra tierra ejerciendo su derecho a decidir”, dijo.

Algo similar dijo María Corina Machado, quien además resaltó el trabajo del Plan República, el operativo militar que se despliega en cada elección. Según las cifras de Machado, hubo 1.300 mesas electorales que presentaron problemas para que los testigos opositores ingresaran, pero al momento de la transmisión, esa cifra había bajado a doce.

En ese mismo mensaje, Machado informó que 9.300.000 personas habían votado. Eso representa 42,1% del padrón electoral. En las elecciones pasadas, las de 2018, en las que la oposición decidió no participar, hubo un 54% de abstención. En las de 2012, la del líder opositor Henrique Capriles Radonski y el entonces presidente Hugo Chávez, votaron 15.160.289 de venezolanos —pero ni las estimaciones más optimistas esperan un número tan alto para hoy, después de años de una migración masiva—.

Según los últimos datos de ACNUR, 7,7 millones de venezolanos han dejado el país. Más de medio millón de ellos escogieron a Chile como su nuevo hogar.

Los venezolanos que pudieron votar en el exterior son más bien pocos, aunque representan cerca del 25% del padrón electoral total. De los siete millones, solo 69.189 están habilitados para votar. Los requisitos impuestos por las autoridades electorales y consulares impidieron la inscripción de la mayoría. Durante el operativo especial habilitado para estas elecciones, solo 508 venezolanos pudieron inscribirse y 6.020 lograron cambiar su centro de votación a su nueva residencia.

De los 450 mil venezolanos con residencia legal en Chile, solo pueden votar 2.659.

Irregularidades en el proceso

A pesar de que millones de votantes consiguieron votar sin problemas, el Observatorio Electoral Venezolano reportó demoras o interrupciones en el proceso de votación en 54,3% de las mesas del país, todas asociadas a fallas de las máquinas de votación. En 16,6% de las mesas se registró lo que se conoce como “operación Morrocoy”, o enlentecimiento de los procesos electorales por parte de los operadores para, presuntamente, desmotivar a los votantes.

Eugenio Martínez, periodista especialista en procesos electorales, dijo cerca del mediodía que era una evidente estrategia del chavismo, que valiéndose del control institucional, estaba retrasando el flujo de votantes en centros de más de 3 mesas con tendencia histórica a votar en contra del oficialismo.

En algunos casos, como el de la escuela Prados del Sol, en Araure, estado de Portuguesa, en los llanos venezolanos, pasadas las 4:00 pm las mesas no habían arrancado a trabajar. Una dirigente de Vente Venezuela, el partido de María Corina, confirmó que en ese estado habían reportado incidencias en aproximadamente 10% de los centros, pero todos de más de 3.000 votantes y ubicados en centros históricamente opositores, como reportó Martínez.

Pero antes de que todo esto pasara, durante las últimas horas antes de las elecciones, el gobierno venezolano impidió el despegue desde Panamá de un vuelo en el que viajaban los exgobernantes Mireya Moscoso (Panamá), Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), Jorge Quiroga (Bolivia), Vicente Fox (México) y la exvicepresidenta colombiana Marta Lucía Ramírez, miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (Grupo IDEA). Hasta que los exgobernantes no se bajaron, el avión, lleno de venezolanos que venían a votar, según Moscoso, no pudo arrancar.

Desde el aeropuerto de Maiquetía, el que sirve a la ciudad de Caracas, fueron deportados diez congresistas y eurodiputados del Partido Popular, la senadora colombiana Angélica Lozano y la exalcaldesa de Bogotá Claudia López.

El mismo destino sufrieron los senadores chilenos Felipe Kast y Rojo Edwards. “Nos acaban de informar que nos están deportando porque nos dicen que no cumplimos con el perfil ni las condiciones de ingresar al país. Es completamente arbitrario. Esto demuestra que todas las palabras de algunos que dicen que es una democracia es simplemente una gran mentira”, dijo Kast.

El ministerio de Relaciones Exteriores chileno citó al embajador de Venezuela en Chile, Arévalo Méndez, para entregarle una nota de protesta por el suceso.

Durante la jornada de este 28 el comentarista político Patricio Fernández contó que a él tampoco lo dejaron entrar, a pesar de haber tramitado previamente su visa en el Consulado de Venezuela en Chile.

Horas antes Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral Venezolano, dijo, hablando sobre los expresidentes que las personas que no fueron admitidas al país son “desestabilizadoras y vinculadas a la corrupción (…) pregunten en sus países quiénes son y ellos no eran invitados, no eran veedores, ni observadores ni nada, no eran y nunca fueron”.

