Estas fueron las 7 mayores polémicas en el mundo del arte en 2024
Desde el magnate que se comió un plátano que le significó más de 6 millones de dólares hasta un niño que rompió accidentalmente una vasija de la Edad de Bronce.
El 2024 estuvo marcado por distintas polémicas en el mundo del arte, las cuales abarcaron desde la vandalización de obras en nombre de la protesta hasta retratos de la realeza británica que despertaron más críticas que elogios.
También hubo un plátano que —como parte de un concepto— se subastó por más de 6 millones de dólares. La fruta terminó en el estómago de un multimillonario.
Desde obras realizadas con el apoyo de la inteligencia artificial (IA) que ganaron premios hasta artistas que, por su otro lado, salieron premiados por hacer trabajos sin IA en concursos dedicados a esta tecnología.
Asimismo, hubo otras que accidentalmente llegaron a un recipiente de basura o terminaron hechas pedazos.
Junto con ello, una conocida asesora de arte se declaró culpable de fraude.
A continuación encontrarás algunas de las mayores polémicas que ocurrieron este año.
1. El plátano de una obra que se vendió por 6,2 millones de dólares (y fue devorado por su comprador)
El multimillonario chino dedicado al campo de las criptomonedas, Justin Sun, compró en noviembre una edición de Comedian del artista italiano Maurizio Cattelan.
Se trata de una obra que consiste en una banana pegada a una pared con cinta adhesiva.
Previamente, el plátano de Comedian ya había sido comido en dos ocasiones: por un artista de performance en 2019 y por un estudiante surcoreano en 2023, según rescata la BBC.
La diferencia en el caso de Sun, es que el empresario desembolsó una suma de 6,2 millones de dólares por la obra que contenía la fruta, a pesar de que las estimaciones iniciales en la subasta la posicionaban entre 1 y 1,5 millones de dicha moneda.
Por ese dinero, recibió un rollo de cinta aislante, un plátano (no el original), un certificado de autenticidad e instrucciones de instalación.
Tras retirarla, Sun se devoró la banana frente a las cámaras y dio una conferencia de prensa.
Según declaraciones rescatadas por CNN, el empresario manifestó: “Quiero comérmelo para formar parte de la historia de la obra”.
Informaciones reunidas por el New York Times detallan que el plátano fue comprado por unos 35 centavos en un puesto de frutas en una calle de Nueva York.
2. La autora que ganó un premio por un libro escrito con IA (y el fotógrafo que ganó un concurso de IA sin usar esta tecnología)
A principios de este año, la autora japonesa Rie Kudan admitió que había escrito con ayuda de ChatGPT algunas partes de su libro La torre de la compasión de Tokio (Tokyo To Dojo To es el título original)
La confesión de la escritora se dio después de que recibiera el prestigioso Premio Akutagawa.
Según declaró en una rueda de prensa, alrededor de un 5% del libro fue realizado con el apoyo de la IA generativa.
“Pienso seguir sacando provecho del uso de la IA en la escritura de mis novelas, al tiempo que dejo que mi creatividad se exprese al máximo”, dijo en ese entonces, según rescata CNN.
La situación intensificó el debate sobre cómo esta tecnología puede afectar a las industrias creativas.
Unos meses después, en junio, la IA volvió a ser el tema de conversación en otro certamen, aunque esta vez de fotografía.
Aquello se debió a que el fotógrafo Miles Astray postuló una foto real de un flamenco en la categoría de IA del concurso de fotografía en color 1839 Awards.
En dicha instancia, Astray ganó el galardón People’s Vote.
Tras revelar la verdad sobre la imagen, manifestó en un post de Instagram que “la naturaleza sigue superando a la máquina y ustedes (los que votaron) ayudaron a demostrarlo”.
Junto con ello, subrayó que “la creatividad y la emoción son más que una simple cadena de dígitos”.
Pese a que, según relató, lo que hizo trajo consigo que su propuesta fuese desclasificada, Astray dijo que apoya plenamente esa decisión.
3. Los cuestionados retratos de la realeza británica
El primer retrato oficial del rey Carlos III desde su coronación —tras el fallecimiento de la reina Isabel II— desencadenó opiniones divididas.
La obra de 2,5 por 2,5 metros en la que resalta el color rojo fue descrita en las redes sociales como “la representación visual de la masacre causada por los colonizadores” y “como si fuera directo al infierno”.
