Pareja

Placer sexual: ¿Qué lugar ocupa en nuestra vida?

Saber a ciencia cierta qué importancia tiene el goce del sexo en las rutinas de los chilenos y cómo atendemos ese placer es parte de las inquietudes que motivaron a Japi Jane y Criteria Research a realizar una encuesta sobre placer sexual en Chile. Un adelanto: estamos al debe... pero no somos los únicos.


¿Cómo lo están pasando los chilenos?”, le preguntaron el lunes 1 de febrero a Jane Morgan. No es la primera vez que le hacen esta pregunta. La fundadora de la tienda de juguetes eróticos Japi Jane suele escuchar esta interrogante refiriéndose a cómo estamos los chilenos y chilenas viviendo nuestra vida sexual. La norteamericana vive investigando sobre la sexualidad y el placer, primero por su negocio y, segundo, porque encuentra “fascinante” el tema. Por eso, no es raro que se recurra a ella como experta en las artes placenteras.

Hasta ahora, las respuestas de Jane Morgan ante esa pregunta se basaban en su experiencia, en lo que ve en sus clientes, en lo que estudia, pero no tenían un respaldo empírico que revelara cómo lo están pasando los chilenos en la cama. “¿Y si hacemos una encuesta?”, le propuso a su equipo como proyecto de fin de año. Y se embalaron. Así surge la idea de Nación Placer, el primer sondeo sobre placer sexual en Chile, que Japi Jane levantó junto a Criteria Research.

Mil personas de distintos lugares del país, desde los 18 hasta los 80 años respondieron sobre el disfrute en general y el placer respecto a los encuentros sexuales. Personas que se reconocieron como heterosexual, homosexual, bisexual, pansexual, demisexual, entre otras categorías, fueron sometidas a una serie de preguntas que llevan a reflexionar sobre las fuentes de disfrute. Algunas cifras confirmaron las teorías de Morgan. Otras la sorprendieron; por ejemplo, el lugar que ocupa el sexo en las actividades que generan placer. Baja frecuencia y bajo placer sexual, concluye.

Glotones

Según la Real Academia de la Lengua, placer es el “goce o disfrute físico o espiritual producido por la realización o la percepción de algo que gusta o se considera bueno”. Bajo esta consigna la primera pregunta de la encuesta fue “¿cuáles son las actividades o experiencias que te generan más placer en tu vida?”. El 51% de los encuestados respondió comida/bebida, luego descanso (34%), viajes/vacaciones (33%), vida familiar (26%), actividad física (26%), amistad/sociabilidad, películas y series, y otras seis opciones más, hasta llegar a la alternativa del sexo. Solo un 11% la eligió como fuente recurrente de placer.

Pero no hay que amargarse solos. El sexólogo Rodrigo Jarpa, cuenta que las preferencias hacen sentido con las tendencias mundiales. ”La comida y la bebida suelen estar ranquedas en un puesto bastante más elevado que el sexo. Lo mismo ocurre con el descanso. Estos placeres tienen que ver con la satisfacción de necesidades básicas y que por lo general son fáciles de consumar. Si bien el sexo se podría considerar como una necesidad básica, nadie se muere por no practicarlo, por otro lado, implica más esfuerzo y activación que quedarse echado comiendo”, señala Jarpa.

Ese 11% para Antonio Godoy, director del Centro Psicológico de la Persona, la Pareja y la Sexualidad y autor del libro “Te amo pero no te deseo”, es insólito. La explicación del especialista es que “hay un fenómeno de desapasionamiento en las relaciones de parejas, hay una falta de pasión. Los jóvenes están viviendo la vida sexual como algo que les complica y también hay menor grado de entrega en las parejas. Hay una falta de deseo sexual en general en la sociedad actual”, afirma Godoy.

Para la sicoanalista Constanza Michelson, quien ha seguido de cerca el fenómeno, la tendencia se arrastra en el tiempo y desde los años 70 que diversos autores vienen hablando sobre la desexualización del placer. “Es decir, se habla mucho de sexo, pero pareciera ser que en algún punto eso esta disociado como aliado al placer”, explica. Entonces, según la especialista, aunque ahora se hable con libertad de la sexualidad, en la práctica no tiene la misma presencia porque el esfuerzo que exige, es el que ha ido dejando atrás el sexo en la lista de preferencias.

De manera opuesta, la comida puede estimular la liberación de serotonina y endorfinas, consideradas hormonas de la felicidad, de manera accesible y rápida. “La concepción del placer en el capitalismo es inmediato. Ahí es donde esta toda la oralidad, la comida, las drogas, el alcohol, y ¿qué es la realidad? La realidad es el paradigma del placer inmediato,te calma rápido. Más del 50% de las personas ponen lo oral en primera instancia. Lo oral es el modelo infantil del chupete. Es ansiedad y calma inmediata”, afirma Michelson.

