Después de varios meses de incertidumbre, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) acaba de lanzar una predicción más optimista sobre la llegada del fenómeno de La Niña, que se está esperando desde el trimestre pasado.
Según explicaron en anteriores actualizaciones, el océano Pacífico Ecuatorial sí se está enfriando, no obstante, lo está haciendo de una forma lenta y sin precedentes.
Para poder establecer que estamos en la fase La Niña, la temperatura superficial del mar debe bajar a -1.5 °C, una cifra que todavía no se alcanza, por lo que el planeta permanece en la etapa Neutral de El Niño Oscilación-Sur.
Pese a ello, la NOAA, en su último reporte, aumentó las probabilidades de que La Niña llegue en los próximos meses.
Esto es todo lo que informaron en su reporte.
Cuál es la nueva probabilidad de que llegue el fenómeno La Niña
Durante todo el mes de agosto, el planeta estuvo en la fase ENSO-neutral, lo que significa que las temperaturas superficiales del mar se han mantenido cerca del promedio en la mayor parte del océano Pacífico Ecuatorial.
Según informó la NOAA en su último reporte, este mes, los valores han variado entre +0,2 °C y -0,4 °C, todavía lejos del -1.5 °C que se necesita para dar por establecido el fenómeno La Niña.
Y es que, recordemos, dentro del ENOS, las tres fases (El Niño, La Niña y Neutral) se comportan de la siguiente forma:
- El Niño: cuando las temperaturas del océano Pacífico Ecuatorial son más altas que el promedio (y superan los 1.5 °C).
- La Niña: cuando las temperaturas del océano Pacífico Ecuatorial se enfrían por debajo de lo normal (a menos -1.5 °C).
- Neutral: cuando ninguno de los dos está presente, es decir, las temperaturas del océano Pacífico Ecuatorial están en el promedio normal.
En esta línea, según los antecedentes y registros analizados por los expertos del Centro de Predicción Climática (CPC) de la NOAA, existe un 71% de probabilidad de que La Niña surja entre septiembre, octubre y noviembre, una cifra mucho mayor al 66% que se esperaba el mes pasado.
Además, los científicos esperan que La Niña persista durante enero, febrero y marzo de 2025.
Es decir, es altamente posible que tengamos un verano bajo los efectos de La Niña.
Cuáles serán los efectos de La Niña en Chile y Sudamérica
Cuando se instala La Niña, en Chile el termómetro baja considerablemente, pero la lluvia cede a lo mínimo y el país vive períodos de sequía.
De hecho, los expertos prevén que el país se vea afectado por la sequía, pues este fenómeno suele coincidir con los períodos más extremos de bajas precipitaciones y la megasequía, que afecta al suelo chileno desde hace más de una década.
No obstante, según el reporte de la NOAA, “la columna IRI predice una La Niña débil y de corta duración”.
“La continuación de las temperaturas negativas del subsuelo y el aumento de las anomalías de los vientos del este en niveles bajos respaldan la formación de un fenómeno de La Niña débil”, escribió el organismo.
Continuó: “Un fenómeno de La Niña más débil implica que sería menos probable que produjera impactos invernales convencionales, aunque las señales predecibles aún podrían influir en las previsiones (por ejemplo, las previsiones estacionales del CPC)”.
De todas maneras, se espera que el fenómeno, aunque sea débil, sí tenga efectos sobre la atmósfera y el clima de distintos países: además de las sequías que provoca en Chile y Argentina, países como Colombia se ven afectados por fuertes precipitaciones y posibles deslizamientos de tierra.
Además, los científicos insisten en que, gracias al calentamiento global y el cambio climático, el efecto de los fenómenos e incluso su propia formación están viéndose afectados. Cada vez es más difícil predecir fechas exactas (he ahí una posible explicación del atraso de La Niña) y también saber qué efectos certeros tendrá sobre el mundo.
Además, en países como Chile, que se verían afectados por la falta de precipitaciones, el calentamiento global no hace más que agudizar la crisis hídrica.
“Es probable que volvamos a tener un año de alta sequía que comience a finales del año”, declaró el investigador e ingeniero físico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Edgardo Sepúlveda, a La Tercera.
Según el experto, el calentamiento global y La Niña “nos roban lluvias. Cuando se juntan los dos, significa un año muy seco para Chile”.
Y ahora que La Niña podría estar presente en el verano, Sepúlveda declaró que es posible que esta estación sea menos calurosa que los años anteriores y, en especial, el calor no sería tan abrasador como el que vivimos este 2024, pues fue un verano marcado por el calentamiento global, pero también por El Niño.
Adicionalmente, los efectos de La Niña este año pueden ser muy diferentes incluso en comparación con los registros históricos, pues el clima del mundo está pasando por fases “extrañas” y sin precedentes: por ejemplo, en el océano Atlántico se estaría formando una La Niña Atlántica, en paralelo a La Niña del Pacífico.
Los científicos no logran entender por completo por qué está sucediendo este fenómeno (que hayan dos La Niña juntas).
El investigador y científico de la NOAA, Michael McPhaden, cree que La Niña del Atlántico “podría retrasar potencialmente el fenómeno de La Niña del Pacífico en un ‘tira y afloja’. Mientras el Pacífico intenta enfriarse, el Atlántico intenta calentarse”.
En esta línea, se especula que estos fenómenos, al interactuar, podrían afectar los efectos en el clima de cada uno, un escenario que solo se podrá comprender si es que sucede en los próximos meses.