¿Quién no ha escuchado que una copa de vino al día es un excelente hábito para la salud? En la actualidad, son muchas las personas que acompañan su almuerzo o cena con este bebestible, creyendo que están beneficiando a su cuerpo.
Y aunque el vino puede tener propiedades en su composición que son positivas, la nueva evidencia científica indica que, en realidad, los riesgos podrían ser mayores, por lo que se desaconseja este hábito diario.
Esta es la explicación.
Por qué no deberías tomar una copa de vino al día
El vino tinto suele tener compuestos que ayudan a mejorar la salud cardiovascular y luchar contra el estrés oxidativo (que está relacionado con el cáncer). No obstante, el alcohol presente en este bebestible no es uno de ellos.
Distintos estudios —como el que se publicó en la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos— indican que “no es posible decidir con certeza si el consumo de las distintas bebidas alcohólicas y, en particular, del vino, tiene efectos específicos para la salud”.
También agregaron que “no debe olvidarse el consenso ampliamente compartido de que nadie debería empezar a consumir bebidas alcohólicas por motivos de salud”.
En esta misma línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) especificó que “es el alcohol que causa daño, no la bebida”, pues es el componente tóxico, psicoactivo que produce dependencia y que es clasificado como cancerígeno.
De hecho, desde la institución informaron que “la mitad de todos los cánceres atribuibles al alcohol en la Región Europea son causados por el consumo de alcohol ‘ligero’ y ‘moderado’: menos de 1,5 litros de vino o menos de 3,5 litros de cerveza por semana”.
“No hay estudios que demuestren que los posibles efectos beneficiosos del consumo ligero y moderado de alcohol sobre las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2 superen el riesgo de cáncer asociado con estos mismos niveles de consumo de alcohol para los consumidores individuales”.
Según explicó la doctora Carina Ferreira-Borges, asesora regional sobre Alcohol y Drogas Ilícitas en la Oficina Regional de la OMS para Europa, “no podemos hablar del llamado ‘nivel seguro de consumo de alcohol’. No importa cuánto bebas: el riesgo para la salud del bebedor comienza desde la primera gota de cualquier bebida alcohólica”.
“Lo único que podemos decir con seguridad es que cuanto más se bebe, más dañino es o, en otras palabras, cuanto menos se bebe, más seguro es”.