Los servicios de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Reino Unido han señalado que los últimos ataques sobre aeródromos en territorio ruso podrían haber sido lanzados desde Rusia.
Así, pusieron de manifiesto las dudas que existen acerca de la capacidad de Moscú de proteger sus infraestructuras estratégicas.
El pasado fin de semana, según la información que maneja Reino Unido, fue destruido uno de los bombarderos rusos estacionados en la base aérea de Soltsky-2, en Nóvgorod, una región a 650 kilómetros de la frontera con Ucrania.
Según Moscú, el ataque fue obra de un vehículo aéreo no tripulado.
Reino Unido sostiene que de ser así, esto vendría a reforzar la idea de que varios de los ataques con drones de los que ha sido objetivo Rusia se lanzan desde el propio territorio ruso.
La tesis de la inteligencia británica
Según inteligencia, “es poco probable” que este tipo de drones tuviera el alcance necesario para golpear este aeródromo desde fuera del país.
“Este es al menos el tercer ataque con éxito contra aeródromos de la Aviación Rusa de Largo Alcance, lo que vuelve a plantear dudas sobre la capacidad de Rusia para proteger emplazamientos estratégicos en el interior del país”, señala el comunicado del Ministerio de Defensa.