¿Planeas teletrabajar desde Argentina? Esto debes saber sobre los arriendos

El reloj marca la hora de salida. Apagas el computador y miras por la ventana de tu hogar: el mismo paisaje de siempre. Pasan los días, las semanas y la escena se repite.

Durante la pandemia, múltiples empresas adoptaron el teletrabajo para continuar con sus labores en medio de las cuarentenas. Y si bien, las medidas impuestas por las autoridades han disminuido los casos de Covid-19 —y por lo tanto, los confinamientos—, todavía hay personas que siguen operando a través de la modalidad en línea. Incluso a tiempo completo.

Si ese es tu caso, probablemente te has preguntado: ¿qué tan factible sería asentarse en una ciudad como Buenos Aires para trabajar desde allá?

Bueno, no eres el único. De hecho, son numerosos los chilenos que han optado por esta opción. Pero antes de armar tus maletas y sumergirte en las avenidas de la gran capital de Argentina, es necesario que sepas cómo funcionan los arriendos y las garantías que se deben pagar para acceder a ellos.

En conversación con La Tercera, el director de la empresa de asesoría inmobiliaria Property Partners en Argentina, Felipe Engdahl, quien también es psicólogo de la Universidad Católica y cursa la carrera de martillero y corredor público en Buenos Aires, anticipa que la actividad es regulada y que en su compañía operan bajo la normativa local.

“Hay muchos clientes chilenos que buscan oportunidades acá, porque está muy barato (si teletrabajas y puedes traer dólares)”, asegura, para luego añadir que “los restaurantes, los museos, los parques y la cantidad de extranjeros que llega sigue siendo constante”.

Engdahl, quien vive principalmente de los ingresos que obtiene de sus clientes chilenos y argentinos, cuenta que existen dos perfiles marcados de connacionales que recurren a sus servicios: personas que llegan a estudiar a Buenos Aires y trabajadores que desean operar en línea desde dicha capital.

Respecto a la compra y venta de propiedades, dice que suelen ser en dólares, mientras que los arriendos pueden ser en pesos argentinos o dólares. Habitualmente, los más costosos son en esta última moneda.

“Las casas residenciales, como lo que serían en Santiago comunas como Chicureo o Vitacura, eso suele ser en dólares”, ejemplifica el director de Property Partners en el país trasandino.

En cuanto a los arriendos, dice que hay dos tipos de garantías que son más comunes.

Una de ellas consiste en dejar una propiedad en garantía “que no puede ser de quien alquila, sino que de un tercero, como un familiar o amigo, que pone la garantía en aval de esa persona”.

La otra opción es pagar un seguro de caución. “Uno lo paga y si es que en algún momento dejas de pagar el alquiler mensual, el propietario lo ejecuta y se cobra ahí”.

“Para este, generalmente las aseguradoras te piden justificar tus ingresos, pero tienen que ser en Argentina, entonces ahí de nuevo hay un problema”.

En este sentido, explica: “Lo que hacen para extranjeros es que uno deja en garantía un depósito, seis meses de alquiler en dólares, que te los devuelven al finalizar el contrato. Es como el depósito en garantía que yo dejo para que ellos me respalden el arriendo”.

Como es de esperar, la segunda alternativa es más factible para la mayoría de las personas que quieran teletrabajar para Chile desde Argentina, salvo que tengan amigos o familiares allá que les proporcionen apoyo para una garantía propietaria.

Tanto Azul Alvarado como Matías Velasco son del primer perfil que describía Engdahl. Ambos se fueron a Argentina para estudiar teatro y cine, respectivamente, mientras que reciben o recibían dinero directamente desde Chile mediante transferencias por Western Union.

El primero llegó en 2019 y estuvo ahí por casi cuatro años, para luego volver a Chile a inicios de 2023. Por otro lado, el segundo llegó hace 12 meses y permanece allá.

Alvarado cuenta que su motivación personal para irse a estudiar a Argentina, además de la educación gratuita y ciertos intereses personales, fue que en Buenos Aires hay una amplia variedad de ramificaciones del teatro, tales como el callejero y el de máscaras.

En cambio, dice que en Chile pasó por una conocida universidad privada y que ahí la formación profesional tenía un carácter más general.

“Argentina es un país súper abierto hacia la cultura, la valoran mucho y la consideran como una parte esencial del ser humano”, relata, “la variedad es otra, vas caminando por las calles y te encuentras dos teatros por cuadra”.

Velasco también destaca el ámbito cultural y dice que “es mucho más fuerte que en Chile y creo que acá la valoran de verdad”.

Pese a que reconoce que en el país hay iniciativas desde el mundo de las artes, enfatiza que en Argentina “es muy latente y se le toma mucho el peso”.

Si se compara la economía con Chile, Alvarado dice que —en su experiencia— pagar una universidad privada le salía tanto o más caro que estudiar, comer, vivir y arrendar una pieza en Buenos Aires.

Aún así, subraya que las ventajas son esencialmente para las personas que reciben dinero desde Chile, como fue en su caso (mientras estuvo allá) y es actualmente en el de Velasco.

De la misma manera, dice que para muchos extranjeros optar por un arriendo de tipo residencial permanente (es decir, por un mínimo de tres meses) es complejo, principalmente por lo que significa presentar alguno de los tipos de garantía.

Es por esto, según Alvarado, que se ven muchas mudanzas, tanto de migrantes como de argentinos que vienen de provincias.

“Si tienes la posibilidad y el privilegio de poder alquilar un lugar por tres años, es un montón”, ejemplifica Azul.

“Hay muchas personas que alquilan una pieza en un hostel y se van a un lugar en el que conviven muchas personas (...) a veces los aumentos en la renta son abismales y no se pueden pagar, por lo que se busca otro espacio (...) ahí, la gente va alquilando y liberando”.

En su caso particular, cuenta que cuando llegó pagaba el equivalente a $20.000 pesos chilenos por una habitación en una residencia compartida, pero que esa cifra fue subiendo con el tiempo, por lo que se mudó en varias oportunidades.

Al final, antes de volver a Chile, llegó a pagar una cifra cercana a $227.000 pesos chilenos, aunque por el departamento de un conocido.

A pesar de las complejidades de ese tipo, asegura que “el dinero chileno rinde un montón allá”, sobre todo en mercadería y si se hace el cambio por Western Union. “Lo electrónico, como los celulares y los computadores, conviene más en Chile”.

Asimismo, todas las personas entrevistadas en este artículo recalcan que, más allá de lo económico, Buenos Aires ofrece lo que Engdahl describe como “un constante intercambio cultural”.

“Me parece que es una ciudad mucho más cosmopolita que Santiago. Sí, esta última lo es cada vez más, pero la capital argentina lo ha sido históricamente y sigue siéndolo en la actualidad. Desde mi punto de vista, es bien enriquecedor culturalmente. Si tuviese que escoger un gran punto, para mí es ese”, sentencia el chileno.