Matthew Perry: quién es la “reina de la ketamina” y los otros 4 acusados vinculados a la muerte del actor de Friends
Entre los presuntos implicados en el caso también se encuentran dos médicos, su asistente personal y un conocido con el que tenía un amigo en común.
Ya hay cinco personas acusadas por su presunta vinculación con la muerte de Matthew Perry, el icónico actor que interpretó el personaje de Chandler Bing en Friends.
Su fallecimiento se dio el 28 de octubre de 2023, a raíz de una sobredosis de ketamina que llevó a que se ahogara en la piscina de su casa de Pacific Palisades, en Los Ángeles (California), Estados Unidos.
En ese momento, el artista escénico tenía 54 años y venía luchando contra la adicción a las drogas, una batalla a la que hizo referencia en su libro de memorias Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing (Flatiron Books, 2022).
Perry, quien estaba en recuperación, estaba tomando ketamina como parte de una terapia supervisada.
No obstante, la autopsia determinó que dicha sustancia fue la causante de su deceso.
El fiscal del Distrito Central de California, Martín Estrada, dijo en declaraciones rescatadas por la BBC que los acusados “se aprovecharon de su adicción para enriquecerse”.
“Estaban más interesados en sacar provecho del señor Perry que en cuidar de su bienestar”, agregó la autoridad que dirige el caso.
La principal acusada se llama Jasveen Sangha, quien también es conocida como “la reina de la ketamina” por su distribución de esta sustancia, según se precisa.
También figuran dos médicos, el asistente personal del actor y un conocido de Perry.
Entre todos suman un total de 23 cargos judiciales, los cuales incluyen conspiración para distribuir ketamina, distribución con resultado de muerte y falsificación de registros durante los peritajes.
Quién es la “reina de la ketamina”, la principal acusada en el caso de Matthew Perry
Jasveen Sangha tiene 41 años y vivía en una casa de North Hollywood, un barrio ubicado en el valle de San Fernando en Los Ángeles.
Aquella residencia fue donde se hizo la redada el pasado 19 de marzo, instancia en la que los agentes policiales hallaron “un emporio de venta de drogas”.
Las sustancias que encontraron incluyeron 79 cápsulas de ketamina líquida, alrededor de 2.000 pastillas de metanfetamina, cocaína y hongos alucinógenos.
Además, identificaron fármacos que requieren receta, pero que se presume que fueron adquiridos de manera ilegal.
Junto con ello, se encontró un diario con detalles sobre las transacciones.
Estrada dijo que “la investigación reveló una amplia red criminal clandestina para distribuir grandes cantidades de ketamina al señor Perry y a otros”.
Según los peritajes, Sangha “solo lidiaba con adinerados y famosos”, mientras que tenía conocimiento de que el consumo de ketamina podía causar la muerte.
De la misma manera, enfrenta cargos por otro caso no vinculado al de Perry, luego de que un individuo llamado Cody McLaury falleciera de sobredosis por el consumo de ketamina que ella le habría vendido.
Según detalla el Departamento de Justicia, se le acusa de: un cargo de conspiración para distribuir ketamina, un cargo de mantenimiento de un local relacionado con drogas, un cargo de posesión con intención de distribuir metanfetamina, un cargo de posesión con intención de distribuir ketamina y cinco cargos de distribución de ketamina.
Si se le declara culpable, podría enfrentar una pena de cárcel que podría ir desde los 10 años hasta la cadena perpetua.
De qué se acusa al asistente personal del actor de Friends
Se llama Kenneth Iwamasa, tiene 59 años y la investigación asegura que además de presenciar en numerosas instancias cómo se suministraba la droga a Perry, se la inyectó con sus propias manos.
Esto último “sabiendo poco o nada sobre la administración y/o tratamiento de pacientes con sustancias controladas”.
El asistente personal del actor no contaba con formación ni conocimientos médicos.
Informaciones reunidas por el New York Times detallan que, el día de la muerte de Perry, Iwamasa le administró su primera inyección de la mañana a eso de las 8:30.
Cerca de cuatro horas más tarde le puso otra, mientras el actor veía una película en su mansión de Los Ángeles.
