Por qué Trump debe bajar sus expectativas de lograr la paz entre Rusia y Ucrania

El pasado martes 11 de marzo, Ucrania aceptó la propuesta de alto al fuego que planteó Estados Unidos, en una reunión entre altos funcionarios que se realizó en Arabia Saudita y que se extendió por más de ocho horas.

Si Rusia acepta la iniciativa, se aplicaría un cese de los combates de inmediato, durante 30 días.

La propuesta discutida por las delegaciones ucraniana y estadounidense en Yeda también considera tomar medidas para restablecer una paz duradera.

La noticia se posicionó horas después de que Ucrania realizara su mayor ataque con drones contra Moscú desde que estalló la guerra.

De la misma manera, se dio casi dos semanas después de que el presidente Donald Trump y el mandatario Volodimir Zelenski protagonizaran una discusión en la Casa Blanca, en la que el primero y el vicepresidente JD Vance lo acusaron de no agradecer lo suficiente el apoyo de Estados Unidos.

En dicha instancia, Trump y Vance trataron de presionar al mandatario ucraniano para que aceptara un acuerdo de paz en los términos que ellos dictaran.

El presidente, incluso, lo acusó de estar “jugando con una Tercera Guerra Mundial”, en un encuentro que terminó con la retirada de Zelenski y que se dio después de semanas de declaraciones conciliatorias de la administración Trump hacia el Kremlin.

Cabe recordar que Rusia ha desarrollado una invasión militar a gran escala en Ucrania desde el pasado 24 de febrero de 2022.

En la reunión de marzo en Arabia Saudita, Estados Unidos también acordó levantar inmediatamente la pausa en el intercambio de inteligencia y reanudar la asistencia militar a Ucrania.

El corresponsal jefe de Seguridad Internacional de CNN, Nick Paton Walsh, sugirió en un análisis que el gobierno del mandatario Vladimir Putin “se verá presionado para demostrar que no es un obstáculo para el objetivo de paz” de Trump.

“Este es un lugar surrealista para el Kremlin, tras tres años de agresión salvaje y escaso deseo público de poner fin a la guerra más allá de la diplomacia entre Estados Unidos y Rusia de los últimos dos meses”.

Según el analista, Moscú “probablemente aceptará alguna forma de paz”.

En parte, “para mantener la ilusión de ser socio de Trump en esto”.

“Puede que no sea un alto al fuego inmediato, y podría, como ya ha hecho Rusia, optar por retrasar su inicio para perseguir primero objetivos militares, especialmente en la región de Kursk”.

Esta última es la región rusa en la que las fuerzas ucranianas iniciaron operaciones transfronterizas en agosto de 2024.

A pesar de que se han mantenido en el territorio, han sido cada vez más desplazadas por las tropas rusas y están a punto de ser expulsadas de la zona.

En medio de este escenario, algunos analistas dudan de lo que podría significar un potencial acuerdo de paz entre Moscú y Kiev.

En palabras de Nick Paton Walsh, “el primer argumento a prueba es que no se puede confiar en que el Kremlin emprenda una diplomacia significativa, ya que su historia demuestra que rara vez lo hace”.

Por otro lado, desde Kiev esperan recuperar la mayor cantidad del territorio que ha sido ocupado por las tropas rusas, lo que seguramente será rechazado por Moscú.

A esto se le suman los temores de que Ucrania pueda quedar en una posición de desventaja si Rusia realiza nuevos ataques.

Aún así, muchos ucranianos ven distante la idea de recuperar territorio, dado que los tres años de guerra han llevado a que las partes enfrenten escasez de municiones y efectivos.

Según el análisis del experto del citado medio: “El principal objetivo del líder del Kremlin, por ahora, es seguir reforzando las sospechas de Trump de que Zelenski es el impedimento para su paz”.

En febrero, de hecho, el presidente estadounidense afirmó falsamente que fue Ucrania el país que inició el conflicto, lo que llevó a que su homólogo ucraniano declarara que el republicano vive en un “espacio de desinformación”.

Esa afirmación, que ha sido sostenida tanto por el Kremlin como por sus partidarios, ha sido ampliamente rechazada por distintos países y analistas internacionales.

Bajo el análisis de Paton Walsh, “Putin no puede negarse a un alto al fuego sin perder su ficticia superioridad moral”.

“Pero lo que venga después, o durante cualquier pausa en las hostilidades, definirá el resultado de la guerra”.

La propuesta que Ucrania aceptó en su reunión con Estados Unidos considera 30 días de alto al fuego, que en palabras del analista, son “en sí mismo una gran exigencia”.

Si Rusia acepta, “se espera que, durante un mes, de repente, todo esto pueda detenerse. Que no habrá errores. Que nadie abrirá fuego por pánico ni para ajustar cuentas. Que una bombona de gas no detonará por error y provocará un tiroteo que rompa la paz permanentemente”.

El analista duda de que aquello pueda ocurrir de esa manera.

“En el pasado, Rusia se ha destacado por la desinformación, la maskirovka (el engaño como táctica en el campo de batalla), así como por las operaciones de falsa bandera, en las que se orquestan incidentes para impulsar represalias”.

En caso de un alto al fuego durante un mes, podrían ocurrir episodios que aumenten las tensiones y que resulten “imposibles de atribuir” a alguno de los bandos, mientras que el espacio informativo podría verse inundado por “la manipulación de la IA, las cuentas falsas o incidentes totalmente ficticios”.

“Los algoritmos buscarán amplificar las falsedades. Los líderes mundiales tendrán dificultades para comprender con precisión los detalles menores de quién disparó a quién en primera línea”, sugirió el analista de CNN.

Previamente, en 2014, Rusia se anexó Crimea ilegalmente, además de comenzar a patrocinar a grupos separatistas en el este de Ucrania.

Más tarde, en 2015, acordó un alto al fuego, pero en los primeros días tomó el control de la ciudad ucraniana de Debáltseve.

Después, el Kremlin dijo que no planeaba realizar una invasión a gran escala en Ucrania, pero aún así la inició el 24 de febrero de 2022.

“El historial de Moscú debería sustentar toda evaluación sobre la durabilidad de cualquier paz”, planteó Paton Walsh.