La historia de la física que ayudó a predecir partículas como el bosón de Higgs y ahora se doctoró a los 98 años

Rosemary Fowler física
La historia de la física que ayudó a predecir partículas como el bosón de Higgs y ahora se doctoró a los 98 años. Foto: Universidad de Bristol.

Rosemary Fowler descubrió la partícula kaón cuando apenas tenía 22 años y los resultados de ese hallazgo fueron publicados en varios artículos académicos donde figura como primera autora. Sin embargo, un año después de ese hallazgo decidió que abandonaría el mundo académico para contraer matrimonio.


Casi ocho décadas atrás, Rosemary Fowler (Brown de soltera) logró detectar algo extraño mientras observaba rastros de partículas en emulsiones fotográficas que fueron expuestas a rayos cósmicos en Jungfraujoch, Suiza.

Se trataba de una partícula que se descompuso en tres piones.

Hoy se sabe que lo que vio era evidencia de un tipo de partícula subatómica llamada kaón o partícula mesónica K. Su hallazgo desencadenó una serie de acontecimientos que permitieron reescribir la comprensión de la física de partículas y también cimentó el camino para que más adelante surgieran otras investigaciones cruciales.

Cuando hizo su descubrimiento, la británica apenas tenía 22 años y realizaba su doctorado en la Universidad de Bristol, Reino Unido. Todo apuntaba que su futuro en la física sería promisorio. Pero luego decidió abandonar la universidad para formar familia con su nuevo esposo, Peter Fowler.

A varios años de ese momento, Fowler recibió un importante reconocimiento por su labor. Y es que su antigua casa de estudios decidió concederle un doctorado honorario a sus 98 años de edad.

Quién es Rosemary Fowler, la física que ayudó a predecir partículas como el bosón de Higgs

Fowler nació en 1926 en Suffolk, Reino Unido. Sin embargo, parte de su infancia la pasó en Malta y luego en ciudades inglesas como Portsmouth y Bath debido al trabajo de su padre, quien trabajaba como ingeniero en la Marina Real.

Desde sus primeros años de escuela demostró que tenía gran afinidad por las ciencias y las matemáticas por lo que no fue extraño que quisiera seguir una carrera universitaria de esa área.

De acuerdo a la Royal Astronomical Society, la británica fue la única chica de su promoción que fue a la universidad y se convirtió en una de las primeras mujeres en conseguir un grado de física en la Universidad de Bristol.

Tras graduarse comenzó a ser investigadora de doctorado del grupo de Cecil Powell, ganador del Premio Nobel de Física quien fue uno de los primeros en utilizar placas recubiertas de emulsión nuclear con el fin de analizar los rayos cósmicos que entraban a la atmósfera de la Tierra.

Así, en 1958 el equipo liderado por Powell inició una búsqueda de nuevas partículas fundamentales.

Rosemary Fowler
Rosemary Fowler. Foto: Universidad de Bristol.

Fowler, de entonces 22 años, analizaba imágenes cuando descubrió una partícula que se descompuso en tres iones.

La primera persona a la que le contó lo que había visto fue a su colega físico, Peter Fowler.

“Supe de inmediato que era algo nuevo y que sería muy importante. Estábamos viendo cosas que no se habían visto antes, eso es lo que significa la investigación en física de partículas. Fue muy emocionante”, relató.

Lo que observó lo llamó pista k, hoy conocida como kaón. Si bien la imagen había sido vista por otros investigadores de la Universidad de Manchester, la huella que habían visto ellos se había descompuso en dos piones y no en tres, como observó Fowler.

El descubrimiento provocó varias transformaciones en la física de partículas y fue clave para ayudar a predecir partículas como el bolsón de Higgs, descubierto en Ginebra, Suiza. Poco después, sus resultados fueron publicados en tres artículos académicos donde ella figura como primera autora, incluidos dos en la revista Nature.

A raíz de las dificultades que se vivían en el Reino Unido por la posguerra, en 1949 Fowler optó por abandonar el mundo académico para casarse con Peter y hacer vida familiar, y al mismo tiempo, apoyar la carrera de su marido.

Con el paso del tiempo la pareja tuvo tres hijos que también se dedicaron a las ciencias: Anne Fowler cursó estudios de ciencias en Bristol, Sue Fowler estudió ciencias naturales y geofísica en Cambridge y Mary Fowler estudió matemáticas y geofísica en Cambridge.

El reconocimiento

Fowler recibió el homenaje que merecía por su contribución a la física, casi ocho décadas después de su importante descubrimiento.

En una ceremonia privada que se llevó a cabo cerca de su casa, en Cambridge, la británica de 98 años fue nombrada Doctora honoris causa en Ciencias por la Universidad de Bristol. Allí la acompañaron sus hijos y sus nietos, muchos de ellos también dedicados a la ciencia.

Fowler aseguró que si bien se sentía honrada por el reconocimiento, también agregó que “no he hecho nada desde entonces para merecer un respeto especial”.

Mientras que Paul Nurse, rector de la Universidad de Bristol y científico ganador del Premio Nobel de Fisiología en 2001, aplaudió el “rigor intelectual y la curiosidad” de Fowler.

Rosemary Fowler
Rosemary Fowler fue nombrada Doctora honoris causa en Ciencias por la Universidad de Bristol.

El rector, además, aseguró que ella “allanó el camino para descubrimientos críticos que continúan dando forma al trabajo de los físicos actuales y a nuestra comprensión del universo”.

“Estoy muy contenta por mi madre. De niña quería ser física porque me parecía muy emocionante. Como mis padres eran físicos, la física y la investigación eran temas habituales de conversación en la mesa de la cocina”, complementó Mary, una de las hijas de Fowler.

En enero de este año, Suzie Sheehy, profesora de Física de la Universidad de Melbourne, en Australia, escribió un artículo para la revista Nature sobre las grandes contribuciones que hizo Fowler en el pasado.

“Cuando Rosemary Brown identificó una extraña desintegración de partículas hace 75 años, puso en marcha acontecimientos que reescribirían las leyes de la física”, relataba la académica.

Sheehy planteaba en su artículo que los años anteriores y posteriores a la Segunda Guerra Mundial fueron la época dorada para el hallazgo de partículas. Y cuando Fowler descubrió la pista k estaba segura de lo que se trataba, sin embargo, los físicos tuvieron que pasar varios años investigando las causas detrás de ese fenómeno.

“Cuando finalmente lo encontraron, hicieron añicos la idea de que las leyes de la naturaleza se adhieren a ciertas formas simétricas de funcionamiento, con repercusiones que continúan hasta hoy”, argumentó la profesora.

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