Pero en la escala de preferencias que separan el placer de comer del placer sexual, hay varias opciones. Una de las más llamativas son las películas y series. “Quedé bastante impresionada cuando llegaron los resultados, jamás pensé que el sexo iba a estar tan bajo en la lista. Sabía hace años que Netflix le va ganando en placer al sexo en varios países, pero no pensaba que era el doble. Películas y series marcaron un 22%, siento que estamos perdiendo la batalla contra Netflix”, dice Jane Morgan.

Los resultados de Nación Placer se condicen con la investigación The Netflix´s way of life, realizada por la Facultad de Comunicaciones UC y la agencia digital MediaInteractive, que midió el impacto de las series en la vida de los chilenos. “El 22,6% de los encuestados (dice que) su vida de pareja se ha tornado más monótona debido a que pasan mucho tiempo viendo series y un 21,6% ha preferido quedarse viendo series antes que salir con sus parejas”. “En los chilenos el cansancio va ganando y mucha gente piensa que el sexo va a pasar magicamente, pero no pasa magicamente, es como cualquier otra cosa en la vida. O sea, para subir en el trabajo tienes que esforzarte, para aprender a cocinar hay que dedicarle tiempo a la cocina, bueno, para estar bien y disfrutar plenamente de la sexualidad uno tiene que poner empeño”, dice Jane Morgan, quien concuerda con Michelson en que el placer y la frecuencia son variables que van de la mano en la sexualidad. “Tiempo, ganas y espacio”, dice la fundadora de Japi Jane.

La práctica hace al maestro

Un calendario sexual. Así de concreto propone Morgan que las personas deberían ordenar sus encuentros sexuales para que no pase tiempo sin tenerlos. “Para que uno llegara a realmente a que sea una actividad de las principales de placer, es necesario poner práctica, poner tiempo. Si no hay espacio en tu agenda para el sexo, ¿cómo lo vas a lograr? “, propone la norteamericana.

Pero hay otro asunto: la encuesta revela que solo un 14% considera que sus encuentros sexuales son placenteros. En este porcentaje predominan las mujeres (56%), el grupo etáreo entre 40 y 59 años (44%) y gente que convive con su pareja (68%).

Otro de los puntos interesantes tiene que ver con las situaciones que generan disfrute durante el encuentro. La lista la encabeza “saber que se da placer a otro”, con un 22% de las preferencias, luego vienen las caricias, la conexión con la otra persona y, en cuarto lugar, el orgasmo. Pero el asunto cambia al separar las preferencias de hombres y mujeres. Los hombres dicen encontrar más placer en saber que dan placer y enel sexo oral. Las mujeres dicen encontrar más placer en las caricias, el preámbulo, los besos y el sentirse queridas.

Y al distinguirlos por edad, la muestra dice que los jóvenes (18-24 años) son los que menos se preocupan por la conexión en pareja o sentirse queridos; van al contacto físico. ¿Y la frecuencia? El 39% no tiene casi nunca encuentros sexuales o dice tenerlos muy esporádicamente. En este resultado, tanto solteros (44%) como convivientes (42%) coinciden en el alto porcentaje que tiene sexo rara vez o nunca. Michelson afirma que esto puede afectar de igual forma a las personas con o sin pareja, “lo que contradice el imaginario de la hipersexualidad. No es tan fácil tener sexo, este requiere un montón de cosas para llevarse a cabo, esté en pareja o no”.

Rodrigo Jarpa agrega que son varios los factores que influyen: falta de tiempo, espacio, una sociedad más cansada, a lo que se añade la “definición limitada y llena de exigencias que muchas veces tenemos sobre qué significa tener un encuentro sexual” menciona.

Masturbación femenina

Jane Morgan recibe emails, tuits, mensajes por Instagram y saludos en la calle de mujeres agradeciéndoles por “despertar” parte de su sexualidad y darle rienda a su pacer. Porque las cifras aun son bajas: mientras en los hombres el 17% menciona al sexo como fuente de placer, en las mujeres es solo el 7%.

Para la sicóloga y fundadora de La rebelión del cuerpo, Nerea de Ugarte, la diferencia se explica por el contexto en que se desenvuelven las mujeres. “El placer es una construcción subjetiva que está inserto en un contexto sociocultural lleno de mandatos sociales asociados al género, a los roles y a los estereotipos”, dice.

La sicóloga menciona que entre las variables que influyen en la percepción del placer está la autoestima, la autopercepción, la imagen corporal, entre otras. De hecho, cuando en la encuesta se consultó sobre los elementos que dificultan tener una sexualidad placentera, el 23% de las mujeres eligió la autoimagen, mientras que en los hombres solo el 7% consideró esa opción. En este escenario, hay un punto en que las mujeres sí se muestran más liberadas: el 53% se masturba de manera ocasional, regular o habitual. Y en esa Nación Placer, las jóvenes llevan la delantera. Las que más se masturban tienen entre 18 a 24 años (74%), seguidas por las de 25 a 39 años (67%).

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