Por qué el IMC ha sido criticado por años como un indicador fallido de la salud
Distintos organismos y especialistas advierten que se trata de un indicador impreciso para evaluar riesgos para la salud. Por esto, proponen otras métricas.
El Índice de Masa Corporal (IMC) ha figurado por décadas como una de las métricas de salud más utilizadas.
Consiste, en términos generales, en un indicador que considera el peso y la altura de una persona para determinar si se le puede clasificar con sobrepeso, obesidad u obesidad extrema.
Pero aunque ha sido ampliamente usado como una herramienta de detección, hay numerosos médicos, nutricionistas e investigadores que han criticado el IMC durante años.
En gran parte, porque consideran que no es realmente eficiente a la hora de evaluar riesgos para la salud, debido a que no distingue entre ciertas variables fundamentales.
Es por esto que muchos expertos de áreas relacionadas han recurrido a otros indicadores para evaluar la situación de sus pacientes.
Por qué el Índice de Masa Corporal (IMC) ha sido criticado por años
Una revisión académica disponible en el sitio de los Institutos Nacionales de Salud de Estado Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) asegura que “el IMC no evalúa adecuadamente el porcentaje de grasa corporal y la masa muscular, ni distingue la grasa abdominal de la grasa glúteofemoral”.
“Esto es importante de tener en cuenta, porque la grasa abdominal está asociada con la resistencia a la insulina, las enfermedades metabólicas y las complicaciones cardiovasculares”.
Los autores de la investigación, que fue publicada originalmente en The Cureus Journal of Medical Science en 2023, afirman que su uso por parte de los profesionales, sin considerar otras variables, puede afectar en el tratamiento de los pacientes, en la prevención y en los resultados generales de salud.
“Existen varios índices antropométricos diferentes que evalúan con mayor precisión la adiposidad abdominal mediante la incorporación de la circunferencia de la cintura y se han estudiado ampliamente, como la relación cintura-cadera, la relación cintura-altura y un índice de forma corporal”, anticipan en su escrito.
De la misma manera, recalcan que es de suma relevancia “que consideremos reemplazar el uso del IMC en el ámbito de la atención médica, con un índice antropométrico diferente”.
“Uno que considere las diferencias de altura, sexo y raza, tenga en cuenta la adiposidad abdominal y prediga con mayor precisión la relación entre la obesidad, la mortalidad y enfermedades como las cardiovasculares, la hipertensión, la resistencia a la insulina y la diabetes”.
En 2023, la Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés), compartió un comunicado en el que describió el IMC como “una forma imperfecta de medir la grasa corporal en múltiples grupos”.
Aquello se debe, explicaron desde el organismo, a factores como que “no tiene en cuenta las diferencias entre grupos raciales/étnicos, sexos, géneros y rango de edad”.
“Debido a las importantes limitaciones asociadas con el uso generalizado del IMC en entornos clínicos, la AMA sugiere que se lo utilice junto con otras medidas válidas de riesgo, como, entre otras, las mediciones de grasa visceral, índice de adiposidad corporal, composición corporal, masa grasa relativa, circunferencia de la cintura y factores genéticos/metabólicos”, se lee más adelante en el mismo escrito.
Según declaraciones del expresidente de la AMA, Jack Resneck Jr., “existen numerosas inquietudes sobre la forma en que se ha utilizado el IMC para medir la grasa corporal y diagnosticar la obesidad, pero algunos médicos lo consideran una medida útil en determinadas situaciones”.
Aún así, hizo hincapié en que “es importante que los médicos comprendan los beneficios y las limitaciones del uso del IMC en entornos clínicos, para determinar la mejor atención para sus pacientes”.
El director del Programa de Salud Metabólica y Pérdida de Peso de la Universidad de Yale, Wajahat Mehal, explicó al New York Times que este indicador no distingue entre quienes tienen mucha masa muscular y quienes tienen grasa en distintas partes del cuerpo.
A modo de ejemplo, planteó: “Según el IMC, Arnold Schwarzenegger, cuando era culturista, habría sido considerado obeso y habría necesitado perder peso”.
“Pero en cuanto le midieras la cintura, verías: ‘Oh, mide 81 centímetros”, agregó.
Cuáles son los principales riesgos de considerar únicamente el IMC
La investigadora del Centro de Medicina Basada en la Evidencia del Instituto de Pediatría de la Capital en Pekín (China), Wenquan Niu, reiteró al periódico estadounidense que este indicador “no distingue la grasa corporal de la masa muscular”, por lo que “para cualquier IMC, la distribución de la grasa y la composición corporal pueden variar drásticamente”.
Según la experta, “cuando el IMC se utiliza para enmarcar el riesgo, a menudo sobreestima el riesgo para los atletas musculosos, mientras que subestima el riesgo para las personas mayores con masa muscular que ha sido reemplazada por grasa”.
La grasa que se almacena en la cavidad abdominal es relevante, debido a que rodea órganos como el corazón y el hígado, mientras que se asocia con diagnósticos como la resistencia a la insulina y la intolerancia a la glucosa, que tienden a preceder a la diabetes de tipo 2.
De la misma manera, favorece a la hipertensión arterial y a las anomalías lipídicas que pueden llevar a enfermedades cardiacas.
Niu recalcó que “el depósito excesivo de grasa visceral es como un asesino silencioso que acecha en nuestro cuerpo y que puede atacar a una persona durante años con pocos síntomas perceptibles, especialmente en personas aparentemente delgadas”.
Qué es el Índice de Redondez Corporal (IRC) y en qué se diferencia con el IMC
Los especialistas han planteado otra métrica conocida como Índice de Redondez Corporal (IRC), la cual mide lo circular que es el cuerpo de una persona a partir de una fórmula que considera su altura y cuánto mide su cintura.
Por lo tanto, no se centra en el peso.
Una investigación publicada en junio de 2024 en JAMA Network Open afirma que el IRC contempla factores como la obesidad central y la grasa abdominal, que se relacionan con un mayor riesgo de enfrentar diabetes de tipo 2, hipertensión y enfermedades al corazón.
Wenquan Niu y sus colegas desarrollaron una calculadora digital que permite conocer este indicador.
Sobre dicho tópico, dijo que las puntuaciones tienden a ir de entre 1 y 15, mientras que la mayoría de las personas están entre 1 y 10.
Un estudio revisado por el Times analizó una muestra de 33.000 estadounidenses e identificó que las puntuaciones de IRC aumentaron entre 1999 y 2018.
Mientras más alto es el puntaje, más circular o “redondo” es el cuerpo.
Encontraron que quienes tenían 6,9 o más enfrentaban un mayor riesgo de morir de cáncer, enfermedades cardíacas y otros padecimientos.
En este sentido, su riesgo de mortalidad era casi un 50% mayor que quienes tenían un IRC de 4,5 a 5,5, es decir, el rango medio de la muestra.
Junto con ello, quienes tenían un puntaje de 5,46 a 6,9 enfrentaban un riesgo 25% mayor, en comparación a quienes figuraron en el rango medio.
Por otro lado, quienes tenían un IRC menor a 3,41 enfrentaban un riesgo de mortalidad 25% mayor que quienes estaban en el rango medio.
Esto último se debe, según sugirieron los autores del trabajo, a que los puntajes más bajos podrían reflejar problemas de nutrición, inactividad o atrofia muscular.
Cabe recordar que si tienes dudas sobre tu salud, siempre es recomendable acudir a un especialista para evaluar tu caso y las mejores formas de abordarlo.
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