Está comprobado por distintos especialistas, que dormir mal puede afectar funciones de nuestro organismo como: el estado de ánimo, la capacidad de aprender, retener información e incluso afectar nuestra salud mental.
No tener el suficiente descanso, también puede afectar en el juicio, aumentar el riesgo de tener accidentes y causar lesiones graves.
La mala higiene del sueño, también puede provocar que te arden los ojos al día siguiente de desvelarte, lo que genera un mayor riesgo de padecer enfermedades oculares y glaucoma.
¿Qué es el glaucoma y por qué lo causa el mal dormir?
Una investigación realizada durante 10 años, reveló que dormir muy poco, tener ronquidos, experimentar somnolencia diurna o insomnio pueden aumentar el riesgo de glaucoma, una patología ocular común que afecta a millones de personas.
El glaucoma es un conjunto de padecimientos que va dañando las fibras del nervio que transportan la información del ojo al cerebro. Conforme se van muriendo estas fibras, se empieza a perder información visual y la primera parte que se va es la visión periférica.
Es probable que el glaucoma afecte a 112 millones de personas en todo el mundo para 2040. Los ronquidos, la somnolencia diurna y el insomnio, se asociaron con el riesgo de glaucoma.
Estos hallazgos subrayan la necesidad de una intervención del sueño para las personas con alto riesgo de glaucoma, así como una posible evaluación oftalmológica para la prevención del glaucoma entre aquellos que tienen problemas crónicos del sueño
En qué consiste el estudio
Un equipo de investigadores del Hospital Huimin de Beijing, China, centraron en las consecuencias a largo plazo de la falta de sueño. Realizaron un estudio que involucró a más de 400.000 personas en el Reino Unido para observar de manera integral los comportamientos y patrones del sueño y el glaucoma.
Los participantes de 40 a 69 años fueron reclutados para el estudio entre 2006 y 2010 y se les dio seguimiento hasta marzo de 2021 para ver si se les había diagnosticado glaucoma.
Se recopiló información sobre sus hábitos de sueño cuando se unieron al estudio. La duración normal del sueño se definió entre 7 y 9 horas, con muy poco o demasiado definido como fuera de este rango.
El cronotipo de la persona se definió en función de si sedescribía más como una alondra matutina o como un ave nocturna.
Durante un período de seguimiento promedio de casi 11 años, se identificaron 8.690 casos de glaucoma. Con la excepción de los cronotipos, los otros cuatro patrones y comportamientos del sueño se asociaron con diversos grados de mayor riesgo de glaucoma.
Los investigadores encontraron que, en comparación con quienes tenían un patrón de sueño saludable, los ronquidos y la somnolencia diurna conllevaban un aumento del 11% en el riesgo de glaucoma.
Mientras tanto, el insomnio y dormir demasiado o muy poco se vinculó con un aumento del 13% en el riesgo. El estudio fue observacional por lo que no se puede establecer una causa. El glaucoma en sí mismo podría influir en los patrones de sueño, y no al revés.
Pero hay explicaciones biológicas plausibles para las asociaciones encontradas entre los trastornos del sueño y el glaucoma.