La carrera espacial chilena
Desde la instalación de una base de la Nasa en Peldehue en los 50, la carrera espacial criolla ha tenido un lento despegue. El Ministerio de Ciencia podría finalmente crear una Agencia Chilena del Espacio, para así catapultar el precario desarrollo de esta disciplina.
El 31 de agosto de 1995 Chile lanzaba su primer satélite, el FASat-Alfa, fruto del esfuerzo de un grupo de ingenieros de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y la Fuerza Aérea de Chile (Fach), bajo la supervisión de la empresa británica Surrey Satellite Technology (SSTL). El aparato no logró desacoplarse del cohete ruso que lo pondría en órbita. Jamás funcionó. Sin embargo, sería la primera estación de la incipiente carrera espacial chilena, que se cristalizaría en julio de 2001 con la fundación de la Agencia Chilena del Espacio (ACE), una especie de Nasa local.
El organismo debía desarrollar el conocimiento de las ciencias en relación al espacio exterior y la utilización de la tecnología espacial. Pero en octubre de 2013 la ACE fue disuelta y reemplazada por el Consejo de Ministros para el Desarrollo Digital y Espacial, como parte de la "Política Nacional Espacial 2014-2020", ordenamiento que permitió el lanzamiento en 2014 del satélite FASat-Charlie -el tercer satélite chileno- y cuya gran tarea era fundar la nueva Agencia Nacional del Espacio, mandato que hasta hoy no se ha materializado.
Ante la sensación de incertidumbre, la Comisión del Senado "Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación", tras una serie de reuniones con actores del área, entre los que están los responsables del nanosatélite chileno Suchai, además de autoridades de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile, acordó elaborar un documento sobre la política espacial chilena para ser presentado al Ejecutivo en las próximas semanas.
"Queremos presentarle al Presidente Piñera una propuesta de política espacial y satelital para Chile, con ideas elaboradas de manera participativa. Si desarrollamos condiciones hoy, Chile podría incorporarse a la liga de países que genera tecnología y satélites propios", dice el senador Guido Girardi, presidente de esta comisión.
El parlamentario agrega que hoy no existe una política, ni una institucionalidad. La propuesta incluye el desarrollo satelital del país a un costo aproximado de US$ 31 millones.
Klaus von Storch, ingeniero aeroespacial, coincide en que "el desarrollo espacial chileno se ha visto muy disminuido y retrasado por la inexistencia de una agencia espacial encargada del tema", aunque admite que en los dos últimos años se han logrado avances, incluyendo esta última propuesta de la comisión.
Pedro Huichalaf, exsubsecretario de Telecomunicaciones, y primer secretario ejecutivo del Consejo de Ministros para el Desarrollo Espacial, señala que durante muchos años no existió la denominada carrera espacial chilena. "Se vieron acciones aisladas de instituciones públicas o privadas que no tenían una coordinación e institucionalidad única".
Dice que entre otras materias, el Ministerio de Ciencia debe coordinar acciones entre los ministerios de Defensa y Transporte y Telecomunicaciones, tendientes a darle un marco jurídico y operacional a la institucionalidad espacial chilena.
Pero desde el Ministerio de Defensa señalan que Chile sí tiene una institucionalidad vigente, que radica en el Consejo de Ministros para el Desarrollo Espacial, además de una Política Nacional Espacial (PNE), en pleno funcionamiento. "El Consejo tiene por objeto asesorar al Presidente de la República en la elaboración de las políticas públicas, planes, programas y acciones específicas destinadas a contribuir a la promoción, fomento de la actividad espacial y del uso de las tecnologías y aplicaciones espaciales. La Política Nacional Espacial establece tres ejes estratégicos: entorno para el desarrollo espacial, innovación y emprendimiento y capital humano", explican desde esta cartera.
Según Defensa, el Ministerio de Ciencia tiene entre sus funciones velar por el desarrollo y promoción de la actividad espacial en el país y crear un Comité Corfo denominado "Agencia Chilena del Espacio".
En la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) señalan que ya se convocó a un comité de expertos para colaborar con el Consejo de Ministros para el Desarrollo Espacial. "La idea es formar mesas de trabajo con el objetivo de entregar una nueva propuesta de política espacial", explican.
Satélites
Aunque su vida útil terminaba en 2016, FASat-Charlie sigue en funcionamiento, pero su fragilidad podría dejar a Chile sin un satélite. "Cuando se apague vamos a quedar a ciegas en el mundo de las telecomunicaciones e imágenes, vamos a vivir en la Edad Media", advierte Girardi.
Por eso, el Ministerio de Defensa desarrolla el proyecto "Potenciamiento y Continuidad del Sistema Satelital de Observación de la Tierra", que evalúa las características que deberá tener el próximo satélite local.
Desde la Subtel señalan que existen satélites de comunicaciones y otros de observación terrestre. "Por tanto, una acertada política pública en materia satelital debería considerar ambas soluciones".
Mientras el Estado discute cómo deberá ser el sucesor del FASat-Charlie, la U. de Chile se convirtió, gracias al proyecto Suchai, un nanosatélite no más grande que la palma de la mano, en el primer organismo del país en enviar un satélite al espacio creado en Chile.
Desde su posición, Marcos Díaz, director del proyecto, cree que la carrera espacial chilena avanza, "aunque no a la velocidad esperada". Dice que el Suchai-1, el primero de estos satélites, ha sido una herramienta muy valiosa de estudio. "Ha cambiado el estado mental de muchos de nosotros. Nos ha hecho soñar en que podemos ser parte de los exploradores del universo, complementando una de las áreas científicas más potentes del país, la astronomía".
El ingeniero explica que ya están en marcha los Suchai 2 y 3. "Están en la etapa final de desarrollo. Esperamos contar con una primera versión en abril de 2019".
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