¿Por qué a los perros les gusta lamer la cara de las personas?
Muchos creen que los lamidos de sus perros son besos, sin embargo, según un veterinario, aunque sí son muestras de afecto, están muy lejos de ser aquello.
Los dueños de perros saben que estos fieles animales usan la lengua para todo: levantar migas del piso, comerse lo que sea que esté a su paso y, también, lamer a sus dueños (a veces en la cara). Esto último es algo que cautiva a muchas personas, pues asumen que sus mascotas les están dando un beso.
Pero, ¿los perros lamen la cara de las personas pensando que las están besando? ¿Hay algo más detrás? Esto es lo que dice un veterinario.
Por qué tu perro te lame la cara
Definitivamente, es una señal de cariño. Sin embargo, técnicamente no se trata de un verdadero beso. El Dr. Juan Enrique Romero, médico veterinario, explicó a Infobae que el perro está intentando mostrar su afecto y establecer un vínculo afectivo.
Y es que, tan solo unos minutos después de nacer, lo primero que experimentan los cachorros es “la suave calidez de la lengua de su madre”, quien los baña con afecto maternal. Esto hace que en la mente de los perros, quede la idea de que lamer es una conducta amable y una demostración de cariño.
Desde ahí, no dejan de lamer para nada. La mamá perruna, por su parte, los limpia con la lengua y les lamen la cola para estimular la evacuación, y los cachorros comienzan a contribuir con los lamidos, haciéndolo en las caras y mentones de perros mayores para saludarlos y hacerles entender que los respetan.
Además, un detalle no tan apetecible, es que la mamá perruna les enseña a comer de una manera peculiar: se va a un rincón y emite un sonido especial para atraer a sus cachorros, quienes van corriendo y le lamen la comisura de los labios. Ahí, es usual que regurgite la comida para que los pequeños aprendan a comer.
A fin de cuentas, lamer para los perros es un momento de “sumo afecto y felicidad (...). Es sin duda un gesto de vínculo, de afecto y un gesto maravilloso. Pero de beso, tiene poco”, estableció el veterinario.
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