¿Horizontal o vertical? En la guerra de los formatos nunca ganan los usuarios

¿Horizontal o vertical? En la guerra de los formatos nunca ganan los usuarios
¿Horizontal o vertical? En la guerra de los formatos nunca ganan los usuarios

Mientras las aplicaciones pasan reescribiendo sus reglas para poder congregar la mayor cantidad de usuarios, quienes estamos del otro lado quedamos a merced de lo que propone el algoritmo aun cuando eso signifique cambiar nuestros hábitos.


En el año 2010 Apple presentaba su primer iPad, Samsung su primer Galaxy S, David Fincher desnudaba al nuevo rey en The Social Network y una nueva red social llegaba para cambiarlo todo.

Instagram apareció como una nueva aplicación que se volvió una de las más populares por dos motivos: era exclusiva para iPhone y además obligaba a sus usuarios a compartir imágenes tomadas con su teléfono en un formato cuadrado, como si se tratara de una antigua polaroid.

Eran tiempos en los que ser únicos valía la pena y así como la restricción de caracteres de Twitter fue lo que la popularizó y la hizo más relevante que los blogs, Instagram logró imponerse a sitios como Flickr, donde los usuarios subían sus fotos tradicionales, tomadas con cámaras digitales y sin perder calidad. Curiosamente, la app que desafió la norma fue la que perduró y la que solo dos años después de su lanzamiento fue adquirida por Facebook.

En las manos de Mark Zuckerberg, la intención de Instagram ya era otra, dominar todos los formatos, cueste lo que cueste. Para el dolor de la familia Apple, llegó a Android y de poco empezaron a sumarse más formatos como videos y fotos apaisadas. Hubo incluso experimentos fallidos como IG TV, una aplicación que buscaba competir con YouTube.

De la diferencia, Instagram pasó a convertirse en el lugar para todo: si Zuckerberg no pudo comprar Snapchat, bueno, implementemos las historias en Instagram. Si no podemos ganarle al gigante de TikTok, probemos con los reels. ¿Que la gente ahora está viendo mucho Twitch? Tenemos los Lives de Instagram. Incluso hicieron su propio Twitter (Threads) para recibir al éxodo provocado por Elon Musk.

La hoja de ruta del servicio en los últimos años ha sido la de implementar todo lo que funciona en otros lados y, bueno, les ha funcionado. Con más de 2 mil millones de usuarios únicos, hoy son la cuarta aplicación de Social Media con más usuarios en el mundo, superada por Facebook —que son sus padres—, YouTube y muy cerca de WhatsApp.

Y ahora Instagram estaría a punto de dar su siguiente gran salto y abandonar totalmente su grilla cuadrada y hacer que todo el contenido de la app sea en vertical. Si no les ha llegado esta prueba, que ya está en curso, pueden ir a Instagram y fijarse que la galería de fotos es cuadrada, pero la galería de Reels los despliega alargados. Bueno, ese mismo formato ahora se aplicaría para todo el sitio. Algo que la verdad no debería importarnos mucho, más allá de lo feo que se van a ver los miles de millones de fotos que se han subido durante 14 años a la aplicación cuando tengan que estirarse, o bien, recortarse para caber en la miniatura.

¿Horizontal o vertical? En la guerra de los formatos nunca ganan los usuarios
¿Horizontal o vertical? En la guerra de los formatos nunca ganan los usuarios

Horizontalistas versus verticalistas

Pero lo que de verdad hay detrás de esta decisión, de finalmente aplicarse a todos los usuarios, es que develan la manera con la cual quienes están detrás de las aplicaciones logran hacer que nosotros, los usuarios, subamos el tipo de contenido que ellos quieren, con la duración que quieran y ahora, en el formato que quieran.

Pero, ¿tiene algo malo el formato vertical? La masificación de los teléfonos inteligentes como aparatos para generar contenido fue lo que gatilló una guerra en Internet entre horizontalistas y verticalistas.

Los primeros, defensores de la tradición cinematográfica que ha mandado por siglos y también de cómo el mundo prácticamente fue construido en base a pantallas, soportes y máquinas que graban de una sola forma. Filmar en vertical se volvió sinónimo de descuido, desprolijidad, egocentrismo —ya que favorece la aparición de una sola persona en el plano— y de cierta forma, de un valor menor al horizontal.

Por otro lado, el verticalismo sostiene que es la manera más fácil y cómoda de generar fotos y videos con los dispositivos más populares que tenemos hoy: los teléfonos celulares, y que también son mucho más fáciles de consumir en esas mismas pantallas. Y para nuevas generaciones, sobre todo, que han crecido con el formato vertical como una nueva norma, el impacto es mucho menor.

