Hermanos de Italia: qué defiende el partido de Giorgia Meloni y por qué es criticado
Los opositores advierten que tienen ideas heredadas del fascismo, pero la primera ministra lo niega rotundamente. Así es el grupo que está en el poder del país.
En abril de este año, el ministro de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Italia, Francesco Lollobrigida, realizó un discurso que no pasó desapercibido.
“Los italianos están teniendo menos hijos, están siendo reemplazados por otras personas”, dijo el representante de la cartera, para luego enfatizar el lema “sí a apoyar más nacimientos, no al reemplazo étnico”.
Aquello desencadenó múltiples críticas en la oposición y en voces independientes, debido a que calificaron sus palabras como racistas y xenófobas.
Rápidamente, la líder del centroizquierdista Partido Democrático, Elly Schlein, aludió a que las expresiones de Lollobrigida fueron similares a las del fallecido dictador Benito Mussolini.
Según declaraciones suyas rescatadas por la BBC, “nos llevan a la década de 1930, son palabras que tienen un sabor a supremacismo blanco”. Asimismo, las calificó como “repugnantes”.
Sin embargo, su narrativa ha ganado cada vez más terreno en Occidente. Y en el caso particular de mencionado país, en el partido Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia; FdI), fundado en 2012 con una base de principios nacionalistas y conservadores.
La primera ministra Giorgia Meloni es quien dirige el grupo político, mientras que Lollobrigida figura como uno de sus aliados más cercanos.
Cómo es el partido de Giorgia Meloni
A pesar de que sus opositores han asegurado insistentemente que Hermanos de Italia defiende ideas heredadas del fascismo, ella se ha encargado de negarlo tajantemente.
El académico de la Universidad de Bristol y experto en la historia del país europeo, John Foot, detalló al citado medio que efectivamente “es un partido que utiliza el racismo, la xenofobia y un discurso antiinmigrantes, pero que también llegó al poder democráticamente y siempre ha estado dentro del sistema democrático y constitucional”.
Por lo tanto, el también autor del libro Blood and Power: The Rise and Fall of Italian Fascism (Bloomsbury Publishing, 2022) explicó que “no se puede decir que es fascista, porque no planea abolir la democracia ni van a salir a las calles a matar gente para lograr objetivos”.
No obstante, más allá de los conceptos académicos, las propuestas de los representantes del partido despiertan anticuerpos en los opositores.
La simbología que ocupan tampoco queda fuera de miras. Por ejemplo, el logo de Hermanos de Italia, una llama con los colores del país, tiende a ser interpretado como un guiño a la muerte de Mussolini.
Respecto a cómo llegaron al poder, el académico de la Universidad Syracuse en Florencia y especialista en la historia de la extrema derecha, David Broder, dijo a la BBC que han planteado sus ideas de forma distinta a la que recurrieron los defensores de su línea en décadas anteriores.
“Primero abandonaron sus críticas al libre mercado, a la Unión Europea y la OTAN; ahora incluso apoyan la membresía ambas instituciones”, comentó el también autor de Mussolini’s Grandchildren: Fascism in Contemporary Italy (Pluto Press, 2023).
Y junto con ello, precisó que fueron el único partido opositor por un año y medio antes de las elecciones, por lo que centraron su discurso en “si quieres votar por una alternativa real de derecha, somos nosotros”.
Todo sugiere que aquello les resultó, ya que en las elecciones de 2018 obtuvieron un 4,3% de los votos, mientras que en septiembre de 2022 consiguieron un 26%.
Qué defiende Hermanos de Italia y por qué es criticado
Previo a asumir su actual cargo de primera ministra, Meloni había prometido bloquear la llegada de barcos con inmigrantes africanos, una propuesta que sigue manteniendo con firmeza.
En mayo de este año, el Parlamento de Italia aprobó la denominada “Ley Cutro”, la cual recibe ese nombre en alusión a la ciudad sureña de Calabria, en donde más de 90 personas murieron a causa de un naufragio en febrero.
Dicha medida limita el estatus de protección especial que las autoridades italianas pueden conceder a los migrantes que no reúnen las condiciones para el asilo. Asimismo, suprime cursos de idiomas y asesoramiento jurídico en los centros de acogida.
“La protección especial crea condiciones atractivas para la inmigración y vamos a eliminarla”, declaró en ese momento el subsecretario del Ministerio del Interior y militante del partido derechista Liga, Nicola Molteni, según Deutsche Welle.
Unas semanas antes, el ministro Francesco Lollobrigida había dado su discurso sobre el “reemplazo étnico”.
Y en los años previos, partidos como el Demócrata y el Movimiento 5 Estrellas —ambos con tendencias opuestas a la derecha— también se manifestaron a favor de imponer medidas represivas contra los migrantes, aunque sin lograr cambios contundentes como los que ha conseguido Hermanos de Italia.
La diversidad sexual es otro de los ámbitos que Meloni ha criticado con dureza, hasta el punto en que ha vociferado fuertemente su oposición a que parejas del mismo sexo puedan adoptar.
De la misma manera, la posibilidad de que se permita el matrimonio entre personas del mismo sexo se ve lejana.
“Hermanos de Italia ha comenzado una guerra cultural contra las minorías sexuales desplazando el asunto de los derechos de las personas LGBT+”, enfatizó Broder, “están tratando de asociar la paternidad LGBT con una idea mucho menos popular: pagar por subrogación”.
Informaciones rescatadas por la BBC detallan que miembros del partido se han referido a esto último como un delito “incluso peor que la pedofilia”, en el que parejas homosexuales buscan “hacer pasar a los niños como propios”.
Y más concretamente, la misma Meloni se encargó de ordenar a las municipalidades italianas que dejen de entregar certificados de nacimiento a los hijos de parejas homosexuales que recurrieron a la subrogación en el extranjero.
Además, elaboró una propuesta para que se sancione a los italianos que busquen nacimientos subrogados en el extranjero. Las penas van desde tres meses hasta dos años de cárcel, mientras que las multas podrían llegar a un millón de euros (más de 900 millones de pesos chilenos).
Entre los objetivos de Meloni también se encuentra modificar la Constitución para que el jefe de gobierno tenga más facultades.
Otra de sus medidas más criticadas fue a finales de julio, cuando unas 169.000 familias italianas recibieron un mensaje SMS en el que se les informó que dejarían de tener un beneficio económico del que gozaron durante los últimos cuatro años, debido a sus bajos ingresos o a desempleo, según informó Euronews.
“No habrá un régimen ni una dictadura, pero estamos viendo algo nuevo en Italia y en Europa: la convergencia de partidos históricos que surgieron del fascismo, como Hermanos de Italia, con partidos conservadores tradicionales (...) dejaron de ser marginalizados y ahora son partidos que se consideran normales y están ganando elecciones”, sentenció a la BBC el historiador de la Universidad Syracuse en Florencia.
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