Nueva alerta de Greenpeace por la llegada de La Niña a Chile: “No nos podemos quedar tranquilos”
La ONG ambientalista Greenpeace hizo un llamado a preocuparse por el agua, el recurso que podría ser más afectado por el fenómeno La Niña. Según la NOAA, ya entramos al trimestre en el que podría instalarse.
Agosto comenzó con lluvia. Después de un julio que fue catalogado como el mes más seco en décadas, según los registros de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), la lluvia llegó a Chile y podría quedarse durante las próximas semanas.
Y es que ya ingresamos al trimestre en el que la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) pronosticó el establecimiento del fenómeno La Niña, que se caracteriza por traer menos precipitaciones al país e impulsar la sequía.
En esta línea, la ONG internacional Greenpeace —sede Chile— compartió su preocupación sobre los cambios en el clima que sufrirá el país a partir de la llegada de La Niña. Y es que la megasequía que ha afectado a la tierra chilena podría empeorar a gran escala este próximo año.
Esto es lo que le preocupa a Greenpeace respecto a La Niña.
El llamado de atención de Greenpeace a Chile sobre el fenómeno La Niña
Según un reciente artículo publicado por la ONG Greenpeace, es probable que en Chile, el fenómeno La Niña “ocurra en ciclos consecutivos, llegando a manifestarse hasta tres veces seguidas, según ocurrió en años anteriores”.
Según los registros, entre los años 2020 y 2023 La Niña permaneció instalada en el mundo. Los climatólogos estiman que su presencia fue, en parte, responsable del acentuamiento de la sequía que ya afecta a la zona central de Chile desde 2008.
Cabe recordar que este fenómeno provoca que la temperatura superficial del mar (TMS) se enfríe por debajo del promedio. Sus efectos son variados en el mundo, pero en el hemisferio sur (gran parte de Latinoamérica), la mayor consecuencia es la temperatura atmosférica más fría y la escasa o nula lluvia.
Es esto último lo que preocupa a Greenpeace. Su vocera, la geógrafa Silvana Espinosa, aseguró que las lluvias de junio y agosto “han sido un gran alivio”, no obstante, “no podemos pensar que la situación de megasequía que se vive en la zona central de nuestro país se ha acabado”.
Con La Niña a punto de establecerse, Espinosa declaró que “se vuelve urgente caminar hacia medidas que nos ayuden a cuidar el agua en todas sus formas”.
Según los datos de la DMC, este otoño rompió el récord de acumulación de lluvia en Santiago en los últimos 22 años —con 183,1 milímetros de agua caídos en la capital chilena—. Si bien esta cifra puede resultar optimista para algunos, la ONG ambientalista hizo un llamado a no bajar la guardia.
Y es que desde la organización sugirieron que no es suficiente para ponerle fin a la megasequía que afecta a la zona norte y centro sur del país.
Sin ir más lejos, el Centro del Agua y Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián (USS) publicó recientemente un análisis donde, entre otras cosas, aseguraron que 8 de los 25 embalses de la Dirección General de Aguas están por sobre los niveles observados en 2023.
El Yeso (en la región Metropolitana) y Los Aromos (en la región de Valparaíso) estarían en un 89 y 99% de capacidad.
Pero en paralelo, la mayoría de los embalses tienen mucha menos agua acumulada de la que se esperaría. Por ejemplo, la de Peñuelas está en un 3% de su capacidad y, en promedio, los embalses de la región de Coquimbo están en un 13%.
“Hemos tenido un comienzo de invierno muy afortunado respecto de la cantidad de agua que ha caído en la región Metropolitana. Pero debemos recordar que la mega sequía que enfrenta el país es estructural y no se soluciona con un año donde se generen buenas reservas de agua”, agregó Espinosa.
Algo similar opina el doctor Alexis Caro, experto en hidrología andina y glaciólogo. El experto, consultado por Greenpeace, también ve poco probable que la megasequía se pueda subsanar con un 2024 más lluvioso de lo normal.
“Si este año logra tener precipitaciones normales, serían dos años seguidos con lluvias cerca o sobre lo normal, lo que no se registra desde 2006. Pero es importante recordar que lo que se estima como un año normal es el resultado de un promedio que considera la precipitación total anual por un periodo de 30 años, en los cuales siempre hay años con menos y más precipitaciones”, explicó.
De hecho, observando el comportamiento de las precipitaciones en los últimos 10 años, la tendencia es hacia la reducción de episodios. Es por esto que el Gobierno emitió Decretos de Escasez Hídrica a 49 comunas del país.
“Creer que estamos ‘salvados’ y tenemos efectivamente agua asegurada hasta 2025 (al menos en los casos de las regiones Metropolitana y de Valparaíso) podría generar una falsa sensación de tranquilidad”.
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