“No podemos controlar esto” y “parece un infierno”: el megaincendio en California que no deja de empeorar

Cada minuto, se están quemando el equivalente a cinco campos de fútbol, mientras que los vientos “similares a los de un tornado” están dificultando la extenuante lucha de los bomberos. Este caótico panorama se vive en Los Ángeles, California, a raíz de un megaincendio dividido en tres focos.

“Se espera que las condiciones de los incendios forestales empeoren”, advirtió la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass. Su llamado fue a que la población esté atenta a los avisos locales y que evacúen de ser necesario.

Y es que el fuego —que comenzó a las 10:30 de la mañana del martes, 7 de enero— está arrasando con miles de viviendas y poniendo en riesgo la vida de cientos de miles de personas.

Según informó la jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Kirstin Crowley, hasta ahora, 30.000 vecinos tuvieron que evacuar y 13.000 casas están en riesgo.

Son cientos los equipos de bomberos que están luchando para controlar el incendio descontrolado que está avanzando en la parte oeste de Los Ángeles.

Por las llamas, el lugar rápidamente se convirtió en uno inhóspito: “Parece un infierno”, dijo una de las vecinas que tuvo que evacuar su hogar a BBC Mundo.

Todavía no se conocen las causas del inicio del incendio. No obstante, la sequedad del ambiente y los vientos hicieron que se generara un contexto propicio para que el fuego crezca en pocas horas con una fuerza desmedida.

Y así como la alcaldesa dijo que todo apunta a que la situación empeorará en las próximas horas, el gobernador de California, Gavin Newsom, también explicó que la situación no mejoraría pronto. Y es que el viento, con ráfagas de hasta 160 kilómetros por hora, no permite que la labor de los bomberos sea más amena.

Según los meteorólogos, estas son “las peores condiciones para un incendio en más de una década en el sur de California”.

Recientemente, el presidente de los Bomberos Profesionales de California, Brian Rice, dijo a CNN que están “a merced del viento”, pues hay “ráfagas que se reportan en los 60, 70 y 80 mph. No vamos a poder controlar esto”.

“Estos hombres y mujeres van a trabajar turnos de 24, 36, 40 o 48 horas. No van a abandonar la línea de fuego en un futuro próximo”, aseguró.

La última actualización mostró que los tres incendios que golpean al condado estadounidense están “al 0% de contención”.

Hasta ahora no hay víctimas mortales. No obstante, sí se han reportado decenas de heridos por quemaduras, y una bombera tuvo que ser hospitalizada después de golpearse la cabeza.

Y, como es de esperarse, hay mucho daño material: varias casas están siendo devoradas por completo por las llamas.

También se complejiza la situación, al tratarse de una zona residencial con alta densidad poblacional. Las rutas de acceso se saturaron, pues muchas personas intentaron evacuar en sus automóviles, mientras los bomberos trataban de ingresar con sus camiones cisterna.

Una montaña de humo visible se ve sobre todo Los Ángeles.

Además, en todo el condado, hay más de 200.000 viviendas y edificios que están sin suministro eléctrico.

Y el temor se está apoderando de los habitantes: “A las 10:45 de la mañana observaba unas llamas en las montañas de Santa Mónica y en una hora Sunset Boulevard estaba paralizado”.

“Dos horas después, hubo un ataque de pánico masivo, con todos los vecinos tratando de evacuar a la vez”, contó la periodista de la BBC Lucy Sheriff, quien reside en la zona.

“Vi a un padre con su hija de 10 años, con el uniforme escolar, corriendo por la calle para tratar de ponerse a salvo y escuché a una mujer mayor pidiendo ayuda para subir al auto y marcharse, pero nadie quiso o pudo ayudarla”.

Además, el presidente de los Bomberos advirtió que el humo que se desprende de las estructuras que todavía están ardiendo “es una sopa tóxica. No solo se quema la maleza, sino también las casas. Las casas contienen plásticos fabricados a partir de compuestos petroquímicos”.

“Abrí la puerta, miré por la puerta principal y todo el maldito estacionamiento estaba en llamas”, comenzó a relatar Rachel Spencer, residente de Pasadena, a CNN. La noche del martes, tuvo que dejar su casa y, junto a su familia, evacuar a un lugar seguro.

Según describió Spencer, todo era “un desastre. Había brasas por todo el patio delantero y encima de los bungalows. Estaba oscuro, lleno de humo y era caótico, con gente y coches intentando salir al mismo tiempo”.

“No se podía respirar, y al ir hacia la autopista había escombros por todas partes, de los árboles y de todos lados… No sabemos si nuestras casas siguen en pie. Estamos todos devastados y no lo podemos creer”.

Con los tres grandes incendios sin control, el meteorólogo de CNN Derek Van Dam aseguró que las próximas seis horas “serán críticas para los bomberos”.

“Las condiciones climáticas durante las próximas horas seguirán siendo difíciles para los bomberos, con fuertes vientos que provocarán la propagación de los incendios. Lo llamamos una situación extremadamente crítica y particularmente peligrosa”.

Eso sí, en el transcurso del día, las cosas podrían mejorar, pues “se anticipa que los vientos se relajarán y las condiciones cambiarán”.

“Quiero que nuestros espectadores comprendan lo rápido que se pueden propagar estos incendios; en un instante una brasa puede atravesar una carretera, la extensión de una autopista, iniciar incendios adicionales y estallar en un infierno furioso”, dijo el experto.