Podría acabar con el mundo en un instante: qué es el bosón de Higgs, también conocido como “la partícula de Dios”
Según una reciente investigación, existe una sola partícula que, en caso de cambiar su estado, provocaría el fin de la Tierra y de todo el universo. Esta es la explicación de un físico sobre el temido bosón de Higgs.
El universo es inestable y está en riesgo. Así lo aseguró una investigación que descubrió que pese a que nuestro lugar en el espacio tiene 13.700 millones años de existencia, una sola partícula, llamada el bosón de Higgs —también conocida como “la partícula de Dios”—, podría terminar con toda la vida que conocemos en un solo segundo.
Lucien Heurtier, investigador del departamento de Física del King’s College London y autor principal del estudio —publicado en Physical Letters B— aseguró que “demostramos que es poco probable que algunos modelos del universo temprano estén en lo correcto”.
Con la existencia del bosón o partícula de Higgs, de un minuto a otro se podría alterar drásticamente las leyes de la física, como las conocemos ahora.
Esto es lo que se sabe de esta teoría, hasta ahora.
Cuál es la teoría de la partícula de Higgs que podría destruir el universo
Según explican distintos medios científicos, el bosón de Higgs es una partícula elemental que tendría un papel fundamental en el mecanismo que origina la masa de las partículas elementales.
Para entender su importancia, hay que saber que nuestro universo no sería igual al que conocemos sin esa masa de partículas elementales: no existirían los átomos, por lo que la materia sería distinta (o inexistentes) y nosotros, los humanos, tampoco existiríamos.
“Como el bosón de Higgs existe, sabemos que ese campo fundamental para que las partículas interaccionen entre ellas, existe”, explicó Heurtier en un artículo de The Conversation. De hecho, se cree que esta partícula tiene “propiedades idénticas en todo el universo”, por lo que, estés donde estés en el cosmos, se pueden observar las mismas masas e interacciones.
“Esta uniformidad nos ha permitido observar y describir la misma física a lo largo de varios milenios (los astrónomos suelen mirar hacia atrás en el tiempo)”.
Pero el investigador explicó que es probable que el campo de Higgs cambie su estado y caiga a uno “de menor energía”, provocando que se altere todo lo que conocemos hasta ahora.
“Un cambio de esa naturaleza representaría lo que los físicos llaman una transición de fase. Eso es lo que ocurre cuando el agua se convierte en vapor, formando burbujas en el proceso”, añadió Heurtier
Estas burbujas provocarían que la masa de electrones cambie de forma repentina y comience a interactuar de forma distinta con otras partículas.
“Los protones y neutrones, que componen el núcleo atómico y están formados por quarks, se dislocarían. Esencialmente, si se experimentara un cambio así, nadie ni nada quedaría por aquí para contarlo”.
En palabras más simples, si la partícula de Higgs llegara a generar una burbuja, sería oficialmente el fin de la vida.
Según las mediciones de masas de partículas del Gran Colisionador de Hadrones de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés), un evento así de catastrófico podría ser posible.
Pero, afortunadamente, sería “en unos miles de miles de millones de años”.
Entre los físicos, se cree que la partícula de Higgs podría ser una de las razones de un verdadero fin del mundo (y del universo completo).
Esta investigación, entonces, viene a cambiar la perspectiva de que el universo como lo conocemos no es estable, sino “metaestable”, porque sí podría acabar de forma repentina, solo que no por ahora.
Según explicó el investigador, es improbable que el Higgs forme una burbuja, no obstante, en presencia de “fuentes de energías externas, como campos gravitacionales fuertes o plasma caliente, el campo de Higgs puede tomar prestada esta energía para formar burbujas más fácilmente”.
“Por lo tanto, aunque no hay motivos para esperar que el campo de Higgs forme numerosas burbujas hoy en día, una gran pregunta en el contexto de la cosmología es si los entornos extremos poco después del Big Bang podrían haber desencadenado tal burbujeo”.
Es decir, el académico se cuestiona por qué el Big Bang no desencadenó el fin del universo, al estimular a la partícula de Higgs.
Su teoría es que, en ese entonces, el universo estaba muy caliente y estos efectos térmicos habrían “estabilizado” al Higgs.
“Por lo tanto, este calor no pudo desencadenar el fin del universo, que es probablemente la razón por la que todavía estamos aquí”.
Por qué la teoría del bosón de Higgs cambia algunas hipótesis del universo
Son muchos los modelos teóricos que describen cómo fue la evolución del universo, después del Big Bang. En ellos, se asegura que existen unos agujeros negros ligeros, que, en comparación con los agujeros negros normales, “podrían ser diminutos, tan ligeros como un grano”.
Ahora, Stephen Hawking demostró que los agujeros negros se evaporan lentamente. En el proceso, emiten radiación, es decir, actúan como “fuentes de calor en el universo”.
Siguiendo lo anterior, los agujeros negros ligeros serían “mucho más calientes y se evaporan más rápidamente que los masivos”.
“En particular, si en el universo primitivo se formaron agujeros negros primordiales más ligeros que unos pocos miles de millones de gramos (10.000 millones de veces más pequeños que la masa de la Luna), como sugieren muchos modelos, entonces ya se hubiesen evaporado”, explicó Heurtier.
Es decir, lo que demostró el estudio es que, debido a estos puntos calientes, el campo de Higgs debería formar burbujas de forma constante y, por ende, a estas alturas, el universo ya debería haber desaparecido.
“Pero aún estamos aquí. Esto significa que es muy poco probable que tales objetos hayan existido alguna vez. De hecho, deberíamos descartar todos los escenarios cosmológicos que predicen su existencia”, declaró el académico.
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