
La fiebre de Labubu, el cotizado muñeco que se tomó las redes sociales
Labubu, el muñeco viral de ojos curiosos y sonrisa divertida, se convirtió en un fenómeno en Chile y el mundo. ¿Por qué este adorable y raro personaje se posicionó como el compañero infaltable de miles de personas?

Tiene una sonrisa juguetona, adornada con nueve dientes filosos. Sus ojos redondos miran con curiosidad, y su cuerpo está envuelto en un disfraz de conejo peludo y tierno. Se trata de un Labubu, un muñeco que se ha convertido en el compañero infaltable de miles de personas en Chile y el mundo.
Esta criatura misteriosa forma parte de los outfits de niños, jóvenes y adultos: usualmente va colgado en bolsos, mochilas y llaveros, como un amuleto.
Pero, ¿qué es exactamente un Labubu? ¿Por qué causa tanto furor en las redes sociales?

La verdadera historia del Labubu, el muñeco viral de las redes sociales
El Labubu apareció por primera vez en el año 2015. Fue diseñado por el ilustrador Kasing Lung, oriundo de Hong Kong, quien se inspiró en la mitología nórdica para dibujar a “Los Monstruos”, una serie de historias que lanzó ese año.
Lung también ideó a Zimomo, Tycoco, Spooky y Pato, pero Labubu fue su primero y favorito.
“Siento una fuerte conexión con él (...) Este personaje ha crecido conmigo a lo largo de todos estos acontecimientos de mi vida. Antes, solo lo veía como travieso y excéntrico, pero ahora creo que muestra cualidades mucho más tranquilas y amigables”, dijo el artista, en una entrevista con Hypebeast.
El creador de Labubu creció en los Países Bajos, y desde niño se interesó por los cuentos y leyendas de los elfos europeos.
En esta línea, según explicó, Labubu es una elfa (sí, es mujer) que encarna el espíritu de la aventura e imaginación que están presentes en la infancia.
Pero, ¿en qué momento se convirtió en uno de los muñecos más virales de los últimos años?
Qué desató la popularidad de los Labubu en Chile y el mundo
En 2019, Kasing Lung firmó un acuerdo de licencia con Pop Mart, el fabricante de juguetes chino: pactaron que iban a vender a Labubu en formato de cajas misteriosas. Es decir, quien compre uno de estos muñecos, no sabrá qué diseño le tocará hasta que abra el paquete.
Fue esto último, el acto de hacer un “unboxing” (sacar de la caja), lo que habría disparado su popularidad. Así lo asegura Florencia Orellana, periodista y especialista en Marketing Digital, a La Tercera.
“TikTok, Instagram y YouTube juegan un rol esencial en el posicionamiento de Labubu, ya que millones de personas generaron un vínculo de nostalgia y fascinación por estos muñecos, compartiendo su experiencia desde el momento que adquieren su caja”.

Para Orellana, el hecho de tener que descubrir qué Labubu te fue asignado “es todo un ritual para crear contenido para las redes y generar una dinámica de suspenso con la audiencia. Sobre todo, se producen sentimientos genuinos al momento de compartirlo con los demás”.
Pronto, creadores de contenido e influencers de todo el mundo comenzaron a aparecer con sus Labubu colgando de sus mochilas y bolsos. Un hito de esto fue, sin duda, cuando Lisa de BLACKPINK, se lució en las redes sociales con su muñeco.

En Chile, gran parte de los influencers también son acompañados con estos tiernos y misteriosos elfos. Un ejemplo es Michelle Carvalho, quien hasta tiene en su colección un Labubu tomando Coca-Cola.

La fiebre de los Labubu en Chile
En conversación con La Tercera, la creadora de contenidos Francisca Sky (@panchasky) dice que, en un principio, se resitió a comprarse un Labubu: “De a poco me empezaron a salir en las redes, debido a su popularidad en Asia, pero habían pasado como un juguete de moda más”.
Todo cambió cuando el contenido de este muñeco se volvió más específico. “Había Labubus vestidos como sus dueños, Labubus como accesorio de lujo, Labubus siendo abiertos por celebridades... hasta que me comió el FOMO, en un par de semanas yo también quería uno”.

“Quería abrir un paquetito para saber qué color me salía y si tenía suerte. Eventualmente y por la cantidad de cosas que le compartía a mi pareja sobre estos monstruitos, ambos nos compramos uno”.
Por su parte, la influencer Shin Yang (@shinipan_) asegura que siempre le han gustado los peluches pequeños, pero lo que más le atrae de los Labubu es que se pueden coleccionar y que tiene una “carita fea pero tierna, siento que hay mucha ternura detrás de este peluche”.
En Chile, se puede adquirir un Labubu por precios que rondan los $30.000 y $50.000, aunque también circulan copias del muñeco que, según la creadora de contenidos, no son iguales.

“Yo no compraría copias porque no traen la cara de Labubu dura y siento que eso es lo que también hace único al muñeco, que tiene la cara como de plástico duro, como las muñecas peponas antiguas”, le dice a La Tercera.
Además, Shinipan considera que es un muñeco estético que “puede ser parte de tu outfit, y no solamente un peluche que está ahí sentado en la estantería o en la cama”.
Pero también, destaca que la experiencia de descubrir qué Labubu te tocó es algo que atrae mucho a quienes trabajan con las redes sociales.
Hasta ahora, existen dos versiones de cajas misteriosas, y la sorpresa puede ser diferencias en el color y las expresiones del muñeco.
Así, para la periodista Florencia Orellana, el éxito de los Labubu reside en “un tipo de publicidad ‘no invasiva’”. Los Labubu han logrado despertar sentimientos naturales y genuinos en los usuarios, un logro que, en la práctica, es difícil para cualquier marca.
Por el momento, los Labubu se coronan como los muñecos favoritos en varios países del mundo.

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