NOAA actualiza el estado y fecha de llegada de La Niña y confirma lo que ya se creía del fenómeno

Un atraso importante. La llegada de La Niña continúa dilatándose cada vez más, mientras que los científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) permanecen observando con atención su desarrollo en el océano Pacífico Ecuatorial.

En esta línea, el organismo publicó un nuevo reporte este miércoles, con la actualización del estado del fenómeno y su fecha estimada de llegada.

Y el resultado es lo que ya sabíamos hasta ahora: La Niña todavía tardará en establecerse en el mundo.

Actualmente, el fenómeno se encuentra en la fase Neutral —es decir, todavía no se ha terminado de desarrollar La Niña—. Esto significa que la temperatura superficial del mar (TSM) no está lo suficientemente fría para que la NOAA de por hecho que La Niña ya está por llegar.

De hecho, según se lee en el informe, la TSM está “por encima del promedio del Pacífico occidental, cerca del promedio en el Pacífico central oriental y por debajo del promedio en el Pacífico oriental”.

Entonces, ¿hay una nueva fecha de llegada de La Niña?

La NOAA declaró que estamos todavía en el estado Neutral del fenómeno y que “se espera que la neutralidad de ENSO continúe durante los próximos meses”.

En esta línea, la nueva actualización arrojó que La Niña se terminaría de desarrollar durante septiembre y noviembre (con un 66% de probabilidad) y que el fenómeno persistirá hasta el invierno del hemisferio norte (en el hemisferio sur, será verano) con un 74% de probabilidad durante noviembre y enero.

De esta manera, se confirma nuevamente el atraso de La Niña. Al menos en lo que queda de agosto, el fenómeno no terminará de desarrollarse.

Y es que las anomalías que caracterizan al fenómeno (el océano y los efectos en la atmósfera, como el viento) no son suficientes para determinar su llegada inminente: durante las últimas cuatro semanas, las temperaturas de la superficie del mar (TSM) ecuatoriales estuvieron por encima de la media.

Y, para que se desarrolle La Niña, éstas deben alcanzar los - 5ºC en promedio.

Es por esto que “los valores recientes de las anomalías de calor del océano superior (por debajo del promedio) y el índice de pendiente de la termoclina (ligeramente por encima del promedio) reflejan un ENSO-neutral”, escribieron los científicos en el reporte.

Para hacerse una mejor idea, la NOAA explicó la situación siguiendo el Índice Niño Oceánico (ONI en inglés), que es una medida de la condición para comprender si estamos en la fase El Niño, La Niña o Neutral del ENSO.

• Si es que el ONI es mayor o igual a +0,5 ºC, significa que estamos en presencia de El Niño.
• Si el ONI marca menos o igual a -0,5 ºC, estamos frente a La Niña.

Y, actualmente, el ONI (entre mayo y julio de 2024) es de 0.2 ºC. Es decir, todavía no estamos en La Niña.

“Estos umbrales deben superarse durante un período de al menos cinco temporadas consecutivas superpuestas de tres meses”, dicen en la NOAA.

En esta línea, el organismo estadounidense volvió a recalcar que se espera que permanezcamos en la fase neutral durante los próximos meses.

“La mayoría de los modelos dinámicos indican una transición al fenómeno de La Niña alrededor de septiembre y noviembre de 2024, mientras que el promedio de los modelos estadísticos predicen un fenómeno neutral respecto de ENSO”, concluyeron en su último informe.

Los científicos de la NOAA dieron cuenta de que las temperaturas superficiales del mar siguen marcando muy cerca de la media, es decir, del promedio ‘normal’, lo que indica que estamos en una fase Neutral del fenómeno El Niño Oscilación-Sur (ENSO).

Sin embargo, “las temperaturas del agua por debajo de la media en la subsuperficie (desde la superficie hasta los 300 metros por debajo) del océano Pacífico tropical se intensificaron en el último mes y se expandieron a una mayor parte del océano Pacífico central y oriental”.

“Estas aguas más frías que el promedio serán una de las fuerzas impulsoras de cualquier fenómeno de La Niña que se forme a finales de este año”.

Para determinar el estado de La Niña, los científicos no solo observan el comportamiento del océano, sino también de la atmósfera.

Y ésta todavía no ha dado indicios certeros sobre La Niña: “Los vientos alisios soplaron ligeramente más al este de lo normal en julio (es decir, vientos ligeramente más fuertes que el promedio), mientras que la actividad de tormentas eléctricas fue en general cercana a la media”.

Aún así, “el consenso general de los modelos sigue siendo que La Niña probablemente se formará este año y durará hasta el próximo verano”.

Pero, según explicaron en su página web, los investigadores creen que la racha de calor que La Tierra está atravesando desde hace más de un año, a raíz del cambio climático, podría ser uno de los elementos que ha provocado la demora del arribo de La Niña.

Esto también causa incertidumbre sobre la intensidad que tendrá el fenómeno en su próxima visita: “La fuerza probable de La Niña que se avecina se hará más clara a medida que nos acerquemos (...) Por supuesto, también es importante recordar que la fuerza de un determinado El Niño o La Niña no es un buen predictor de la fuerza de los impactos de la temperatura o la precipitación en un lugar particular”.