Fotografía del 30 de marzo

Este año ha sido excelente para Nicolás Jarry Fillol, el primer nieto que tuvimos con Mindy, mi señora. Surgió de entre cientos de jugadores en el circuito ATP a fines del 2017 y llegó al puesto 41 con 23 años recién cumplidos.

Su ascenso ha impactado el tenis nacional e internacional por sus excelentes resultados en distintas superficies de juego y condiciones: arcilla, césped, canchas duras y cubiertas, modalidades y niveles de campeonato. Ello lo ha transformado si no en el mejor deportista de Chile de este año, seguro entre los mejores.

Ciertamente que ha sido motivo de gran alegría para los Jarry, los Fillol y para el mismo Nicolás. Pero no ha sido sorprendente. Desde pequeño participó en variedad de deportes con una mirada exploratoria y de gozo. Sólo a los 12 años inició un proceso de entrenamiento ordenado en el tenis, aunque sin dejar de hacer otros deportes. Su escolaridad la realizó de forma normal, tanto en Santiago como en los 2 años en que la familia vivió en Estados Unidos. Recién a los 16 años decidió que quería dedicarse al tenis, y el colegio Monte Tabor le dio las facilidades. Así logró tener un ranking de juvenil entre los mejores del mundo y terminar cuarto medio.

Para desarrollar sus talentos como persona y tenista han sido claves el equilibrio emocional, el desarrollo integral, la formación y el cariño de sus padres, hermanas y hermanos, de sus cuatro abuelos y cantidad de tíos y tías -uno de ellos, su tío Martín Rodríguez, es su entrenador-, y todos los Fillol con nuestra vivencia tenística.

Ahora viene lo más difícil: desde los primeros días de 2019 le tocará confirmar su excelente nivel buscando avanzar más allá de las primeras rondas de los campeonatos y, por qué no, ganar su primer ATP. Es un desafío que en mi opinión Nicolás logrará.

Digo esto porque su avance aún no ha concluido, y porque además conozco su capacidad de análisis, de trabajo, de disfrute de un partido de tenis desafiante y su personalidad, que le permite recuperarse prontamente ante un bajón, y ante una victoria, reconocer con humildad que todavía tiene camino por recorrer.

Es el primer nieto, será un ejemplo a seguir para sus dos hermanas, dos hermanos y doce primos. Es una figura pública en Chile y pronto lo será también a nivel internacional. Un hermoso proyecto para la familia, el tenis chileno y tantos jóvenes que se sentirán motivados a imitarlo. Tenemos que dar gracias a Dios.T

*Ex tenista