Los misterios de una princesa momia que fue hallada congelada en un bloque de hielo

En esta nota hay imágenes que algunas personas pueden encontrar sensibles.

Es uno de los hallazgos arqueológicos más significativos del siglo XX. Y es que los arqueólogos rusos encontraron una momia en la meseta de Ukok, cerca de la frontera entre Rusia y China. Pero no era una corriente, sino que estaba dentro de un bloque gigante de hielo.

El equipo comenzó a derretir el bloque con cuidado y encontraron el cuerpo momificado de una mujer de 25 años. Rápidamente, los medios comenzaron a llamarla la Princesa de Ukok o Doncella de Hielo de Siberia y es que en su piel se conservaban unas marcas peculiares que solo aumentó la curosidad por saber quién fue esa joven, que yacía congelada desde al menos 2.500 años.

La Doncella de Hielo tiene una historia peculiar. Cuando la encontraron, en 1993, su sepultura estaba intacta: el ataúd estaba cerrado y el hielo lo había mantenido tal cual por más de 2 mil años. Además, la encontraron lejos de otras tumbas descubiertas, por lo que los científicos creen que la joven habría sido una chamana o líder espiritual de la cultura Pazyryk.

Era muy delgada y alta para su época: medía 1,70 metros y pesaba 49 kilos y habría muerto a sus 25 años. Además, encontraron restos de mercurio y cobre que -los especialistas asumen- podría haber inhalado para entrar en trance.

Estaba vestida con una blusa de seda y una falda de lana a rayas. Y en su cadera izquierda, tenía una bolsa de cosméticos, donde había un delineador de ojos hecho de vivianita, un fosfato de hierro que pinta color verde azulado.

Pero no la enterraron sola: junto con ella, habían arneses, piezas de sillas de montar, una mesa con comida y seis caballos en total que habían sido ejecutados, lo que representa que fue “un gran honor”, pues no era algo común en las mujeres de la cultura Pazyryk.

Lo que más llamó la atención de la Princesa de Ukok fue que tenía varios tatuajes en su cuerpo. En su piel, se conservaron perfectamente los dibujos de un ciervo con pico de grifo y cuernos de capricornio, unas ovejas y un leopardo de las nieves.

Eso y que la princesa era calva, pues llevaba una peluca de dos capas de cabello de mujer.

Si bien su cuerpo estaba en excelentes condiciones, al momento de encontrarla los arqueólogos no pudieron encontrar la causa de muerte ya que, cuando la momificaron, le extirparon todos sus órganos, incluyendo su cerebro.

Sin embargo, ahora que han pasado dos décadas desde su descubrimiento y con la ayuda de la tecnología, los expertos tienen una explicación de por qué murió: cáncer de mama.

Le hicieron una resonancia magnética a su cuerpo y encontraron un tumor en su seno derecho. Por esto, la princesa habría sufrido un dolor insoportable que empeoró con el tiempo, que la debilitó y los científicos creen que es posible que se cayera de un caballo, fracturándose los huesos antes de morir.