Por qué La Niña podría ser más intensa en su próxima llegada, según los científicos

El mundo se está enfrentando a un “terreno inexplorado”. Después de que el fenómeno El Niño dejara un récord de altas temperaturas —exacerbadas por el cambio climático—, en pocos meses debiese establecerse La Niña, cuyos efectos podrían ser distintos a los de visitas pasadas, dado el extraño contexto del clima en el planeta.

Así lo aseguró el científico de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), Nathaniel Johnson. El calor que dejó el Niño en los océanos del mundo “puede exacerbar el contraste natural entre aguas cálidas de un lado del océano y las aguas frías del otro”, dijo a The Washington Post.

“Esto intensificará lo que de otra forma podría haber sido un episodio relativamente modesto de La Niña”, agregó el experto.

Pero, ¿de qué manera las altas temperaturas previas provocarían que La Niña que está por llegar tenga efectos más intensos? Esta es la explicación de dos investigadores chilenos.

El investigador e ingeniero físico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Edgardo Sepúlveda, le dice a La Tercera que lo primero que hay que tener en cuenta es el contexto de que “el calentamiento global está aumentando la temperatura de la Tierra y la temperatura superficial del mar”.

En este sentido, los fenómenos El Niño y La Niña son una variable que puede aumentar o, en algunos casos, amortiguar esa temperatura.

No obstante, “la tendencia es que la línea base del calentamiento global va al alza. Eso implica que todo evento extremo meteorológico va a seguir siendo más intenso y más frecuente”.

Por ejemplo, el 2023 fue considerado el año más cálido de la historia, a raíz del calentamiento global, pero ese mismo año tuvimos un Niño “que ayudó a que las máximas temperaturas fuesen más altas, dentro de la línea base de aumento”.

Raúl Cordero, climatólogo de la Usach, también entrega otro ejemplo a LT: “Al igual que el cambio climático, La Niña se asocia a bajas precipitaciones en la zona central y centro sur de Chile. Por lo tanto, la ‘coincidencia’ de ambos factores podría traer períodos extraordinariamente secos para Chile”.

“De hecho, es probable que el desarrollo de la niña haya contribuido a que el mes de julio que cierra hoy haya sido el más seco jamás registrado en la zona central de Chile”.

Entendiendo lo anterior es que se explica, de alguna manera, que los científicos prevean que la próxima llegada del fenómeno La Niña esté asociada a efectos más intensos. Y es que, por ejemplo, en el océano Atlántico Occidental (cerca de Colombia), las temperaturas están muy elevadas: si La Niña ya trae consigo temporales, el calor del mar los empeora.

Pero también existe una variable más.

Tal como lo decía el científico de la NOAA, El Niño dejó rincones de los océanos con temperaturas más calientes, y ahora La Niña está intentando establecerse, bajando la temperatura del océano Pacífico Ecuatorial.

Este choque entre temperaturas distintas, en diferentes partes de los océanos, también puede provocar que algunos efectos esperados de La Niña empeoren.

Sepúlveda le explica a LT que en el océano Pacífico Occidental es donde se comienzan a generar todos los frentes de mal tiempo. “Una vez que se generan allá, viajan hacia las costas de Chile. Pero lo que está sucediendo en este momento es que las costas chilenas están relativamente más frías que las del Pacífico Occidental”.

“El problema es que las temperaturas están muy altas en el Pacífico Occidental y los frentes que se forman allá son muy intensos. Entonces, lo que pasa durante La Niña es que esos frentes se quedan allá (no se mueven hacia Chile) y afectan más a Australia e Indonesia, con eventos de precipitación más intensos”.

En el país pasa algo al revés: “Tenemos un frente de alta presión ubicado en las costas de Chile que impide la entrada de otros frentes que traen precipitaciones”, dice Sepúlveda. Es por esto que es más común que tengamos días más despejados y poca nubosidad en invierno, pero que las temperaturas mínimas sean más bajas.

Entonces, el experto asegura que La Niña en Chile se caracteriza por eso: los temporales no pueden entrar, por ende, hay menos precipitaciones pero también temperaturas bajas.

“Si tenemos este contraste de que haya altas temperaturas en el pacífico Occidental cerca de Australia e Indonesia, los eventos de precipitación van a ser más intensos ahí”. Otro ejemplo es que si el Atlántico de la zona tropical tiene temperaturas altas, esto hace que los huracanes puedan alimentarse de mayor cantidad de agua y también tener más precipitación.

Adicionalmente, “La Niña también ajusta las condiciones de viento perfectas para que estos huracanes sean muy intensos y alcancen la categoría más alta lo más rápido posible”.

Según el pronóstico mensual del Centro de Predicción Climática de la NOAA, actualmente estamos en un estado Neutral de El Niño-Oscilación del Sur, pero ad portas de transicionar a la fase de La Niña.

Los últimos reportes del organismo estadounidense aseguraron que existe un 70% de probabilidad de que La Niña se establezca en la primavera austral, es decir, en el trimestre de agosto, septiembre y octubre.

Si es que esto no sucediera, la NOAA explicó que hay un 79% de posibilidad de que su llegada sea a fin de año, entre noviembre, diciembre y enero.

Según los antecedentes y expertos, el fenómeno La Niña puede durar entre 9 y 12 meses, aunque también es probable que se extienda hasta tres años. No obstante, es muy pronto para saber la duración de su próxima visita, pues todavía no se ha establecido.

Aún así, los científicos aseguran que cuanto más fuerte haya sido un fenómeno El Niño anterior, las probabilidades de que La Niña que le sigue sea más duradera aumentan.