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¿Los perros pueden desarrollar Alzheimer? Esto debes saber, según un experto. Foto: referencial.

¿Los perros pueden desarrollar Alzheimer? Esto debes saber, según un experto

Una enfermedad con síntomas similares a los de dicho diagnóstico puede afectar a los canes a medida que envejecen.


La salud es un aspecto esencial para mantener el bienestar de los perros, por lo que se debe tener atención a los síntomas inesperados que puedan aparecer y que les puedan estar afectando.

Es natural que con el paso de los años vayan apareciendo problemas, al igual que las personas u otros animales.

En este sentido, uno de los padecimientos que puede desarrollarse es el síndrome de disfunción cognitiva senil canina, el cual tiene signos muy parecidos los de la enfermedad de Alzheimer que enfrentan los humanos.

Aquel factor ha llevado a que algunos hablen erróneamente del “Alzheimer de los perros”.

Así lo aseguró el médico veterinario y conferencista internacional Juan Enrique Romero, quien recientemente escribió una columna para Infobae en la que se refirió a este diagnóstico.

Según explicó, es una consecuencia del envejecimiento del sistema nervioso central.

“Se trata de una enfermedad degenerativa que se produce por una considerable disminución del número de terminales de neurotransmisores y de neuronas que conducen la información por el sistema nervioso central, en la que el tejido noble nervioso es reemplazado por acúmulos de degeneración amiloide”.

Eso es precisamente lo que “la hace parecer a la enfermedad de Alzheimer humana”.

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Desde qué edad suele aparecer, cuáles son sus síntomas y cómo se puede enfrentar

El especialista destacó que en los perros “de raza grande”, los signos pueden aparecer a partir de los 7 años de edad.

Por otro lado, en los de “raza pequeña”, tienden a manifestarse después de los 10.

Según Romero, es clave identificar los síntomas apenas empiezan a aparecer, para así iniciar un tratamiento lo antes posible.

Pese a que pueden variar dependiendo de múltiples factores —como la raza, el estilo de vida y el estado de salud, entre otros— , dijo que estos se acentúan con el paso del tiempo y con la falta de ayuda veterinaria.

Bajo esta línea, detalló que hay cuatro etapas principales que se dan con este diagnóstico.

La primera incluye episodios de ansiedad, desorientación y cambios en el ciclo del sueño.

En la segunda, se puede ver confusión, olvido de hábitos y rutinas aprendidas, desconocimiento de su nombre y falta de comprensión a órdenes.

Luego, en la tercera etapa, se presentan síntomas de irritabilidad, apatía y pérdida del apetito.

Cuando llegan a la cuarta, es decir, la de carácter grave, su mirada se pierde y expresan quejidos sin aparentes motivos, especialmente durante la noche.

Romero enfatizó en su columna para el citado medio que esas señales pueden darse en distinto orden y mezclarse entre las distintas etapas.

Para reducir los riesgos de que padezcan este síndrome, abreviado como SDCS, el especialista recomendó aplicar ejercicios mentales para “mantener viva y activa su capacidad cognitiva a través de los años”.

En caso de que se detecten síntomas o ya se haya hecho un diagnóstico, Romero subrayó que es de suma relevancia acudir a un veterinario para buscar las mejores formas de abordar su situación.

Para tratar ciertos signos, es probable que le recomienden medicamentos y suplementos.

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