Por qué Ucrania está ganando la guerra económica contra Rusia, según The Economist
Afirman que, por primera vez desde que estalló la invasión en 2022, su economía es más favorable en ciertos aspectos. Pero hay más factores a considerar.
Ya han transcurrido casi tres años desde que Rusia inició su invasión militar a gran escala en el territorio de Ucrania, el pasado 24 de febrero de 2022.
Durante este tiempo, la situación ha llevado a que el país reinvente su economía a nivel general para hacer frente a la guerra.
Según datos rescatados por The Economist, esta sigue siendo un cuarto más pequeña que en 2021.
No obstante, por primera vez desde 2022, es más favorable que la de Rusia en ciertos aspectos fundamentales.
El Banco Central de Ucrania presume que el PIB crecerá un 4% en 2024 y un 4,3% en 2025.
Tal como apunta la citada revista: “La moneda es estable y las tasas de interés, del 13,5%, se mantienen cerca de su nivel más bajo en 30 meses”.
“Comparemos eso con Rusia, donde las tasas deberían llegar pronto al 23% para detener la caída del rublo, los bancos parecen frágiles y se prevé que el PIB crezca solo entre el 0,5% y el 1,5% en 2025″.
Sin embargo, aunque aseguran que Ucrania está ganando la guerra económica, recalcan que hay una serie de factores que podrían complejizar el escenario para Kiev.
Entre estos se encuentran el repunte de la guerra, la caída de recursos internos y el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Cómo ha cambiado la economía de Ucrania durante la invasión militar de Rusia
Desde 2022 —el año en que estalló la invasión— la economía de Ucrania ha pasado por tres fases, según The Economist.
Durante este periodo, el país presidido por Volodimir Zelenski introdujo la ley marcial y 14 millones de personas huyeron de sus hogares, mientras que Rusia bloqueo puntos del Mar Negro para ahogar sus exportaciones.
Los datos rescatados por el citado medio detallan que, en el primer semestre de ese año, el Banco Central financió la mitad del déficit público.
“Impuso estrictos controles de capital e inundó los bancos de liquidez. La inflación se disparó y el PIB se contrajo en un tercio”, precisan.
Luego llegó una segunda fase, que comenzó después de que Ucrania retuviera los avances de las tropas rusas en el sur del país.
Aquello ocurrió a mediados de 2022 y, según The Economist, el PIB se estabilizó “a medida que mejoraba la confianza”.
“Un acuerdo sin mediación permitió a Ucrania volver a enviar cereales. El Banco Central volvió a luchar contra la inflación. A principios de 2023, Ucrania firmó un paquete con el FMI; el Banco Central dejó de monetizar el déficit presupuestario. Mientras llegaba la ayuda, las reservas de divisas se recuperaron. Se suavizaron los controles de capital”.
Según el citado medio, tales puntos contribuyeron a que regresara cierta estabilidad macroeconómica, lo que permitió que el gobierno y las empresas sobrevivientes pudieran continuar con sus operaciones.
“Una prioridad fue proteger los activos productivos contra los misiles rusos. Se construyeron parques industriales en regiones occidentales más seguras. Las empresas invirtieron en el extranjero para proteger sus ingresos de la guerra. Los expatriados también han generado ingresos desde el exterior”.
Las cifras reunidas por The Economist precisan, sobre este último punto, que en 2023 una de cada diez nuevas empresas en Polonia fue creada por un ucraniano.
“Otra tarea fue reasignar recursos hacia las necesidades de un conflicto prolongado. El gasto público se ha más que duplicado y ahora representa dos tercios del PIB, frente al 41% en 2021; la defensa y la seguridad por sí solas representan casi el 30% del PIB”.
Aunque el Kremlin se negó en julio de 2023 a renovar el acuerdo sobre cereales, Ucrania pudo abrir su propio corredor marítimo y lo aseguró con el apoyo de drones y misiles.
Con ello, el país pudo reanudar los envíos tanto de granos como de metales y minerales.
Bajo el análisis de The Economist, “estas medidas, junto con la ayuda occidental, han impedido que Rusia robe a Ucrania los recursos y la moral que necesita para seguir luchando”.
Consideran que una tercera fase de la economía ucraniana está ocurriendo ahora.
Y está relacionada con problemas de escasez de energía, mano de obra y dinero.
