
Es el Día de la Tierra: ¿Los humanos realmente estamos acabando con el planeta?
La advertencia de los científicos es que el mundo enfrenta un desastre climático irreversible. Sin embargo, no todo es tan malo: hay algunos avances en distintas materias que dan esperanza de que es posible recuperar la naturaleza y el planeta.

“Estamos al borde de un desastre climático irreversible”. Esa es la conclusión sobre un reciente estudio sobre el estado del planeta Tierra —publicado en Oxford Academic— que se suma a las miles de alertas que científicos y autoridades han estado vociferando desde hace varios años.
Y es que la vida humana moderna demanda un sinfín de recursos y también genera contaminantes a diario. Todo esto resulta en el aumento de probabilidades de desastres naturales como inundaciones, sequías, olas de calor y pronósticos devastadores para el futuro de la vida en el planeta.
Pero no todo puede ser tan malo.
Según un reciente artículo de The Washington Post, el desarrollo de la tecnología está permitiendo reinventar algunos procesos y revertir de alguna manera el daño hecho. Y según la evidencia presentada, hay ciudades que están logrando limpiar su aire y sanar su naturaleza.
Estas son 4 noticias optimistas de cómo el planeta se puede estar recuperando de a poco (para no perder la esperanza).

1. Hay avances en energía limpia
Con el avance de la tecnología, no solo están surgiendo novedades como chatbots de Inteligencia Artificial o robots humanoides. También se están desarrollando sistemas y proyectos para reducir las emisiones y seguir en movimiento, pero con energías más limpias.
Por ejemplo, en Estocolmo se inauguró el primer transbordador eléctrico “volador” del mundo: lo que hace es deslizarse sobre la superficie del agua para reducir las emisiones y acortar los tiempos de viaje.
Además, las baterías que se están creando para los vehículos eléctricos como este tipo, están fabricadas con hierro en reemplazo del níquel o cobalto, para así tener un producto más económico, seguro y menos inflamable.
En paralelo, hay empresas que están desarrollando “baterías de flujo”, que son del tamaño de un refrigerador y tienen la capacidad de almacenar energía renovable. Con el tiempo, se cree que puedan reemplazar el gas y carbón, dos elementos muy utilizados pero, a su vez, muy contaminantes.
2. La naturaleza entrega herramientas para cuidar el planeta
Se dice que la naturaleza es sabia, y todo apunta a que es cierto. Y es que los científicos están encontrando soluciones a partir de cómo funcionan los hábitats, plantas, animales y hasta las piedras.
Por ejemplo, en el Ártico, los investigadores están investigando el pelaje del oso polar, que es capaz de repeler el agua y el hielo con eficacia. A partir de ello, están inspirándose para poder reemplazar en el futuro las fibras sintéticas (y contaminantes) con nuevos materiales (no la piel de oso como tal) que puedan tener las mismas propiedades.

Las algas marinas también están en el ojo de los científicos, pues son de cultivo rápido y tienen el potencial de fertilizar el suelo, reemplazar el plástico y alimentar automóviles y redes eléctricas.
3. Hay especies que se están recuperando
Con la ayuda de científicos, comunidades y especialistas en conservación, hay animales en peligro de extinción que se están recuperando de forma lenta, pero decidida.
Por ejemplo, las tortugas marinas, el pinzón de Darwin, el lince ibérico, el rinoceronte de un cuerno grande, el órix de cuernos de cimitarra y los osos hormigueros gigantes.

Si bien no están fuera de peligro, al menos estas especies están resurgiendo con el compromiso y financiación de distintos grupos de personas. Así, se convierte en un mensaje de que la naturaleza puede sanar si es que nos comprometemos con ello.
4. Hay más medidas para reducir la contaminación
Cada vez más, ciudades grandes como París y Nueva York han implementado medidas para tener aire más limpio: han logrado reducir el uso de automóviles y también recuperar los espacios públicos, que anteriormente se destinaban a calles para el uso de vehículos.

En gran parte de los casos, el método ha sido subir el costo de los estacionamientos y de la circulación vehicular, además de construir más ciclovías para bicicletas.
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