Expasajero del sumergible Titán revela que nave estuvo “perdida” bajo el mar en otro viaje al Titanic
David Pogue, periodista de la cadena televisiva CBS, fue parte de una expedición del Titán en 2022 que se perdió por más de dos horas en el océano.
Por estos días el extravío del sumergible Titán, que se encontraba corriendo las aguas del Océano Atlántico, ha causado conmoción mundial.
La nave, que pertenece a la compañía OceanGate, transportaba en su interior a cinco pasajeros y perdió todo tipo de comunicación desde el domingo por la mañana, a casi 1 hora y 45 minutos de haber descendido al mar. Su objetivo era realizar una expedición a las ruinas del Titanic.
Durante toda esta semana, las autoridades han impulsado una intensa búsqueda para encontrar a los pasajeros en buen estado.
Pero a medida que pasan las horas, el panorama se vuelve más desolador, pues mientras más pasa el tiempo, disminuye la cantidad de oxígeno que quedan al interior del sumergible. Para el jueves, ese suministro se acabará.
Al parecer no es el primer incidente que ha experimentado el Titán, reflejó el periodista de la cadena de televisión estadounidense CBS, David Pogue. En un viaje en que acudió como pasajero, el comunicador estuvo “perdido” en el océano por un par de horas junto al grupo de personas que lo acompañaba.
“No hay respaldo, no hay cápsula de escape”, afirmó Pogue a BBC sobre la nave extraviada. “Es llegar a la superficie o morir”.
Cómo es un viaje en el Titán, según el testimonio de un expasajero
El año pasado, Pogue se aventuró a descubrir en primera persona cómo eran los viajes del Titán y en qué consistía la embarcación. La idea era dejar todo plasmado en un capítulo del programa CBS Sunday Morning.
“Puede que recuerdes que el submarino @OceanGateExped del #Titanic también se perdió durante unas horas el verano pasado, cuando estaba a bordo…”, escribió este lunes Pogue en su cuenta de Twitter.
En el episodio se observa que Pogue cuenta haber estado “nervioso” al sumarse en esa travesía desconocida. Luego leyó frente a la cámara el documento que tenía que firmar obligatoriamente.
“Un sumergible experimental que no ha sido aprobado ni certificado por ningún organismo regulador y podría provocar heridas físicas, discapacidad, trauma emocional o la muerte”, rezaba parte del contenido.
Poco antes de sumergirse en el mar, el periodista estuvo consultándole los detalles del funcionamiento de la nave a Stockton Rush, el director ejecutivo de OceanGate y que también es uno de los pasajeros que está desaparecido en el Atlántico.
“No pude evitar darme cuenta de cuántas piezas de este submarino parecían improvisadas”, calificó Pogue después de haber entrado al submarino.
Sus palabras se debían a que cuando Rush le mostraba algunas de las terminaciones del sumergible, quedaba claro que muchas piezas estaban lejos de ser especializadas para estar en las profundidades del océano.
Por ejemplo, instaló una iluminación de Camping World y un control Logitech para poder manejar la nave. Al ver esos objetos, Pogue no pudo aguantar la risa.
“Quiero decir, estás poniendo tuberías de construcción como lastre”, le dijo el periodista a Rush más tarde.
El director de OceanGate le respondió un tanto incómodo: “No sé si usaría esa descripción, pero hay ciertas cosas que quieres que se abrochen”. Si bien recalcó que en el recipiente a presión colaboraron la NASA y Boening, también aseguró que “todo lo demás puede fallar”.
Después de ese diálogo, Pogue contó que antes de que el Titán realizara la inmersión, se había pronosticado que las olas “serían demasiado grandes para lanzar el submarino”, por lo que tuvieron que esperar.
No fue hasta seis días después que recién el grupo pudo bajar al mar dentro del sumergible, ya que fue ahí cuando el clima pareció mejorar. Pero apenas se dio inicio a la excursión marítima, comenzó una breve pero intensa pesadilla.
“No hay GPS bajo el agua, por lo que se supone que el barco de superficie debe guiar al submarino al naufragio enviando mensajes de texto”, dijo Pogue.
Después contó que en algún momento la comunicación con la embarcación principal que estaba arriba “se rompió”. En todo el tiempo en que duró el recorrido, el submarino nunca pudo encontrar los restos del Titanic y quedaron casi extraviados en el océano.
“Estuvimos perdidos por 2 horas y media”, fueron las palabras de uno de los pasajeros. Rush les ofreció un viaje gratuito para otra ocasión.
Tras probar suerte nuevamente, Pogue y el resto del equipo consiguieron visitar el naufragio.
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