Pero también el formato vertical tiene características que lo hacen mucho más atractivo para cierto tipo de aplicaciones y de consumo en teléfonos, que es mucho más casual y requiere menos de nuestra atención. Una de las virtudes que tiene por ejemplo TikTok al usar el contenido vertical es que toda la interacción con los contenidos está al alcance de la mano: si quieres dar un like está el botón ahí mismo, lo mismo para compartir, todo muy fácil. Pero sobre todo el acto de hacer “zapping” y pasar de un video a otro simplemente deslizando un dedo es algo que solo permite la naturalidad de sostener un teléfono a lo alto.

Si han usado TikTok, X o los reels de Instagram, se habrán dado cuenta que lo que buscan es darnos la mayor cantidad de contenido de formato corto que sea posible y para ello la fricción con la aplicación debe ser mínima. Fíjense la cantidad de pasos que toma cambiar de un video de TikTok al siguiente, versus lo que toma por ejemplo en YouTube o Netflix. Pero se entiende porque son dos tipos de consumo distintos.

Y ya que mencionamos a YouTube y Netflix, hablemos entonces del contenido horizontal, que también tiene su espacio. Más allá del juicio que podamos hacer sobre la calidad, sí podemos estar seguros de que los contenidos horizontales son contenidos mucho más largos y que, por ende, requieren de pantallas más amplias. En eso, el formato horizontal es y será rey. De hecho, recordemos que el 2020 se lanzó un streaming llamado Quibi que fue el primero que traía series y películas pensadas para el formato vertical. Pero entre el poco interés y la pandemia, la idea fracasó.

Y es que finalmente para cada orientación de pantalla hay un formato. Por algo YouTube tiene sus videos tradicionales, horizontales y extendidos pero también tiene Shorts, que son en vertical y de duración más breve. Y por algo también TikTok contraatacó y a comienzos de este año también comenzó a aceptar videos horizontales y con duración de hasta 30 minutos, el problema eso sí es que sin una plataforma o espacio definido para mantenerlos.

Entonces, ¿en qué nos afecta realmente si la aplicación que usamos es horizontal o vertical? El tema en cuestión tiene que ver con los incentivos que ofrecen las aplicaciones para que hagamos el contenido que, finalmente, son sus dueños los que quieren que hagamos.

Más iguales o menos distintos

Volvamos al ejemplo de Instagram, que comenzó todo esto. Adam Mosseri, el mandamás de Instagram, explicó que los cambios en su diseño se deben a que la mayoría de la gente hoy sube contenido en formatos verticales, ya sean historias, reels o incluso las fotos. Pero, ¿cuál ha sido el rol de Instagram en esta aparente preferencia del público? Porque al final de cuentas, es la app la que decide a través de su algoritmo qué mostrar a otros usuarios, y si durante muchos años Instagram ha preferido resaltar los reels por sobre las fotos y el contenido cuadrado, es porque claramente querían ganar el espacio que había abierto Snapchat en su momento y ahora TikTok.

Si tú decides qué contenidos vas a impulsar, entonces más que la preferencia de la gente sobre la app, es la preferencia de la app sobre la gente la que se impone. Por supuesto que Instagram no es el primero en hacerlo. TikTok de hecho popularizó la viralización de contenido propuesto por la misma aplicación, al crear un algoritmo que da más probabilidades de aparecer a otros usuarios si es que usas el filtro de moda, la canción de moda, el formato de moda, etc. Es finalmente una competencia por encontrar una moda, repetirla y luego ir directo a la siguiente moda y así sucesivamente.

Y de hecho, cuando TikTok lanzó su soporte para videos horizontales, lo hizo dando un aviso a sus principales creadores de contenido explicando que si hacían videos en horizontal, estos tendrían más visitas. Y más visitas en la era de Internet es más dinero, para ambas partes.

YouTube hace lo mismo, al —por ejemplo— premiar los videos que tengan miniaturas que cumplan ciertas características (rostros humanos, letras grandes, por ejemplo) y también castigando la monetización al usar ciertas palabras o contenidos que naturalmente obligan a los creadores a estandarizar de cierta manera lo que hacen.

La paradoja de todo esto es que no ha pasado mucho tiempo desde que Internet premiaba a los distintos y hoy todos luchan por ser más iguales que el resto. Y la razón es, como siempre, la de captar nuestra atención. Quien consume finalmente no elige su contenido por cómo está hecho, solo sabe que para los memes tiene una aplicación y para sentarse en el sillón de la casa o colocar de fondo mientras se hace aseo hay otra. Y quienes crean contenido irán siempre detrás del formato que la aplicación impulse porque es la que el algoritmo determinó que debía ser el molde bajo el cual hay que comportarse. Por supuesto que hay espacio para innovar dentro de ello y quizás el reto sea aún mayor a la hora de intentar hacer lo que uno quiere, de manera creativa e ir más allá de la fotocopia.

Por lo pronto, si es vertical, horizontal o cuadrado ya no es una declaración de principios, sino que simplemente es la regla que la app decidió por ti para lograr que dediques más tiempo de tu día en ella y no en otra.

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