Sin embargo, el historiador de arte Richard Morris declaró que le gustaba “mucho” el cuadro del artista británico Jonathan Yeo, según rescata CNN.
Otro retrato de Catalina, princesa de Gales —Kate Middleton— que apareció en la portada de Tatler también generó múltiples críticas.
El crítico de arte de The Telegraph, Alastair Sooke, escribió que la obra de la artista Hannah Uzor era “intolerablemente mala” y “no muestra ningún atisbo de parecido”.
4. Vandalización de obras de arte y patrimonio cultural (en nombre de la protesta)
La Carta Magna, la Mona Lisa y Stonehenge fueron solo algunos de los objetivos que distintos grupos de activistas buscaron este año.
Sin embargo, no todos enfrentaron el mismo destino.
En Países Bajos, tres activistas belgas que atacaron La joven de la perla de Johannes Vermeer lograron evitar las penas que se les habían asignado, según rescata CNN.
Se afirma que alcanzaron a pasar 23 días detenidos hasta que un tribunal de apelación anuló sus condenas de dos meses de prisión, en marzo.
Meses después, en septiembre, un juez de Reino Unido condenó a dos años y 20 meses de prisión —respectivamente— a dos activistas que atacaron Los girasoles de Vincent van Gogh con sopa de tomate.
Frente a estas situaciones, durante los últimos años, distintos museos han adoptado medidas preventivas para evitar que las obras se vean perjudicadas.
Entre estas se encuentran algunas como restringir los líquidos o bolsos grandes a los visitantes, además de reforzar los sistemas de seguridad de las exposiciones.
5. La conocida asesora de arte que se declaró culpable de fraude
La estadounidense Lisa Schiff se declaró culpable de fraude electrónico y aceptó renunciar a los 6,5 millones de dólares que se le acusó de haber ganado a través de la venta —o la no compra, en algunos casos— de 55 obras.
La asesora de arte —especialista en arte moderno y contemporáneo— defraudó al menos a 12 clientes, según describió en septiembre el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Entre las acciones que cometió Schiff se encuentra no comunicar que sus obras se habían vendido y no comprar las obras por las que ellos habían pagado.
Las autoridades afirmaron que protagonizó “media década de engaño” y que destinó el dinero que obtuvo a gastos empresariales y personales, según rescata el citado medio.
Se tiene previsto que Schiff sea condenada en enero de 2025.
En 2024 también salió en libertad Inigo Phillbrick, comerciante de arte que cumplió una condena por fraude electrónico y que fue declarado culpable de actos como falsificar documentos y ocultar intereses.
Según rescata CNN, incluso inventó un coleccionista de arte ficticio, para así garantizar y revender acciones de arte contemporáneo.
6. La obra que fue llevada por error a un recipiente de basura
Un técnico de ascensores del Museo LAM de Países Bajos dejó —sin saber de qué se trataba— una obra en un recipiente de basura.
La pieza en cuestión fue desarrollada bajo la idea de que parecieran dos latas de cerveza vacías.
No obstante, habían sido pintadas a mano por el artista francés Alexandre Lavet, quien tituló este trabajo como Todos los buenos momentos que pasamos juntos.
Desde el museo precisaron en un comunicado que no tenían “ningún rencor” hacia el técnico, ya que las réplicas de las latas se habían expuesto intencionalmente en el hueco de un ascensor de cristal, como si hubiesen sido abandonadas.
La obra pudo recuperarse sin daños, por lo que se limpió y volvió a exhibirse.
El comunicado del museo explicó que “para el artista, las latas simbolizan recuerdos preciados compartidos con queridos amigos”.
“Si bien las veladas disfrutando de una bebida pueden parecer triviales en el gran esquema de las cosas, en última instancia encarnan momentos preciosos de conexión”, agregaron.
7. El niño que rompió accidentalmente una vasija de la Edad de Bronce
Un menor de cuatro años rompió accidentalmente una vasija de al menos 3.500 años de antigüedad, en el Museo Hecht de Haifa, ubicado en Israel.
La pieza arqueológica en cuestión era de la Edad de Bronce y era exhibida cerca de la entrada del establecimiento, sin un cristal protector.
Desde el establecimiento plantearon que mostrar hallazgos de este tipo “sin obstrucciones” tiene un “encanto especial”, según rescata a la BBC.
De la misma manera, los administradores del centro calificaron lo ocurrido como un accidente y dijeron que el niño y su familia fueron invitados a regresar a la exposición para una visita especial.
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