Cabe recordar que, tanto al inicio de la guerra como a casi tres años de que comenzara, las tropas rusas han atacado constantemente las redes eléctricas ucranianas.
“A pesar de las continuas reparaciones, el país puede contar con menos de la mitad de los 36 gigavatios (GW) de capacidad de generación que podía aprovechar antes de la guerra. Y últimamente la campaña de Rusia se ha reanudado”, advierten desde la citada revista.
Aún así, destaca que “el país se ha equipado mejor” para responder a las consecuencias de los ataques rusos a sus redes eléctricas, hasta el punto en que “en diciembre amplió su capacidad de importación de electricidad de la UE en casi una cuarta parte, a 2,1 GW”.
Junto con ello, aseguran que “muchos productores de alimentos fermentan los residuos de sus operaciones en biogás que utilizan in situ”.
Se asegura que en el ámbito de la agricultura, por ejemplo, varios están utilizando generadores diésel.
“Las empresas medianas suelen tener plantas de gas natural, que a veces combinan con energía eólica y solar. Las compañías industriales utilizan todas estas, junto con las importaciones, para evitar cortes catastróficos”.
El gobernador del Banco Central, Andriy Pyshnyi, ha afirmado que las estrategias para enfrentar este escenario y las reparaciones limitarán el déficit energético medio de Ucrania al 6% de la demanda total en 2025 y al 3% en 2026.
Pero según las estimaciones del analista de la Escuela de Economía de Kiev, Timofiy Milovanov, los problemas de electricidad podrían restar hasta un punto porcentual al crecimiento del PIB en 2025.
Otro problema que enfrenta Ucrania es la falta de mano de obra.
Desde el año en que estalló la guerra, la fuerza laboral se ha reducido en más de una quinta parte, a unas 13 millones de personas.
A esto se le suma, según The Economist, que “la demanda es fuerte”.
“El número de puestos vacantes ha llegado a 65.000 por semana, frente a los 7.000 de las primeras semanas de la guerra, pero la vacante media atrae solo 1,3 solicitudes, frente a las dos de 2021″.
Se afirma que los salarios están subiendo y que los ministerios de Economía y Defensa evalúan constantemente cómo encontrar un equilibrio.
“No hay soluciones fáciles. Ahora, incluso las industrias consideradas críticas solo pueden proteger a la mitad de sus trabajadores de primera línea”.
Un tercer problema que enfrenta Ucrania es la falta de dinero, en medio de un escenario en el que las pequeñas empresas tienen complicaciones para conseguir préstamos que les permitan seguir con sus actividades y en el que el gobierno gasta más de lo que obtiene.
“En 2025, se prevé que su déficit presupuestario alcance cerca del 20% del PIB. En principio, casi la totalidad de ese déficit (38.000 millones de dólares) se financiará con fuentes externas”, como con los paquetes de ayuda de aliados occidentales como Estados Unidos y los países del G7.
Sin embargo, sobre el caso del país norteamericano, se presume que Trump podría dificultar a Kiev el acceso a fondos, ya que durante su campaña presidencial se mostró reacio a seguir aportando dinero y prometió que acabaría la guerra con Rusia de forma inmediata.
El retorno del republicano a la Casa Blanca está agendado para el 20 de enero de 2025.
Qué pasaría si Estados Unidos deja de aportar fondos a Ucrania
Si Estados Unidos deja de aportar fondos a Ucrania en 2025, es probable que el país europeo igual pueda sobrevivir y continuar con su lucha, según The Economist.
El representante del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, Dimitar Bogov, declaró en este sentido que, junto con un tramo de 18.000 millones de euros que la UE acordó proporcionar, las contribuciones de otros miembros del G7 podrían cubrir el vacío que eventualmente podría dejar la administración Trump.
De la misma manera, según la citada revista, “Ucrania tiene saludables reservas de divisas y se estima que estas importaciones aumentarán hasta los 43.000 millones de dólares (el equivalente a cinco meses de importaciones) para finales de 2024″.
Pese a lo anterior, si Estados Unidos deja de apoyar con fondos, el país podría quedarse sin recursos para 2026.
“Los gobiernos de la UE, que tienen problemas de liquidez y son políticamente débiles, pueden tener dificultades para pagar otra factura importante. Y la capacidad de Ucrania para recaudar más en el país es limitada”.
Asimismo, la situación a lo largo de la línea de frente también podría cambiar considerablemente hasta que llegue dicho año.
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