Gafas, gafas y más gafas: la CES 2025 se llenó de anteojos inteligentes

Decir que la IA fue el tema principal de la CES 2025, es casi una obviedad. Fue el tema principal en 2024 y en esta edición lo ha sido mucho más. Pero un recorrido por diferentes lugares de exposición en Las Vegas –sede del evento– mostraron lo que es una tendencia para el año: las gafas inteligentes.

Basta hacer una rápida búsqueda con el término “glasses” (anteojos, en inglés) en el buscador de la feria, para darse cuenta que más de 60 expositores lo declararon entre sus novedades. Pero lo cierto es que esto no dimensiona la cantidad de modelos mostrados, acaparando las miradas de asistentes que hacían fila para probarlos.

Las gafas han sido desde bastante un producto donde la tecnología intenta entrar, en un impulso de las compañías de transformarlo en el paso siguiente al celular. Uno de los primeros fue Google, que en junio de 2012 presentó un prototipo que un año después intentó vender por 1.500 dólares.

Se llamaban Google Glass y fracasó estrepitosamente por diferentes factores: si bien grababa videos y tomaba fotos, su calidad era muy deficiente y generaba preocupaciones de privacidad (diversos locales prohibieron su uso por lo mismo). Además, la batería era pequeña, requería de un celular, el software no era intuitivo y hubo reportes varios de fallas por calentamiento.

Con lo anterior en consideración y un mal manejo de marketing por parte de Google –que no supo responder al público el porqué tendría que comprarlos–, el producto acabó en su cancelación. Al menos para el público, porque internamente la firma ha seguido hasta el día de hoy trabajándolo y hasta mostrándolo bajo el alero del proyecto Astra.

A pesar del abandono público de Google, muchas firmas se han atrevido en los años siguientes a trabajar y elaborar conceptos y lanzar productos (Apple, Snap, y Meta entre ellas), que pasan desde cascos a gafas de realidad virtual, realidad aumentada y mixta. Sin embargo, todavía se encuentran en un nivel de nicho, con costos elevadísimos de producción y venta. Pero eso intenta regularse para llegar a más publico.

El CES 2025 ha sido un escenario para observar esas intenciones, con nuevos productos de marcas de diferente tamaño, queriendo hacerse un espacio en ese incipiente mercado.

En nuestro recorrido, notamos muchas marcas –varias chinas– ofreciendo gafas denominadas como inteligentes, capaces de proyectar algunas imágenes en el cristal. Pero lo común, más destinado a grabar y sacar fotos con envío directo al celular, para luego postearla en redes sociales. Incluso, para transmitir en vivo.

Un ejemplo es lo que mostraba la firma Lawk, que cuenta con un modelo denominado “One”, unas gafas con IA con la que se interactúa a través de la voz, además de grabación y captura de fotos. También se promociona como la “primera gafa inteligente para TikTok Live”.

Pero tiene más prestaciones interesantes: información en el cristal, batería con 12 horas de autonomía (aunque con necesidad de bluetooth desde el celular), resistencia al polvo y agua, sonido estéreo, traducción simultánea y todo en 38.3 gramos.

Amazon también mostró unas gafas que, a decir verdad, son más lentes con parlantes que otra cosa. Se llaman Echo Frames, un proyecto con años ya pero que en la CES 2025 expusieron para con sus últimos modelos. Entre ellos además, unos elaborados de la mano con la italiana Carrera, con las que ya tienen otros lentes más enfocados a la moda.

Para todos los casos, las gafas de Amazon tienen parlantes en sus soportes traseros lo que permite escuchar música e interactuar con Alexa (el micrófono está más cercano al marco). Su valor va desde los 329 dólares.

Una firma que destacó fue RayNeo, parte de TCL, cuya propuesta son gafas con realidad aumentada. Esto lo consiguen con la proyección de imágenes en el cristal gracias a tecnología microLED. Su modelo estrenado fue la RayNeo X3 Pro, que no depende de un equipo externo para funcionar, procesando todo de forma interna.

Cuenta con una IA basada en ChatGPT y también ofrece traducción simultánea en pantalla. Un diferenciador a otros lentes de la competencia, es que la cámara para fotos y video la ponen al centro, lo que da un poco más de peso a esa zona de soporte. Esperan sacarlo a la venta a fines de 2025 a un valor que –sinceramente– ahuyenta: 1.500 dólares (poco más de 1 millón 500 mil pesos chilenos).

Lo anterior es sólo un botón de los muchos lentes que había de lado y lado, lo que revela que la industria ya los dispositivos pero faltan las personas. El paso siguiente y necesario es mejorar sus entornos de software y la autonomía. Hasta ahora son contados los casos donde no se requiere teléfono, y generalmente siguen siendo costosos.

En este camino hay dos gigantes que podrían ayudar a empujar un mejor destino para las gafas inteligentes: Google y Apple.

Google ya lo está haciendo. En diciembre pasado presentó su proyecto abierto Android XR, nombre que utiliza el acrónimo de Realidad Extendida (XR) y que engloba la Realidad Aumentada (AR), la Realidad Virtual (VR) y la Realidad Mixta (MR). En una primera partida se aliaron con Samsung y Qualcomm, con el objetivo de disponer experiencias útiles en auriculares y gafas, todas potenciadas con Gemini.

Android XR pretende que todos los fabricantes y desarrolladores que quieran, puedan utilizar y aprovechar su tecnología, convirtiéndose en algún tipo de estándar en el futuro. Se estima que los primeros productos con este servicio salgan en algún momento de 2025.

Apple es otro que puede impulsar más este tipo de tecnología. Si bien ya tienen su alucinante Vision Pro, que tuvimos oportunidad de conocer en septiembre pasado durante el lanzamiento de los iPhone 16, hasta ahora se quedan cortos en entusiasmo al ser muy caros: 3.500 dólares.

Unos modelos más económicos, más autónomos –las Vision Pro lo son pero limitadamente–, empujarían a tener una mayor adopción. El aspecto es otro elemento relevante para Apple, ya que hasta ahora son más cascos que gafas. Si se logra minimizar su tamaño al punto de ser unas gafas, el golpe estaría dado. Y obvio, a un valor razonable. Quizás como el de un iPhone de entrada o un Android de gama alta.