En algunos centros, cuando fueron a votar dirigentes chavistas, la gente desde las colas los abucheó. Le pasó a Tarek William Saab, Fiscal General de la República, y al gobernador de Portuguesa, Primitivo Cedeño.

La emoción de la gente es palpable en todos los centros y muchos comparaban la víspera de las elecciones con la de año nuevo, llena de preparativos y arreglos. Las colas desde la noche anterior solo motivaron más a la gente y se espera que ciudadanos asistan masivamente al cierre de las meses, donde se espera se escrutine al menos una mesa por centro en un proceso público.

Esto es motivado, principalmente, por la dirigencia opositora, que usó como slogan “ganar y cobrar”, haciendo un guiño a que un potencial fraude podría no estar en las máquinas, sino en el aparato del chavismo, que controla todos los poderes, incluido el electoral, e históricamente ha hecho cosas como llevar a los votantes masivamente en bus en las últimas horas del proceso (conocido como “operación arrastre”), activar un 1x10 de empleados públicos y presionarlos para votar e, incluso, voto asistido, es decir, pasar con alguien a la máquina de votación para asegurarse de a quién va su voto. Durante la jornada de hoy se han registrado denuncias de voto asistido en un par de centros, pero parece que el trabajo de los testigos opositores impidió que pasara en una amplia lista de centros.

¿Por qué estas elecciones podrían ser distintas?

La movilización de la campaña opositora ha sido histórica. Según el New York Times, estamos viendo “la movilización de votantes más importante desde el surgimiento del chavismo”. Pero eso no era lo que se sentía en el ambiente hace un año, cuando la apatía política era la norma.

En octubre de 2023, cuando la oposición hizo primarias, dos millones de personas participaron. Eso es un millón menos que en la última primaria opositora, la de 2012, cuando el número de votantes fue de 3.079.284.

María Corina Machado resultó ganadora de esas primarias con 92.35% de los votos, pero su candidatura no prosperó por una inhabilitación política del Tribunal Supremo de Justicia de 2021. Edmundo González no fue la primera opción para sustuirla, fue Corina Yoris, una académica, a la que el Consejo Nacional Electoral no dejó inscribirse por un error de sistema.

En abril 2024 anunció la postulación de Edmundo, hasta entonces un virtual desconocido.

Todo esto se enmarca en las negociaciones del pacto de Barbados, ocurrido en 2023 y donde el gobierno y la oposición y que arrojó como resultado dos tratados, uno referente a garantías electorales y derechos políticos, y otro a “la protección de los intereses vitales de la Nación”. Participaron diplomáticos de Noruega, Barbados, Rusia, Países Bajos, Colombia, México y Estados Unidos.

Después de la firma del acuerdo, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos emitió cuatro licencias que aliviaron las sanciones a Venezuela. Antony Blinken, secretario de Estado, dijo que eso dependía de la definición de un cronograma electoral, la habilitación de todos los candidatos a la presidencia, y la libertad de los prisioneros políticos. Cinco presos políticos fueron liberados luego de la firma.

Las sanciones fueron restablecidas en Abril de 2024, pero que la “plena implementación del Acuerdo de Barbados”, los haría responder positivamente.

Sin importar lo pactado en el acuerdo, durante la campaña la represión a la oposición no cesó. La ONG venezolana Foro Penal registró 301 presos políticos y 102 arrestos vinculados a eventos electorales durante 2024. Importantes figuras dentro de la campaña, como el jefe de seguridad de Machado, Milciades Ávila, fueron detenidas. Ávila fue liberado durante luego de un día, pero quedó con orden de presentarse a un tribunal cada 30 días.

La propia Machado denunció que fue víctima de un atentado apenas diez días antes de las elecciones. De la caravana de vehículos en la que se desplaza, a uno le cortaron los frenos, a otro le vaciaron el aceite de motor y ambos fueron bañados con pintura blanca.

A pesar de esto, varias encuestadoras dan por ganador a Edmundo González. Barclays, la compañía de servicios financieros, ve las elecciones como una oportunidad sin precedentes para una transición política y adelanta que Colombia podría ser el más grande beneficiario si eso sucede. Delphos proyecta a Edmundo González como ganador con 59% de los votos sobre 35% si hay 9 millones de votantes. Si hay 13 millones, la diferencia esperada sería de 62% a 28%. Lo visto hasta el momento da cuenta de un escenario de alta participación es el más probable, en el cuarto boletín del comando de María Corina, publicado a las 4:00 pm, la participación era de 54,8%, es decir unos 11,7 millones de venezolanos.

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