La primera señal de las ondas gravitacionales captada en 2015 podría haber sido emitida desde el túnel del espacio-tiempo, como aquel atravesado por los protagonistas del filme "Interestelar".
Así lo deduce la hipótesis elaborada por un grupo de astrofísicos de la universidad belga KU Leuven, coordinados por Pablo Bueno y Pablo Cano, publicada en la revista Physical Review D.
El estudio está orientado a explicar algunas anomalías en contraste con las leyes de la física cuántica que gobiernan el mundo de las partículas.
Según los investigadores, el problema es la presencia en los agujeros negros de un confín, el horizonte de los eventos, más allá del cual estos "monstruos cósmicos", gracias a la enorme gravedad, se "tragan" todo lo que tienen a mano, incluso la luz.
Un aspecto en conflicto con las leyes de la mecánica cuántica, que prevén que las informaciones no pueden ser perdidas, aspiradas por un agujero negro.
Los autores de la investigación, por lo tanto, sustituyeron los agujeros negros con dos "wormhole" (agujero de gusano o túnel de espacio-tiempo), que no tienen un horizonte de los eventos, y elaboraron un modelo teórico para explicar qué aspecto tendría la señal producida por estos objetos exóticos.
"Es una hipótesis reciente que se está examinando con atención. Si las ondas gravitacionales fueran generadas por dos "wormhole", la parte inicial de esa señal sería igual, pero al final se escucharían ecos similares al sonar de un submarino", explicó Paolo Pani, de la Universidad de Sapienza de Roma.
Distintos grupos de científicos, incluido el de Pani, buscan estos ecos en las señales escuchadas por los "cazadores" de ondas gravitacionales Ligo y Virgo.
"La presencia de los ecos es todavía controvertida -aclaró Pani- porque la parte final de la señal de las ondas es muy débil".
Los investigadores explican que un "wormhole" es una suerte de túnel en el espacio-tiempo, como el que excava un gusano en una manzana, que puede unir dos puntos muy distantes del universo a través de un atajo.
Su descripción está incluida en la Teoría de la Relatividad formulada por Albert Einstein a inicios del siglo XX, sin embargo nunca pudo ser visto.
A pesar de ello, el concepto ha sido explorado en el cine. En "Interestelar" (2014), de Cristopher Nolar, un equipo de astronautas realiza un viaje intergaláctico a través de un agujero de gusano espacial. En el otro extremo de ese túnel hallan un sistema de planetas que giran alrededor de un agujero negro.
El fenómeno ya había sido abordado en otras películas de ciencia ficción, como "Contacto" (1997), de Robert Zemeckis, basada en el libro homónimo de Carl Sagan.
Para Pani "se trata de un objeto todavía hipotético, pero si fuese confirmado, sería un hallazgo de época, un puente hacia una nueva física".