De ellos se dice que son pequeños detectives de la basura o los más sagaces investigadores de los desechos marinos. Se trata del programa Científicos de la Basura, que fue creado hace once años por Martin Thiel, profesor de biología marina de la U. Católica del Norte, y que ha transformado a escolares de distintas ciudades del país en incipientes científicos y, mejor aún, en ciudadanos más conscientes de la importancia de cuidar su entorno.
Este año se publicaron los resultados del Tercer Muestreo de Basura en Playas, realizado por esta iniciativa ciudadana, cuyo trabajo de campo se realizó en 2016 y donde participaron 40 escuelas, con un total de 750 escolares y 47 profesores. La participación de los estudiantes en este programa es clave, dice Martin Thiel, porque permite abarcar un área más grande de muestreo, pero también porque los estudiantes se dan cuenta de cómo funciona la ciencia: entienden cuál es el problema, que ellos son parte de él y de esa manera se embarcan en la tarea de buscar cómo resolverlo.
El programa funciona sólo en Chile, hasta ahora. Un reconocimiento de la fundación The Pew Charitable Trusts, que incluye un aporte de US$ 150 mil que serán asignados durante tres años, permitirá expandir este programa a otros países de Latinoamérica. El programa marino de Pew le otorgó el premio Marine Conservation Fellow 2018 a Thiel por su labor como director de los Científicos de la Basura.
La propuesta de Thiel consiste en llegar a países como Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala y México. Lo importante de eso, explica Daniela Honorato, coordinadora de Científicos de la Basura en Chile y ahora del programa en Latinoamérica, es que en los países del Pacífico Centro y Sur -desde México hasta Chile- prácticamente no existe información sobre la basura marina. La excepción es nuestro país gracias a esta iniciativa.
Honorato agrega que este programa ha logrado generar mucha información en cuanto a la abundancia, la composición y las fuentes de donde proviene la basura, y la idea es internacionalizar la metodología desarrollada por Científicos para obtener los mismos resultados en esos países.
Voluntad de actuar
El otro objetivo que logra este programa es conocer las actitudes, las percepciones y la voluntad de actuar de las personas y las comunidades, lo que también se busca replicar afuera. "Es muy importante tener esa información para abordar el problema, ver cómo lo percibe la gente y qué tan interesados están en actuar", dice Daniela.
Los resultados de este proyecto van a ser conocidos por los tomadores de decisiones y por la comunidad, con el fin de que puedan desarrollar y llevar a cabo acciones concretas para reducir los desechos plásticos del mar.
El proyecto ya está en marcha. Honorato explica que están haciendo los contactos con los otros países para conseguir el apoyo logístico y la coordinación para llegar a los colegios. Por medio de una plataforma web, los establecimientos podrán ponerse en contacto con sus pares para hacer las primeras expediciones exploratorias a terreno y de esa manera ir conociendo el problema, compartir sus experiencias y acercarse a las comunidades.
"Es un tremendo desafío y estamos recién empezando, pero estamos muy entusiasmados por conocer las realidades de los otros países", concluye Honorato.