Una dosis de sol diaria podría ayudarte a reducir los riesgos de sufrir demencia, advierte un estudio científico publicado en la revista Alzheimer’s and Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association.

La investigación, que fue realizada por científicos de la Universidad de Tufts en EE.UU., arrojó que quienes poseen altos niveles de vitamina D en el cerebro presentan desde un 25% a un 33% menos de posibilidades de padecer demencia en la adultez.

“Ahora sabemos que la vitamina D está presente en cantidades razonables en el cerebro humano, y parece estar correlacionada con un menor deterioro de la función cognitiva. Pero tenemos que seguir investigando para identificar la neuropatología cerebral relacionada con la vitamina D antes de empezar a diseñar futuras intervenciones”, afirmó Sarah Booth, investigadora principal en el estudio y directora del Centro de Investigación de Nutrición Humana Jean Mayer USDA en Aging (HNRCA) en Tufts.

“Esta investigación refuerza la importancia de estudiar cómo la alimentación y los nutrientes crean resiliencia para proteger el cerebro envejecido contra enfermedades como el Alzheimer y otras demencias relacionadas”, agregó.

Cómo se hizo el estudio

Para llevar a cabo la indagación, los científicos analizaron los tejidos cerebrales de 290 personas que participaron del Proyecto Rush de Memoria y Envejecimiento. Desde 1997, año en que inició el estudio, los investigadores observaron la cognición de los cerebros de los participantes, incluso hasta la muerte de éstos.

Quienes poseen altos niveles de vitamina D en el cerebro presentan de un 25% a un 33% menos de posibilidades de padecer demencia en la adultez.

Si bien ninguno de los adultos tenía demencia cuando ingresaron al proyecto, a 113 de ellos sí se les identificó la enfermedad tras fallecer, así como también a 68 de ellos se les diagnosticó deterioro cognitivo leve.

Luego de analizar los tejidos de cuatro regiones cerebrales, los investigadores evidenciaron que dos de esas regiones estaban vinculadas con el Alzheimer, una con la demencia que se vincula con el flujo sanguíneo y por último, una región cerebral sin ninguna relación con el deterioro cognitivo.

Así, al momento de ver los análisis cognitivos finales -cuando la persona ya fallecía- se pudo identificar que quienes tenían mayores índices de vitamina D mostraban menos riesgos de sufrir demencia.

Eso sí, los individuos del estudio no presentaron menos probabilidades de tener cúmulos de proteínas en el cerebro que se asocian con la enfermedad de Alzheimer, tales como la acumulación de placa amiloide o la enfermedad de cuerpos de Lewy.

En vista de lo anterior, aún no hay certeza de si esta vitamina podría afectar las funciones del cerebro.