Por qué Australia niega la visa a personas que tienen discapacidad

Si Australia considera que tu salud representará una carga económica para el país, no te dejará ingresar. Así de estricto es su sistema, que justifica esta medida con la necesidad de frenar el gasto público y darle prioridad a sus ciudadanos al acceso de la sanidad.

Más a detalle, según explicó BBC Mundo, si es que el costo de los cuidados de un inmigrante supera los 86.000 dólares australianos en 10 años ($52 millones de pesos chilenos aproximadamente), es muy probable que se le rechace el visado.

Con este escenario se encontraron Laura Currie y su esposo Dante, dos padres escoceses que emigraron a Australia por trabajo. Revelaron que cuando su hijo Luca cumplió dos años, lo diagnosticaron con fibrosis quística. Si esa noticia ya era mala, la siguiente les cayó como un balde de agua fría,

Les dijeron que no podían quedarse de forma permanente en Australia porque su hijo enfermo podía suponer una “carga económica para el país”.

“Lloré durante una semana. Lo siento muchísimo por Luca. Es un niño indefenso de dos años y medio que no merece ser discriminado de esa manera”, dijo Laura.

Australia es un país que recibe muchos inmigrantes: los datos muestran que casi un tercio de su población nació en el extranjero. Sin embargo, no muchos saben que al momento de dar el visto bueno para entrar y permanecer en el país, el expediente de salud debe ser casi impecable.

Según estableció BBC Mundo, es uno de los pocos países del mundo que rechazan de forma sistemática los visados de inmigrantes por sus necesidades médicas.

Por ejemplo, Laura Currie y su esposo Dante llegaron a Australia desde Escocia e hicieron su solicitud de permanencia antes de ser padres de Luca. Pero en cuanto su hijo tuvo el diagnóstico, les dijeron que debían irse del país, pese a los años en los que contribuyeron y pagaron impuestos.

“Es como, estamos aquí para ustedes [Australia] cuando nos necesitaron, pero cuando se invierten los papeles y los necesitamos, es como, no, lo siento, cuestan demasiado dinero, vuelvan a su país”.

Pero este recelo y selección de los extranjeros que entran al país no es nueva. Desde el año 1901, con la Ley de Restricción de la Inmigración —que también discriminaba por color de piel— no se dejaba entrar a personas con problemas de salud y discapacidad.

“Seguimos tratando a las personas con discapacidad del mismo modo que en 1901 y pensamos que no son personas bienvenidas en Australia”, le dijo la abogada especialista en inmigración y discapacidad, Jan Gothard, a la BBC.

Y es que con tan estricta Ley de Migración, no existe en el país una Ley de Discriminación por Discapacidad que suavice las medidas.

“No importa cuánto tiempo lleves viviendo en Australia, si naciste en el país, si tienes seguro médico o privado o incluso si puedes pagar tú mismo la manutención. Si se considera que eres una carga económica demasiado pesada, suspenderán el requisito de salud”, se lee en el medio.

En defensa, el gobierno australiano aseguró que 99% de quienes solicitan visa cumplen el requisito de salud. Entre 2021 y 2022, 1.779 personas no pudieron ingresar al país por tener discapacidad o enfermedad.

Además, el ministro australiano de Inmigración, Andres Giles, aseguró que los niños que se ven afectados por “las normas sanitarias de migración” pueden apelar y solicitar una “intervención ministerial”.

Pero en la práctica, las familias denuncian que es un trámite difícil y agotador que se suma a la ya pesada mochila que cargan con los diagnósticos de sus hijos.

Aún así, son muchos los padres extranjeros y activistas que están luchando por modernizar las leyes que regulan la migración y para que se instaure una normativa exclusiva para la discapacidad. Las próximas semanas, se hará una revisión oficial de los requisitos sanitarios, una oportunidad que podría cambiar el estricto sistema australiano.