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¿Qué le espera a SpaceX tras el exitoso lanzamiento del Falcon Heavy?

La empresa de Elon Musk tiene como mercado inmediato el poner en órbita satélites de gran peso. A largo plazo, los objetivos son mucho más ambiciosos.


Con el exitoso lanzamiento al espacio del Falcon Heavy, el fundador de SpaceX, Elon Musk, se jugó otra espectacular apuesta.

La pregunta ahora es qué sigue para SpaceX y la industria espacial después de enviar al espacio profundo del Tesla convertible de Musk a bordo del cohete más potente del mundo.

Satélites

El mercado más inmediato para el Falcon Heavy es el lanzamiento de satélites demasiado pesados para la competencia. El cohete es capaz de llevar hasta 64 toneladas a la órbita terrestre, lo que sería dos veces más que su competencia directa (el cohete Delta IV Heavy).

Al poner su descapotable personal en una órbita lejana, Musk no solo dio un "golpe de efecto", también demostró a sus clientes potenciales que tenía la capacidad de soltar la carga donde ellos quisieran.

SpaceX tiene otro activo importante: 90 millones de dólares el lanzamiento. Gracias a la recuperación y reutilización planificada de lanzadores, la empresa es tres veces más barata que su competidor más cercano.

Ha seducido a dos clientes: Arabsat, un consorcio de satélites de comunicaciones de países árabes, y la fuerza aérea estadounidense.

Sin embargo, el mercado ha cambiado mucho desde 2011, cuando Elon Musk anunció su proyecto del cohete Falcon Heavy.

SpaceX se tomó mucho más tiempo de lo previsto para desarrollar su poderoso lanzador y medio billón de dólares en inversiones, según el acaudalado empresario. El progreso en términos de miniaturización y de nuevos materiales ha permitido mejorar las capacidades de los cohetes más pequeños, incluido el Falcon 9 de la empresa, y reducir el tamaño de los satélites.

"Una parte del mercado comercial necesita del Falcon Heavy", dijo el año pasado al diario Angeles Times la directora general de SpaceX, Gwynne Shotwell: El mercado "está ahí, y va a ser consistente, pero es mucho más pequeño de lo que pensábamos".

¿La Luna es el objetivo?

Hace un año que SpaceX anunció haber firmado un contrato con dos pasajeros para llevarlos a la Luna y traerlos sanos y salvos a la Tierra. Una hazaña que no se ha realizado desde el lanzamiento del Apolo, el 17 de diciembre de 1972.

Los dos turistas al espacio serían instalados a bordo de Dragon2 -una versión para pasajeros de la cápsula que ya entrega carga de la Nasa a la Estación Espacial Internacional- y propulsada por el cohete Falcon Heavy.

El turismo espacial es un mercado prometedor, pero los precios lo restringirán por algún tiempo a los multimillonarios. El viaje a la Luna estaba planeado para finales de este año pero SpaceX ha sido muy discreto sobre el avance de este proyecto.

SpaceX no solo tiene puesta la vista en la Luna. En diciembre de 2017, Donald Trump asignó a la agencia espacial estadounidense instalar una base en la Luna como un primer paso de una misión hacia Marte.

Sin embargo, el presidente fue vago con los detalles, el financiamiento o el calendario de una iniciativa que ya había prometido el presidente George W. Bush para 2020, pero que fue pospuesta por falta de fondos.

Todos los gobiernos estadounidenses han apoyado la idea de asociaciones con el sector privado para superar los obstáculos. SpaceX y su Falcon Heavy tendrían una carta en juego. Jeff Bezos, el fundador de Amazon y la compañía espacial Blue Origin, están también en el juego.

Hacia Marte

La colonización del planeta rojo es un objetivo a largo plazo de Elon Musk y el Falcon Heavy es un paso en ese ambicioso proyecto, el cual debe lograrse gracias al próximo cohete, cuya línea fue presentada por el empresario en otoño de 2017.

Este cohete, por ahora apodado "Big Fucking Rocket" (BFR, literalmente, cohete jodidamente grande) debería permitir a SpaceX resolver uno de los problemas para ir a Marte, el financiamiento. El BFR será el cohete que remplace al Falcon 9 y al Falcon Heavy, así como a la cápsula Dragón.

De acuerdo con su diseño actual, el cohete medirá 106 metros de altura y tendrá un empuje de 10,8 millones de libras, lo que lo haría el más potente que jamás se haya construido, incluido el Saturn V (7,9 millones) que envió a los astronautas a la Luna a finales de la década de 1970.

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