Iwamasa es uno de los tres acusados que han asumido culpabilidad por cargos de los que se les acusa.
Según relató él mismo, aproximadamente 40 minutos después de esa segunda inyección le pidió una tercera, bajo la petición de que fuese “una grande”.
Además, le pidió que le preparara un jacuzzi.
Su asistente contó que accedió a las peticiones de Perry y que, después de administrarle una tercera dosis, salió de la casa para hacer unos trámites.
Cuando regresó, lo encontró muerto, boca abajo en el agua.
Afirman que solo en los cinco días previos a su muerte le inyectó al menos 27 dosis de ketamina, según rescató la BBC.
El hombre de confianza de Perry se declaró culpable de un cargo de conspiración para distribuir ketamina causándole la muerte.
Podría enfrentar una condena de 15 años de prisión.
Qué se sabe de los dos médicos vinculados a su muerte
Uno de ellos es el médico de urgencias Salvador Plasencia, quien habría realizado gestiones para conseguir ketamina para Perry.
El doctor, al igual que Jasveen Sangha, también figura como uno de los principales acusados en el caso.
El otro médico presuntamente vinculado se llama Mark Chavez, quien es director de una empresa especializada en medicina regenerativa.
Se relata que el 10 de octubre de 2023 —18 días antes del deceso de Perry— Plasencia le compró 10 viales de ketamina a este último, para luego inyectarlos al actor en el asiento trasero de su vehículo, en un estacionamiento de Long Beach.
Dos días después volvería a suministrarle otra dosis en su casa de Pacific Palisades.
A Plasencia se le acusa de: un cargo de conspiración para distribuir ketamina, siete cargos de distribución de ketamina y dos cargos de alteración y falsificación de documentos o registros relacionados con la investigación federal.
Si se le declara culpable, podría enfrentar hasta 10 años de cárcel por cada cargo relacionado con la ketamina y hasta 20 por cada cargo relacionado con la falsificación.
Por su parte, Chávez se declaró culpable de un cargo de conspiración para distribuir ketamina, lo que le podría significarle hasta una década tras las rejas.
El rol del quinto implicado
Se trata de un hombre llamado Eric Fleming, a quien Perry conoció a través de un amigo en común.
Los registros judiciales afirman, según el Times, que el 10 de octubre le envió un mensaje de texto al actor para decirle que podía venderle ketamina a un “buen precio”, mientras le diera una comisión por hacer las gestiones.
Tras esa interacción, se contactó con Iwamasa para concretar.
Fleming le mandó una fotografía en la que se veía un dial de ketamina con la fotografía de un caballo en el recipiente.
Cabe recordar que dicha droga también es utilizada como tranquilizante para ciertos animales.
La jornada siguiente hizo referencia a Sangha (la “reina de la ketamina”) y la describió como una persona que trabajaba con clientes de “alto nivel”. Ella era su fuente de la sustancia.
“Si no fuera un material excelente, perdería su negocio”, le planteó a Iwamasa.
Pero el asistente personal del actor enfatizó que Perry estaba interesado únicamente “en los no marcados, no en la versión de caballo”.
Ante dicho comentario, Fleming le respondió: “Hice algunas llamadas sobre el material mexicano y también funciona para las personas”.
Los documentos del caso relatan que, según Iwamasa, el mismo día en que Perry recibió un tratamiento legal de infusión de ketamina en un centro médico, Plasencia fue a su casa y le administró una “gran dosis” de esta droga, la cual lo dejó “paralizado”.
Un día después, Fleming fue hasta la residencia del actor para llevarle una muestra de esta droga, por una suma inicial de $180 dólares.
Como a Perry le convenció, su asistente pidió más dosis.
Afirman que el 14 de octubre le entregó 25 viales por $6.000 dólares, incluidos $500 por sus gestiones.
Diez días más tarde, le llevó otros 25, además de paletas de ketamina que Sangha le había enviado.
Fleming es el tercer acusado que reconoció culpabilidad en el caso, por lo que arriesga una condena de 25 años de prisión.
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