Las parejas que prefieren tener mascotas en lugar de hijos: “No es un reemplazo, es una opción”

Encontrar el amor, casarse, tener hijos… Aunque hay personas que están cómodas con los estándares de una familia más tradicional, los tiempos también están cambiando y hay quienes están revolucionando el concepto de cómo vivir, lejos de cualquier paradigma previamente instaurado.

“Egoísta”, “terminarás por aburrirte”, “¿quién te va a cuidar cuando envejezcas?” y muchas frases de este mismo estilo son las que se suelen escuchar las parejas y, en especial, las mujeres que optan por no tener hijos. Y ni qué decir cuando prefieren ser madres o padres de una mascota, como un perro o un gato.

Pero elegir adoptar una mascota no se trata de reemplazar a un hijo, sino de elegir una “opción”. Así lo aseguró Patricia Camargo, una mujer de 38 años que tuvo que enfrentarse a su familia tras la decisión de no ser madre de un humano, sino de un pequeño perro que adoptó junto a su esposo.

Patricia Camargo y su esposo, Mateus Santana, le contaron a la BBC que cuando se conocieron, hace 15 años, tenían la idea de formar una familia tradicional. Pero después de casarse, comenzaron a darse cuenta que en realidad no querían tener hijos.

Según relataron, cayeron en cuenta que tener niños era mucho más una exigencia de la sociedad que algo que realmente quisieran, pues las responsabilidades de criar a un humano hay que tomarlas en serio y no es una tarea sencilla.

“Nuestras familias y amigos entendieron nuestros deseos y dejaron de exigirnos un niño. Pero algunos me dijeron que estaba siendo egoísta”, aseguró la mujer.

Sin embargo, todavía querían darle más alegría y movimiento a la casa, por lo que adoptaron a Armandinho y, dos años más tarde, a Nina. Los dos son unos pequeños yorkshire terrier.

“No es un reemplazo, es una opción. Los trato como a mis hijos, los cuido y me haré cargo de ellos hasta el final de mi vida”, dijo Patricia. Si van de viaje, a restaurantes o incluso de compras, van siempre acompañados de los dos peludos.

“Nos encanta viajar. Por eso, cuando los perros llegaron a nuestras vidas, se convirtieron en parte de nuestra rutina. Por ejemplo, sólo viajamos a lugares que los aceptan, no recuerdo cuándo fue la última vez que viajamos solos, viajamos como una familia completa”, aseguró.

Tanto Armandinho como Nina andan libres por toda la casa, se les permite dormir en la cama junto a la pareja —o quedarse en su cama designada, si es que así lo quieren—, y tienen una decena de outfits (vestimenta) para todas las estaciones del año y, por supuesto, para todas las celebraciones, como sus cumpleaños o Navidad, donde también reciben regalos.

“El cambio de niños a mascotas va acorde al momento actual que vivimos. Tener un hijo requiere mucho tiempo y esfuerzo, lo que puede conllevar ciertas dificultades en la promoción profesional de las mujeres, dado que muchas de ellas abandonan el mercado laboral para cuidar de sus hijos y luego ese regreso sigue lleno de retos”, aseguró el sociólogo y psicoanalista, Wlaumir Souza, a BBC Mundo.

Pero también añadió otros factores, como la situación económica y la inseguridad de criar un hijo en el mundo actual.

Además, el experto afirmó que la convivencia con animales es más sencilla que con humanos, pues no cuestionan y son fieles a sus dueños.